Mis manos se mueven
al compás de mis pensamientos,
danzando entre las páginas
de mi mente y corazón,
detallando cada detalle de todo
lo que en ellas se esconde;
escarbando en los rincones,
buscando en lo imposible,
hallando la verdad.
Mi imaginación despliega sus alas,
persiguiendo el horizonte quizás,
encontrando algo de realidad.
El pecho bombea con fuerza,
pues las emociones se acercan,
y los sentimientos salen a flote,
en medio de la ruidosa tormenta;
donde una voz llama a gritos,
desde las espesas nubes blancas,
mostrando con su luz el camino,
que nos lleve directo a casa.
La carrera ha comenzado;
con paciencia y amor
recorro el camino incierto,
sintiendo los golpes y las victorias,
los triunfos y las derrotas.
El Rey de Reyes va a mi lado,
él me sostiene en cada tramo,
cuando quiero rendirme,
o darme la vuelta,
Dios es la razón
por la que siempre persisto.
No temo a lo que vendrá,
porque gracias a Papá
soy valiente una vez más.
Una lágrima, una sonrisa,
toda la vida por delante,
y un sinfín de palabras
rondando en el aire.
Melodías, delicias,
aromas y sonrisas;
compartimos recuerdos,
junto con anhelos,
y mil sueños,
sonidos y recuerdos,
y un Espíritu lleno de esperanza.
El paraíso o el fin del mundo
se está acercando,
y la creación canta con pasión,
anunciando la venida
del Sumo Creador;
ya no hay tiempo que perder
porque el día es hoy.