El palacio de la no princesa

Es un Puto Genio.

Me cambié muy pronto, Tráete de usar algo de la ropa que tenía y algo de lo que me habían comprado, sentí que si me ponía todo lo nuevo, me traicionaría a mí misma.

—Ya vámonos.

—Ya voy.

Tomé mi bolso y salí. Creo que no me acostumbro a su tono mandon, en serio puede ser muy exigente, pero luego de  lo que escucho, bueno de lo que creo que escucho,   no debo presionar mas, no se si escucho lo que dije pero incluso el mononeurona puede tener sentimientos. 

—Joven, debemos salir o llegará tarde.

—No, Deric hoy conduciré mi auto.

— Como desee Joven.

—¿Vas a conducir, estás seguro?

—Sí primita ¿estás asustada?

—Yo no le tengo miedo a nada ni a nadie.

Dije eso, pero en verdad me daba algo de miedo: No que fuera a conducir el coche sino, a ese nuevo mundo no sé si me aceptaría, ¿sere adecuada para ese mundo? todas esas ideas me comían la cabeza. Yo y mi capacidad de provocarme pavor a mi misma.

Una vez en el auto, muy lujoso, por cierto, Me senté en el asiento del copiloto.

—¿Lista?

—Siempre dije lanzándose una mirada desenfadada muy a lo May y volviendo los ojos a mi móvil.

—Bien

— Qu-ee!!! ¿Que haces Axel?  Espera, se abalanzó sobre mí, podía sentir su aliento en mi cara.

—Calma primita solo te pongo el cinturón de seguridad.

—La próxima vez sólo debes decirme yo lo haré.

—¿Está enojada o asustada o tal vez te sientes intimidada? 

La verdad no lo sabia, Era mucho sentimiento, rayos que raro este chico con su carácter tan cambiante. Me hace sentir incomoda.

Llegamos: el edificio era grande bien custodiado las personas que transitaban en él se veían de alta sociedad. Todos se veían como los actores y actrices de esas películas que de un momento a otro empiezan a cantar sobre su nueva vidas, sobre su historia de amor adolecente, sobre el, ella y lo genial que ha sido conocerla.

—Okey, iremos dónde el director, se una buena chica y no hables al menos que sea necesario.

— No me digas que hacer. A diferencia de ti, yo si se como comportarme y muy bien, por cierto.

—Que bueno saber eso.

Bajamos del carro y todos nos veían, pensé por un momento que tal vez era mi ropa o mi peinado. Fue incomodo realmente incómodo.

—Axel.

—Profesor McDonald

—Es un placer verte, Trabajo en un nuevo proyecto y me gustaría tu punto de vista.

—¿Como podrías contribuir? cuando un genio como usted está trabajando en ello.

—No, muchacho no seas humilde, eres el estudiante más brillante que he tenido.

—Gracias maestro, Pero difiero de usted, considero que solo soy un buen repetidor de usted. 

¿Brillante Axel? mis ojos parecía que iban a escapar de mi cara.

—¿Quien es ella? ¿acaso tú novia?

—No, por supuesto que no, Profesor McDonald, es una amiga de la familia, se quedara con nosotros un tiempo.

—Mucho gusto, Soy Layla 

—Un placer jovencita espero que seas tan sensata e inteligente como Axel,aproveche su tiempo con el, es un genio.

Solo sonreí a manera de respuesta.

—Profesor lo dejo ya, debo terminar algunos asuntos.

Le dio una sonrisa tan elaborada, lo juro fue la sonrisa mas programada que vi jamas y solo lo veai con mi Cara de OKEYYYY entiendo.

—Pasa por el laboratorio lo más pronto posible, un placer Jovencita.

No fue sino el profesor marcharse. Cuando una mujer: alta y esbelta con un pelo rubio como el maíz, muy fina con pasos seguros se acercaba a Axel. Traía puesto una bata blanca, y su ropa era perfecta parecía modelos de una revista, combinaba a la perfección con aquel lugar. La verdad no tengo claro de si sus piernas eran larga o las mias se reducian en tanto ella se acercaba, ¿ Como se puede tener esa piernas tan endiabladamente hermosa y no tratar de enmarcalas?

— Axel, Querido, Te estado llamando todo el tiempo.

se acercó a él y le dio un abrazo, el cuál acepto con toda naturalidad

— Lo siento Laia.

—Deberías recompensarme ¿qué tal si salimos está noche?

—Por supuesto, es más una recompensa para mí que para ti.

—Eres todo un caballero.

—Lo intento,no tengo opcion de ser menos, frente a una dama como tu.

No lo podia creer, se estaba conmiendo con los ojos o al menos eso pensaba, Creo que se olvidaron de mi. Quede reducida a especadora.

—¿Quien es ella?

—Es la chica de la que te hable.

—¿La de la caridad? Hola Querida soy Laia Miller, un placer conocerte.

—¿ La caridad? dije mirando a Axel, Hola soy Layla Davis, Me gustaría escuchar lo que el Axel te ha dicho.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.