El palacio de la no princesa

Sorpresas, tecnicismos y una abuela muy astuta.

Cuando paso todo el escándalo y mal entendido llegó a casa un señor muy bien vestido y muy elocuente, era el abogado.

Luego de mucho bla-bla-bla pues no prestaba atención estaba súper enojada con el mononeurona  de Axel.

—Tu abuela establecida que vivirás con Sr Alfred, dijo el abogado.

—'¿Que? Claro que no.

—Tu abuela supo que te negarías, toma dijo el abogado extendiendo la mano con un sobre, una carta de tu abuela.

— La tomé y si era su letra tan delicada y bien trazadas como era todo lo  ella hacia.

Mi amada Lay, has sufrido tanto, de hogar adoptivo en hogar, la primera vez que te Vi estaba asustada me mirabas como si fuese a lastimarte y así viviste siempre asustada del amor, lamento que no lleves mi sangre, que no seas mi nieta de sangre, pero te amé nunca fue un impedimento para hacerlo.

Si está leyendo esto es porqué está enfermedad ha acabado conmigo y También porque te está negándote a vivir con mi hijo Alfred, legalmente no eres mi nieta estabas conmigo porque nadie te adoptó y claro que tuve que ver con eso no quería perderte. Eres una adulta te pido que vivas con mi hijo complace el último deseo de una vieja que te amo con locura. Mi hijo te dará todo hasta que termine tu estudios,  necesito saber que estás bien.

Este techo es lo único que puedo dejar, mi hijo Alfred es un gran hombre lo sé porque lo crie como a ti. Ve con él y vuélvete una mujer aun mas brillante, mas adulta, como prometiste y ayuda a personas como yo que deben lidiar con esta enfermedad. es un gran cambio, pero estaré contigo siempre te ama.

Magda 

posdata: Debes comer bien.

posdata de la posdata: No solo pizza y sopas instantáneas jovecita que ya te conozco.

 

— Estoy contigo, dijo Jack sacándome mis lágrimas.

—Lo se dije.

Despedimos al abogado y luego nos sentamos en la sala, Alfred me miró y —dijo haré todo lo posible para cuidar de ti, se lo prometí a mama, sus ojos profundos me miraban, pero quiero que sea tu decisión.

—Gracias, dije con una sonrisa con más pesar que alegría.

—Buscaremos un hotel mañana volveremos, Dijo Alfred.

—No es necesario esta es la casa de su madre pueden quedarse aqui.

—No queremos molestar. dijo Alfred.

—No es molestia.

—Acepto dijo Alfred con los ojos iluminados de añoranza.

Esa noche despedí a Jack en la puerta prometiéndole que si decidía irme se lo contaría primero, Camine con El hasta el jardín del frente y me dio un beso en la frente — Estoy aquí, ¿lo sabes? —Si lo sé

Jack tenía esa habilidad de darme mucha calma.

cuando volvía vi las cortinas del piso superior moverse o fue solo mi imaginación.

Al regresar me encontré la sala vacía, Axel había ido a dormir al cuarto de huéspedes y yo subí a mi habitación a tomar un baño al salir pasé por la habitación de la abuela y Vi allí justos al pie de su cama al Señor Alfred sus ojos estaban llenos de lágrimas estaba sumergido en algún recuerdo, su mente había viajado lejos lo sé reconocía esa expresión. era igual a la mía.

—¿La extrañas?

—Sí, ella era muy especial, demasiado, sabía ver la luz en todos. La amaba mucho y no estuve aquí cuando se fue.

—No sufrió dije casi sin pensarlo, tuvo una muerte rápida y pacífica.

—No merecía menos, dijo el con una sonrisa, tratando de ocultar su voz temblorosa. Sé que es difícil lo que te pidió, pero yo quiero cuidar a alguien a quien ella amo tanto.

 —Gracia, lo pensare bien lo prometo, buenas noches

—Buenas noches Layla

—Puedes llamarme Lay.

—Buenas noches Lay.




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