Me encuentro dentro la cueva de los susurros, divisamos tierra firme hace unas cuantas horas y como las provisiones se van reduciendo decidimos bajar a reunir alimentos que al menos soporten la tormenta que se aproxima los siguientes 13 días.
Ya dentro, alguien habla.
-¿Escucha, está escuchando?- Dice alguien detrás.- ¡Son preciosas!¡La melodía me absorbe como hierba en un prado!.
Me acerco un poco más para poder capturar los sonidos.
‹‹¿Será, podrás? Que regresaras, que por reunir poder, un hombre se hundió en él.
Se escuchan susurros de su eterna agonía, pues si te acercas más podrás flotar con él.
¿Será, podrás? Que regresarás, si llegas al poder, el altamar te absorbe en él.
Acércate un poco más, déjame capturar tus susurros cómo fue con él.››
Plumas alargadas de distintos colores saltan de un lado a otro, las colas con joyas en las escamas desaparecen. Y el lugar queda con simples rocas incoloras.
No hay nadie aquí, solo yo y unos cuantos hombres que, al parecer, no son débiles.