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Capítulo 34. Fiesta de año nuevo.

Kitaro

—Esto... Esto no me lo esperaba... —dije con un tic en el ojo.

—N-no tengo palabras para esto... —balbuceaba mi amiga.

Nitasha y yo nos quedamos con la boca abierta a ver la foto que tanto Kaz como Zoren trataban de esconder con tanto entusiasmo, después de ver la foto mi amiga y yo dirigimos la mirada a esos dos que seguían arrodillados con expresiones como si quisieran aguantarse las lágrimas, cuando los estábamos viendo de pies a cabezas surgió en mi pecho una urgencia de reír como un lunático pero sabía que lo mejor era resistir las ganas, por desgracia mi amiga, Nitasha, no fue tan sensible...

—¡JAJAJAJAJA! ¡En verdad no puedo creer... que esos dos... en serio... Pffff ¡JAJAJAJA!

—Nitasha... Por favor detente... que te rías de ellos así... es muy cruel de tu parte... —trataba de detenerla mientras me esforzaba en no estallar.

—K-kitaro... —los dos zurous sonrieron con ojos llorosos.

—... —los mire con seriedad, pero siento como hago una mueca sin poder contenerme más— ¡PFFF!

—¿¡Tú también!? —estallaron en lágrimas.

—Lo siento... sé que es cruel, pero... es muy difícil evitarlo... —dije con una mano en mi boca.

Me siento mal por reírme de ellos dos, pero... Nada más el ver como son esos dos y luego ver aquella foto me resultaba imposible aguantarme la risa ¡porque el contraste en las dos imágenes es completamente hilarante!

Resulta que la foto que tanto trataron de esconder de mí era una foto de ellos dos solo con el pequeño detalle de que… Kaz estaba disfrazado con un vestido rosa de princesa y una tiara, en cuanto Zoren parecía un hada madrina con alas azules, un vestido azul turquesa y antenas de mariposa... Nunca en un millón de años me imagine que ellos harían algo como eso, pero con solo ver sus expresiones de vergüenza total en esa foto era obvio saber que fue algo que salió completamente mal hace dos años.

Ambos zuros después de ver cómo me reí se tumbaron al suelo de rodillas tratando de esconder sus rostros entre sus brazos, podía escuchar como estaban gimoteando haciendo un esfuerzo por no llorar de la vergüenza que debían sentir en este momento, verlos así me hizo sentir mal, sin embargo, no es excusa para perseguirme por toda la ciudad como si yo fuera alguna clase de presa, pero apenas vi como estaban ahí tendidos con las orejas caídas y las colas enrolladas entre sus piernas supe que era momento de poner un alto.

—Creo que ya fue suficiente... —dije dando un profundo suspiro.

—Opino lo mismo... Ustedes dos ya levanté la cabeza... —ordenó la pantera.

—P-pero maestra... —el lobo levantó la cabeza aguantando las lágrimas— ¿Cómo pudieron...?

—Ay por favor... dejen de avergonzarse con esta foto de hace dos años, ya maduren ¿quieren? Ni que hubiera sido algo que se hiciera público entre las órdenes...

—Es cierto... —intervino la maestra Asajila— Recuerden que los únicos que vimos eso fuimos nosotras, el resto de maestros y sus amigos así que deberían superarlo de una buena vez.

—Aun así —Kaz se levantó aun llorando—, ¡no puedo creer que Arethia tomara una foto de ese momento! ¡Eso fue muy cruel de su parte!

—Puede que tengan razón... Pero eso ya quedo en el pasado —indicó la maestra Kayiri.

—Aunque digan eso... No es fácil sabiendo que quedan pruebas de aquella ocasión... —se quejaba el lobo.

—No sé ustedes, pero tengo la certeza de que esta foto era lo único que se conservó de ese día...

—¿Cómo puede estar segura?

—Llámalo, mi intuición especial...

Parece que las palabras de la maestra no convencieron a esos dos del todo, nada más ver sus caras era evidente, pero creo que después de toda la vergüenza que pasaron siento que no hace falta reprenderlos más de la cuenta, aun así, tengo mucho interés por saber más de aquella foto hilarante.

—¿Saben? Aun después de todo esto me gustaría saber que paso con ustedes para que se vistieran así.

—Sí, yo también tengo curiosidad —agregó Nitasha—, debe haber una muy buena razón para que ustedes dos que tienen apariencias tan rudas hicieran eso.

—Por favor... No... —rogó el tigre.

—Eso es algo que queremos olvidar a toda costa... —aclaraba el lobo.

—Oh vamos... Recuerden lo que dijo la maestra Asajila después de todo lo de hoy lo mínimo que pueden hacer es decirme porque sucedió todo esto.

—Je, je... Es cierto... —rio pícaramente la maestra.

—Eres un pequeño demonio ¿lo sabes? —dijo Kaz con los ojos estrechados.

—Oye... —me puse serio— ¿Acaso los estoy chantajeando con publicar la foto si se niegan? —pensé un poco antes de continuar— Por favor, ni se les ocurra pensar que soy capaz de eso...

—Je, je, tienes razón... creo que no importa si te contamos al respecto... —habló Zoren.

—Y como ya viste la foto ya no tiene caso ocultarlo... —suspiró derrotado el tigre.

—Bueno... Creo que ya no hace falta que intervengamos —concluyó la maestra Kayiri.

—Es cierto... —agregó la maestra Asajila— Nos retiramos, y por favor no vuelvan hacer algo como esto por una pequeñez como esa.

—Lo tendremos en cuenta... —comentó Kaz.

—Sí... Lamentamos haberlas molestado... —se disculpó Zoren.

Después de despedirnos de las maestras estas amablemente se retiraron hacia la torre, poco después de que se alejaron de nosotros Kaz y Zoren comenzaron a contarnos la historia atrás de aquella fotografía mientras que Nitasha y yo escuchábamos todo.

Resulta que hace dos años parece que estos dos habían bebido demás junto con Faren, Arethia y otras personas, curiosamente también se hallaban los maestros para ese entonces, y por alguna razón propusieron una apuesta mientras estaban jugando entre ellos, al perecer era un juego de parejas, no comentaron mucho al respecto, se supone que la pareja perdedora tendría que acatar la orden de la ganadora sin importar de que se trataba y por desgracias del destino esos dos perdieron, luego... Bueno... es claro lo que sucedió después de ese punto.




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