El Novio de mi Mejor Amiga

Capítulo 5.- La Luz entre la Armonía y Alegría (721)

Alaia

Ese beso había sido necesario, pero estaba furiosa porque el estúpido novio de Lucero había tenido razón, si me gustaba ella.

Ese beso lo había confirmado, no era la primera vez que besaba a alguien y esto había sido muy diferente mi cuerpo me pedía más, necesitaba alejarme pues sabía que si no me detenía ella nunca me lo iba a perdonar.

—Eres el peor —susurré.

¿Por qué no me había podido dar cuenta antes? ¿Por qué el había querido que yo me diera cuenta? No era amor, estaba confiada en eso incluso después de besarla, pero sin duda no había sentido lo que esperaba de besar a una amiga. Pero mientras divagaba me di cuenta de algo, nunca había besado a una amiga, solo a un compañero de colegio más con quiénes no me llevaba exactamente bien ¿y si simplemente no estaba interpretando lo que había sentido?

—Por qué es tan molesto. —en ese momento me di cuenta, había sido una estúpida, besarla solo me había dejado aún más confuso. Pero no quería admitir en voz alta que yo era la única culpable.

------------------------------------------------------

Alan

—“¿Qué le dijiste a Alaia?” —me llegó un mensaje en el chat de mi linda novia Lucero.

—“¿A qué te refieres?” —pregunté confundido, ella nos había obligado a intercambiar números, pero había optado por no hablarle—. “La única vez que hablamos fue la semana pasada” —añadí un segundo mensaje antes de que ella terminara de escribir y un tercero—. “¿Qué pasó?” —cuestione inseguro.

Hubo un momento en el que el indicador de escribiendo se detuvo, pasaron varios segundos antes de que ella empezara a escribir de nuevo.

—“Ella me besó” —fue su respuesta.

—“¿Te besó ella?” —le respondí mientras mi mente chocaba ¿por qué?

—“Si” —respondió—. “Y luego salió corriendo”.

—“¿Te encuentras bien?”.

—“Yo…” —no me costó nada entenderla, el beso la había conmocionado, pero lo que realmente le preocupaba era como estaba su amiga.

—“Si no te responde, tal vez yo pueda hablarle” —escogí escribir, sabiendo que si me hablaba tan agitada era porque Alaia no le respondía a ella.

—“Avísame si te contesta” —me respondió.

Escribí a aquella chica y no tomó ni dos minutos para cuándo mandó una imagen de gps que indicaba donde estaba, pero no dijo nada más.

—“Me envió una imagen en gps” —le mandé un mensaje junto a la imagen.

—“Tienes que ir, cuándo ella hace eso significa que solo quiere hablar con la persona a la que se lo mandó”.

------------------------------------------------------

Alaia

—¿Quieres golpearme? —le pregunté al escucharlo llegar, el lugar no era muy concurrido.

—¿Por qué querría…?

—Besé a tu novia, como me hablaste supuse que ya lo sabías —me observó con cautela.

—Lo sé, pero mientras venía hacía acá me pareció que tal vez fue una mala interpretación de mis palabras, y por ende podía considerarse mi culpa —luego añadió una sonrisa—, además, Lucero terminaría conmigo si lo hiciera.

—Al menos tengo esa defensa —le respondí. Suspiré, el lugar era un callejón ya oscuro aunque no era de noche aún—. Tenías razón, me he sentido celosa desde la primera vez que vi una imagen tuya, aun más cuándo me enteré que tu y Alaia eran novios.

—¿Ella te gusta?

—No lo sé, supongo que mis celos iniciales solo fueron el miedo de que si ella pensaba tanto en ti no pensaría en mi. Temía que eso rompiera nuestra amistad.

—¿Y luego?

—Aunque admití que deseaba odiarte. Pero no puedo negar que eres lindo. El beso con ella no logró responderme nada así que, mientras te esperaba pensé que quizás, solo quizás el problema se haya vuelto doble para mi.

—¿Él problema se haya vuelto doble? —me preguntó sin entender.

—Una vez le pedí prometer que no romperíamos nuestra amistad por un chico, pero… básicamente creo que te equivocaste.

—¿En que me equivoque?

—No creo que me guste ella, tal vez si sienta atracción por ella, pero no como para decir que me gusta, simplemente tengo un poco de apego por amistad…

El parecía intentar comprender mis palabras mientras me escuchaba.

—¿Sería posible que tras tanto tiempo de escuchar como Lucero hablaba de ti yo… —dudé unos segundos, había solo usado el sonido de cuestión porque no sabía si esto era correcto—… sería posible que quién me guste seas tú?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.