—Corre!
—Corre!
—Corre!
Durante hace unos meses esa voz lleva en mis sueños atormentando mis noches.
Me encuentro en medio de un callejón con mis manos llenas de sangre, mi cabeza palpitando mientras que mi vista esta borrosa. No recuerdo los sucesos de hace unas horas, pero de lo que si estoy segura, es ver a mi hermano en ese estado, nunca había tenido un comportamiento violento, así que tenerlo a unos metros de mi luchando contra él era abrumador.
Esos ojos azules llegaron de la nada arrematando contra todo lo que se cruzara en su camino, con un encanto inigualable pero destruyendo y marchitando todo a su alrededor. Con una belleza que corrompe con un simple toque y tan oscura como la misma muerte.
llegó de la nada arrematando contra nosotros, emboscándonos cómo si de unas presas se tratase.
Su mano tomo la mía apretándola mientras se adelantaba unos pasos sobre mí, cubriéndome y usando su cuerpo de escudo. Vi sus labios moverse soltando una maldición.
Nada, no quedaba rastro de los hombres que eran hoy por la mañana, convertidos en bestias totales, causando el mayor dolor posible a su oponente, ninguno se daba por vencido, no sé detendrían hasta que uno de los dos pierda la vida. Me armé de valor, el que me faltó desde el inicio de esta pelea, pase rápido la mirada por todo el lugar buscando un objeto con el cual defendernos, recordé la cuchilla de Drystan, la que me había dado momentos antes de llegar al lugar. Con el dolor de mi corazón la empuñé con fuerza, di un largo suspiro para luego correr hacia ellos y sin titubear ni pensarlo dos veces clave el filo en su espalda, Vi como dejaba de forcejear ahogando un grito de dolor, volteo a verme con esos grandes ojos que lo caracterizan, su mirada reflejaba dolor, pena y decepción. Su agarre se suavizó y le flaquearon los brazos, dándonos una oportunidad para escapar.
Cuando más libres nos sentimos un gran estruendo se escuchó por todo el lugar, mi cuerpo se congelo, mire hacia atrás, observando la escena más aterradora, la única cosa que me mantendría sin dormir, sus ojos perdiendo el color poco a poco, su boca entreabierta dejando escapar un hilo de sangre, nuevamente uso su cuerpo de escudo para salvarme. Soltó mi mano gritando que corriera y no mirara atrás.
Despierto en una habitación de hospital desorientada, apenas puedo hablar preguntando por Drystan y mi hermano, una enfermera entro a tomar mis signos vitales seguida de esta dos policías con mala cara para interrogarme, después de atacarme con preguntas al fin dieron respuesta a lo que tanto. Informaron que el cuerpo que encontraron se trataba del de mi hermano, este estaba aún en cuidados intensivos, al parecer su atacante casi lo mata, su cara estaba desfigurada sin mencionar todos los golpes y el balazo en su pierna. Por otro lado se encontró un camino que llevaba a un gran charco de sangre, el rastro terminaba ahí, y por lo que especulan, gracias a la perdida de sangre el atacante no iría muy lejos, así que lo encontrarían sea vivo o muerto.
Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, sin poder asimilar toda esa información, en que momento todo cambio de rumbo, en que momento los dos chicos mas importantes para mí, pasaron de ser amigos para querer acabar con la vida del otro.
No sabía que los éxitos podrían cultivar tanto celos en otra persona a tal punto de querer el mal.
Me quedaba vivir con los momentos felices de ese chico, sus risas y las muestras de cariño, todo el amor que una vez me dio, un recuerdo que no sabre si llegara el día en que lo vea nuevamente o tenga que visitarlo en su tumba, pensar que murió me desgarra el alma, mi primer amor, uno que no podre recuperar.
Viviré con un miedo pues el cariño que una vez le tuvo se ha roto, esa confianza no volverá a ser la misma, pues como podría confiar en alguien que me causo tanto dolor, no importa quien sea, jamás perdonare por hacerme daño y no volverle a llamarlo hermano.
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Editado: 12.11.2024