Universo: Mistral
Ubicación: Reino de los Elfos
Mientras que Manuk prepara al ejército elegido para enviarlo hacia la expedición del gran bosque, con el fin de buscar la manera del renacer de la diosa Calista. Por otro lado, en el reino de los elfos; la situación está bastante normal a excepción del monarca Durel quien tiene sus ojos cerrados mientras que está sentado en su trono.
—Así es como está la situación entonces, quiero que vayan hacia los demás reinos y les informen del mensaje, ya que quiero hablar con ellos —dice el monarca abriendo sus ojos en ese momento.
Siendo él el único que está sentado en el trono de su reino sin la compañía de ningún guardia, ya que acaba de usar una de sus habilidades para comunicarse a través de visiones con sus subordinados. Una habilidad que poseen los elfos del planeta Mistral.
Comenzando el monarca Durel a levantarse de su lugar, para enseguida dirigirse hacia el centro de su palacio; seriamente.
—¡Círdan! —grita Durel en ese momento.
No recibiendo ninguna respuesta por el momento, pero segundos después; la puerta del palacio se abre para entrar Círdan apresuradamente.
Logrando ver Durel que Círdan se arrodilla ante él.
—¿Llamó usted, gran majestad? —inquiere Círdan, observando el suelo preocupado mientras que espera alguna respuesta por parte del monarca, ya que Durel comienza a caminar hacia su alrededor; seriamente.
—Así es —responde Durel, añadiendo—. ¿Cómo va la preparación del ejército?
—Su majestad, todos ellos están listos para la guerra, gracias a la ayuda de Rindel.
Viendo Círdan que la mirada del monarca refleja seriedad y preocupación, tal parece que algo no está saliendo bien.
—Excelente, hmm, esto es bastante extraño y confuso —dice el monarca, dirigiendo su mirada hacia la salida de su palacio por unos momentos.
Por otra parte, Círdan no sabe que es lo que está sucediendo realmente, pero por la situación que Durel se está expresando; es bastante complicada.
—Espero que no tengamos tantos problemas con el Reino de los Minotauros, ya que serían de gran apoyo contra la guerra que se acerca —informa el monarca, volviendo su mirada hacia Círdan—. No tendremos problemas con los Orcos o los Humanos, ¡ya va a empezar!
Grita el monarca, siendo esto confuso para Círdan mientras que se percata que Durel se dirige hacia su trono; rápidamente.
No sabiendo que hacer Círdan, ya que se le hace raro que Durel se comporte de esa manera.
—¡Lograron llegar a los demás reinos! —grita el monarca, añadiendo—. ¡De seguro usaron portales!
Empezando él a acomodarse en su trono mientras que su alrededor empieza a oscurecerse de manera misteriosa, mientras que Círdan se asombra, ya que es una de las tantas habilidades que posee el monarca Durel para poder hablar telepáticamente a través de visiones contra ciertos objetivos.
Logrando ver Círdan que empiezan a aparecer varias criaturas de diferentes reinos en ese momento, pudiendo ver que está apareciendo el monarca Vyrkus del reino de los Minotauros, enseguida aparece el rey de los Orcos: Grumat. Un Orco de cuerpo de color rojo bastante musculoso con una altura de un poco más de tres metros. Posee un simple taparrabos que cubre sus partes íntimas y sus ojos son de color negro. Segundos más tarde aparece el monarca del reino de los Vampiros: William (*), enseguida de él aparece el monarca Nemon del reino de los Demonios y por ultimo; aparece el monarca del reino de los Humanos: Leonero. Un humano de cuerpo promedio semejante a los del planeta pilar, posee pelo largo color negro, sus ojos son de color verde esmeralda y simplemente se le logra ver que posee una armadura un poco robusta.
—Muchas gracias por recibir a mis guerreros de forma pacífica monarcas de los demás reinos que nos rodean. Mi nombre es Durel y soy el monarca del reino de los Elfos —anuncia Durel, comenzando a llamar la atención de todos los demás monarcas.
—Durel, al fin te conozco —dice el monarca Vyrkus, dirigiendo su mirada seriamente hacia el rey de los Orcos: Grumat, añadiendo—. Veo que estoy siendo visitado por puros incompetentes.
Comenzando los demás a enojarse.
—¿¡A quien le dices incompetente, cerebro de estiércol!? —pregunta Leonero, dirigiendo su mirada enojada hacia Vyrkus delante de todos mientras que el rey de los Orcos sonríe.
—De seguro está hablando de ustedes, ya que nosotros somos superiores —suena la voz del monarca Grumat.
Comenzando todos a verse completamente enojados entre sí, pero un grito llama su atención.
—¡Calmados, calmados! —grita el monarca Durel, añadiendo—. He decidido reunirlos para poder hablar con ustedes acerca de la gran amenaza que se ha detectado.
—¡¿Amenaza?! —inquiere Vyrkus con una sonrisa—. ¡Tonterías, insignificante elfo!
Comenzando el rey Durel a verlo enojado mientras que los demás lo observan seriamente.
—¡El reino de los Minotauros no quiere tener problemas así que busquen ayuda por otros rumbos! —grita Vyrkus enojado, comenzando a dirigir su mirada hacia otro sitio, para agregar—. ¡Ahora elimina ese maldito ritual!
Empezando Durel a enojarse delante de todos, ya que el monarca de los Orcos; empieza a dirigir su mirada hacia otro sitio.
—¡Esperen, malditos! —grita Durel llamando nuevamente la atención de todos—. ¡Una gran amenaza se está acercando contra nosotros lentamente y debemos evitarla a como dé lugar, puedo sentir que está al nivel de un dios!
Dándose cuenta que los demás monarcas lo ignoran, ya que William cruza sus manos mientras que cierra sus ojos, Vyrkus empieza a ver el suelo enojado, Grumat simplemente sonríe, Nemon parece que lo observa con una sonrisa y Leonero solo bosteza sin importarle llamar la atención.
—¡Ese no es mi problema! — grita Vyrkus, eliminándose el ritual de forma misteriosa en ese momento.