8 de octubre; 1.35 am.
Las sirenas de la policía se escuchaban cada vez mas cercanas. El miedo y la desesperación incrementaban en cada uno de los presentes.
Amensly.
Un pueblo pequeño al sur de Illinois, con poco mas de cien habitantes, en donde todos se conocían y los chismes corrían rapido. Un pueblo tranquilo en el que la noticia mas interesante era que habían rescatado a un gatito atrapado en un árbol o los nuevos descuentos del supermercado, pero eso acababa de cambiar.
Tres disparos.
Uno tras otro, ininterrumpidos, eso era lo que el pequeño pueblo de Amensly había escuchado la madrugada del ocho de octubre. En ese pequeño pueblo, donde un disparo no era algo habitual, mucho menos lo eran tres.
- ¡Callense todos! - el grito del rubio hizo que todos los presentes se giraran a verlo, pero a el no le importaba eso, sus ojos estaban puestos en la chica de cabello castaño y ojos verdes que se encontraba sentada en estado de shock.
Se agachó con rapidez y quedo frente a ella, le toco el rostro con suavidad, pero ella no reacciono. No había lagrimas, pero sus ojos estaban llorosos, tampoco había alguna señal de miedo, o siquiera alguna emoción, estaba estática. Con esos hermosos ojos azules observando fijamente.
- Cece, necesito que me escuches, yo se que esto es dificil, pero necesito que reacciones - le dijo con desesperación mientras le acariciaba el cabello, en un intento de buscar alguna reacción ella, pero no la había.
- ¡Va a hundirnos a todos! - él se giro a ver con enfado al dueño de aquel comentario.
- ¿Quieres callarte? ¿Qué no ves como está? - pregunto molesto y miro otra vez a la chica frente a el - Tranquila, no pasa nada, solo necesito que digas algo, una palabra aunque sea para saber si entendiste, ¿Esta bien?
- Si - le dijo ella y el suspiro aliviado dejando un beso en la frente de aquella joven.
Apenas se podía ver algo, las luces de sus dos linternas no era de gran ayuda, una apuntando a los dos chicos en el suelo y la otra intentando permitirles ver algo a los otros tres.
- Eso es, ahora necesito que me prometas que no vas a decir nada de todo lo que paso aquí - le pidió, su voz salia con desesperación, nunca ninguno lo había visto en ese estado.
- Bien.
- Eso es - Suspiro aliviado y se giro a ver a los demas - Ninguno dirá nada de lo que paso aquí, ¿Esta entendido?
- Entendido - repitieron todos.
Cuando divisaron las linternas de la policía, todos se quedaron en silencio hasta que estas los apuntaron por completo. Tres parados, dos sentados en el suelo, algunos con los ojos llorosos, otros preocupados, nerviosos o alarmados, ninguno herido, pero todos llenos de tierra.
- ¿Que paso? - pregunto uno de los oficiales mientras se acercaba a los dos jovenes que se encontraban en el suelo.
- Solo se cayó y se doblo el tobillo, pero ya esta bien, ¿Verdad, Cece? - habló aquel chico que negado a despegarse de ella, se encargo de ayudarla a levantarse en el momento en que el oficial intento tocarla para revisarla.
- Si, todo bien - dijo ella mientras se limpiaba las lagrimas - Solo fue el susto, esta todo muy oscuro aquí.
- ¿Que fueron esos disparos? - inquirió una mujer.
- No lo sabemos, nos asustamos cuando los oímos y corrimos - explico la rubia con cierto nerviosismo.
- Bien, vengan con nosotros, vamos a llamar a sus padres, saben que no se puede estar aquí.
- ¿Es muy necesario? - inquirió uno de los cinco presentes.
- Ya se los advertí varias veces, pero ustedes son tercos y siguen viniendo aquí, no me dejan mas opción - dijo el oficial.
Los cinco fueron llevados a la comisaria, todos sentados a la espera de que llegaran sus padres, los que poco a poco fueron entrando con una expresión preocupación en el rostro a buscar a sus hijos.
- ¡Gracias al cielo están bien! ¿Que fueron esos disparos? - pregunto la madre de aquel chico rubio y ojos azules.
- No sabemos - respondió este.
- ¡Celine! - el grito de uno de los padres de los cinco adolescentes se hizo presente y todos se giraron a verlo, en especial la castaña que con miedo observo a su padre.
La ultima pareja en llegar a la comisaria se hizo presente. Richard y Meredith Coldwell entraron por la puerta, ambos con una expresión extremadamente preocupada en el rostro.
- ¿Que te dije de ir a ese maldito lugar? ¿Que te pedí? - pregunto acercándose a ella.
Le tocaba el rostro con preocupación y desesperación, buscando el rastro de una herida en su pequeña. Solo tierra cubrian su hermoso rostro y por ello suspiro aliviado.
- Lo siento - se disculpó ella.
- Casi me matas del susto, ¿Tienes idea de lo que fue escuchar esos disparos y luego recibir un llamado de la comisaria? - pregunto con enfado.
- Perdón.
- ¿Y Holly? ¿Donde esta Holly? - la preocupada Meredith preguntó a los cinco y ninguno pudo responder a aquella pregunta - ¿Donde esta mi hija?
- No estaba con nosotros - respondió Cece.
- ¿Y donde esta?
- No lo sabemos - le dijo otro.
- ¿Donde esta mi Holly?
¿Donde estaba Holly Beckett y que tienen que ver esos cinco adolescentes sentados en la comisaria?
Celine Coldwell, Jace Grayson, Matthew Wright, Amy Brightly y Kaiden Grove ocultan algo y planean llevarse ese secreto a la tumba...o no.