Capítulo 3

Es viernes, como de costumbre, Sebastián se levanta muy temprano para ir a trabajar .De re- 
pente se sienten unos fuertes golpes en la puerta .El joven abre y ve un oficial de la corte: 
-Es usted Sebastián-pregunta el oficial 
-si- contesta el joven curioso. 
-el rey lo cita para esta tarde en el castillo 
-debe estar confundido, ¿para qué va a querer verme el rey? 
-solo sigo órdenes y más le vale no faltar. 
En la tarde Sebastián acude al castillo, espera ansioso q manden a llamarlo, hasta que por fin  
sale un sirviente y le dice que el rey lo está esperando. 
Con pasos tímidos entra en la sala del trono y no puede creer lo q está viendo, el rey es el se- 
ñor al que había salvado. 

-Su majestad-dice Sebastián inclinando la cabeza

te mandé a llamar para que me pidas una recompensa, no me gusta deberle nada a nadie-dice  
el rey 
-hice lo mismo q hubiera hecho por cualquier, no espero nada a cambio-dice Sebastián 
-Me empeño en pagarte, como no quieres dinero quiero q trabajes para mí como mi guardia  
personal-agrega el rey después de pasar la noche pensando cómo mantener cerca de su otro  
hijo-no acepto un no como respuesta 
El joven se quedó pensativo pero respondió 
-Pero si no se ni utilizar bien la espada. 
-Mañana comenzarás en la academia, además ya me demostraste de lo que eres capaz-agrega  
el rey. 
De un día para otro cambia la vida de Sebastián, el cual solo piensa q es suerte. 
Unas horas más tarde el consejero del rey el señor Gerónimo entra en la sala del trono 
-Su majestad le traigo noticias q no van a ser para nada de su agrado- 
El rey le hace una seña para q continúe. 
-El ejército de Calula al mando del rey Aros ha tomado las ciudades de Calh y Brixt. 
-Han roto el acuerdo de paz-dice el rey exaltado-tenemos q fortalecer nuestro reino porque el  
rey Aros está atacando una tras una las ciudades de la región. Necesitamos una alianza rápido  
para mostrar fortaleza. 
-La princesa de Asturias no ha contraído matrimonio aún, sería una buena alianza-dice el con- 
sejero 
-Mandare enseguida un mensajero con una carta para su padre, pues esta alianza nos conven- 
dría a los dos-dice el rey-a mí por su gran ejército y a el porque le debe bastante oro a nuestro 
reino.