Universo: Mistral
Ubicación: Campos de cultivos del reino Albeka.
Han pasado un poco más de ocho horas de que Heriberto y Eufemia; se retiraron cada quien hacia su respectivo hogar. En el caso de Eufemia, su descanso fue tranquilo como cualquier ciudadano que llega cansado y se duerme para poder recuperar sus fuerzas para el día siguiente, pero en el caso de Heriberto, las cosas han sido diferentes, ya que él ha tenido la curiosidad por aquel extraño hombre llamado Monlix.
No simplemente por su edad avanzada en años, sino por la historia que les contó anteriormente. Heriberto tiene el presentimiento de que el maldito anciano les estaba contando un suceso que había ocurrido en la antigüedad, no sabe a qué se debe, pero la forma en que lo contó; parecía que él mismo estuvo presente. Quizá sea que él es un gran maestro para contar grandes historias a los niños, no sabe la razón de su situación.
—Doce dioses bastantes poderosos contra una sola criatura —dice en voz baja Heriberto, descubriendo que los rayos del sol; comienzan a iluminar su habitación. Dando a entender que está amaneciendo un nuevo día.
La habitación de Heriberto es sencilla, posee una ventana de forma rectangular con sus respectivas cortinas de seda, tiene un camastro, ya que casi nunca está en su hogar, un juego de chimenea donde calienta sus alimentos y un baño.
Comenzando Heriberto a levantarse de su camastro para dirigirse hacia el baño para tomar una ducha, después de unos momentos a solas, Heriberto sale del baño y se comienza a vestir con su tradicional ropa y armadura del escuadrón de los oscuros. Recordando Heriberto que el escuadrón de los oscuros fue creado para la investigación de los reinos enemigos, un escuadrón que se ha enfocado en estudiar el número de tropas con que cuenta el reino objetivo como son: arquería, caballería, si es ideal atacarlo o mejor esperar el momento. Un escuadrón que muchos han dejado de lado, ya que se ha creado el nuevo escuadrón del Ejército de los elegidos que prácticamente es el mismo, pero están enfocados principalmente en combatir al enemigo. Una desventaja bastante grande para Heriberto y su escuadrón, ya que tarde o temprano; el escuadrón dejará de existir.
Comenzando Heriberto a salir de su hogar con el fin de estar preparado para su última expedición, cerrando la puerta de madera de su hogar para dirigirse hacia su nuevo destino: El bosque extraño.
Avanzando Heriberto por las calles principales del reino con su tradicional armadura del escuadrón de los oscuros, dándose cuenta que la mayoría de los ciudadanos dirigen su mirada hacia él sin ningún respeto, recordando él que su escuadrón no ha dado los resultados que el mismísimo rey Lane ha deseado y que posiblemente, este sea su ultimo día.
Puede ver a lo lejos que muchos guerreros comienzan a dirigirse hacia la salida del reino, hacia los sembradíos de forma tranquila, ya que algunos cargan sus espadas y otros; simplemente van con su armadura o equipo de protección personal. No logrando él ver las armas de algunos guerreros, aunque sabe que posiblemente, solo se van a dirigir al bosque a pasearse y por eso están tan confiados.
«No soy muy bueno en las plegarias, pero por favor dioses, si realmente ustedes tienen un poco de piedad ante mí, simplemente les pido que por lo menos podamos encontrar a una criatura para que todos crean, realmente me gustaría seguir activo, pero no hemos tenido éxito en todo momento, solamente les pido este milagro… »,piensa Heriberto dentro de su mente, terminando de orarle a sus dioses mientras que se da cuenta que Eufemia, Cleto y Emilio; lo están esperando más adelante.
—¡Heriberto! —grita Eufemia, comenzando a acercarse junta con todos sus demás compañeros mientras que llaman la atención de todos los guerreros.
—¡Saludos! —grita Heriberto, queriéndose mostrar animado por la expedición, aunque por dentro; está bastante preocupado y triste.
—No te preocupes —suena la voz de Cleto, añadiendo—. Nosotros fuimos testigos de esas extrañas criaturas que antes salieron del bosque.
Afirmando Heriberto silenciosamente mientars que todas las tropas se acercan hacia ellos; rápidamente.
—¡¿Dónde está la recompensa?! —inquiere el anterior arquero que se encontraron el día anterior en la taberna.
Comenzando muchos guerreros a gritar y a exigir el pago de la recompensa.
—¡Tranquilos, tranquilos! —grita Heriberto, obligando a que todos se callen para que le presten atención, añadiendo—. Primero vamos a dirigirnos hacia el bosque en busca de esas extrañas criaturas.
Comenzando muchos guerreros a reírse y a confiarse, mientras que Manuk y sus compañeros que conforman el ejército de los elegidos; se acercan lentamente hacia ellos.
—¡Esta expedición va a durar a lo mucho tres horas, debido a lo pesado y difícil que es encontrar a las extrañas criaturas, así que necesitaremos provisiones y armamento para podernos defender! —informa Heriberto, ya que observa que muchos guerreros no cargan sus armas para defenderse.
Comenzando todos los guerreros a reírse mientras que Manuk decide acercarse hacia la ubicación de Heriberto para poder hablar.
—¡Guerreros de nuestro glorioso reino Albeka! —grita Manuk, llamándola atención de todos en ese momento, para añadir—. ¡Es importante que todos vayan preparados como si fuera una guerra, ya que no sabemos qué clase de enemigo nos puede salir al encuentro, recuerden que existen los reinos de los humanos, elfos, minotauros entre otros a nuestros alrededores!
Empezando todos los guerreros a afirmar en silencio mientras que algunos se dirigen hacia sus hogares para ir por sus armas.
—Muchas gracias —dice Heriberto, dirigiéndose hacia Manuk, quien solo voltea hacia él seriamente.
—Espero que en esta expedición llegues a demostrar que existen esas extrañas criaturas, el monarca Lane acaba de anunciar que es tu último día como líder del escuadrón de los oscuros, ya que solo vas a obligarlo a gastar bastante dinero por esta estúpida expedición —informa Manuk, comenzando a dirigirse hacia el frente del ejército.