NARRA THALIA
Hoy es el tan esperando día donde voy a viajar a ese pueblo atrás de las montañas, estoy muy emocionada porque, uno de mis tantos hobbies es viajar. Por eso unos de mis grandes sueños es viajar por todo el mundo y conocer lugares que muy pocas personas han estado.
Como siempre, armo mi valija el mismo día que voy a viajar. Mi valija es de un tamaño mediano pero le entra un montón de cosas, además que, en el exterior, tiene pegadas pegatinas de diferentes lugares que he visitado y me encanta. Estaba guardando las cosas en la maleta pero, me doy cuenta que, pasa mi mamá y se asoma para ver que estoy haciendo, ella me sonríe pero parece más una mueca y sigue su camino. Desde que le comenté a mi mamá que iba a viajar a Nill dish, no le fascinó la idea, por lo cual me pareció extraño porque ya he viajado sola y no ha mostrado nada de enojo ni desagrado. Pasan unos minutos y veo mi reloj y observo que faltan dos horas para que el colectivo salga, asique me apresuro en alistar todo.
-Hija, ¿ya estás lista?- algo que me sorprendió es que ella me iba a dejar a la terminal, digo que me sorprendí porque como desde el principio se mostró con desdén con respecto a este viaje, pensaba que no quería tener nada que ver con él.
-Sí mamá, ya estoy terminando, báncame cinco minutos- le dije, solo me faltaba guardar tres prendas y acondicionarme un poco. Mi mamá asiente, me sonríe y se va.
Cuando termine y cerré la valija, fui al baño a alistarme un poco para estar más presentable. Me hice una trenza y me puse un poco de bloqueador solar ya que, en donde vivo, el sol está muy fuerte. Saliendo del baño, fui a mi cama donde había dejado antes, una muda de ropa para usar durante el viaje en colectivo y en tren. Me puse una calza negra con zapatillas rosas, además con una remera básica blanca con una margarita pequeña cerca de la manga del brazo izquierdo. Y salgó de mi habitación y me dirijo donde está mi mamá.
-Listo mamá, ya estoy lista- dije y ella me miró con una sonrisa.
-Okey hija- me dijo e hizo una mueca- Thalia, ¿estás segura de querer ir sola?, ¿no querés que te acompañe?- dijo preocupada.
-Si mami, estoy segura, además nose que te preocupa tanto que vaya sola, no es la primera vez que hago esto- le dije
-Si ya sé que no es la primera vez, pero hay algo en ese pueblo que no me gusta, nose… es como una sensación rara- me dijo haciendo una mueca al final.
-Hagamos una cosa…si veo que hay algo extraño ahí, me voy- le dije agarrando sus manos y, al final le doy una sonrisa para tranquilizarla. Mi madre cuando le dije esto se tranquilizó un poco más y asintió con la cabeza muy lentamente.
Después de esta breve charla, salimos y nos dirigimos a la terminal de ómnibus, llegamos media hora antes y, había bastantes personas esperando el colectivo. Cuando ya estábamos cerca de la hora, llegó el transporte pero los choferes se bajaron y no aparecieron como a los diez minutos. Luego de volver, ellos nos dijeron a todos los que estábamos ahí, que carguemos las valijas en el baúl del colectivo. Por suerte, no tarde tanto en guardar mi maleta, asique me dirigí a saludar a mi mamá, ella tenía lágrimas en los ojos y, cuando estuve delante de ella, me abrazó muy fuerte y me deseo suerte y buen viaje. Después me sume a la fila que había para subir al colectivo, lo bueno que delante mio, no había tantas personas, asique pude subir rápido. Mi asiento estaba abajo y era unos de los últimos, además que era individual. Cuando me acomodé, ví que mi mamá se estaba acercando a la ventanilla y me saludo con la mano igual que cuando el colectivo arrancó.
Pasaron varios minutos desde que salimos de la terminal, todavía no entramos a la ruta. Me encanta ver el recorrido que siempre hacen los colectivos cuando salen de la terminal, no sé porque. Pude observar que, del otro lado del pasillo, en mi misma fila, había una mujer con su hijo pequeño. El niño estaba jugando con un avión de juguete y con una muñeca vestida de piloto, el pequeño vio que lo estaba observando y me miró. Cuando conectamos mirada nos sonreímos y el me tendió el avión, su madre, que estaba observando toda la interacción, me sonrió y me asintió dándome el consentimiento de agarrar el juguete. Jugué con el niño, que se llamaba Manuel y tenía cinco años, como una hora inventando diferentes historias que él me proponía. Me di cuenta que tenía mucha imaginación y se le ocurría diferentes historias que te preguntabas de donde o como se le había ocurrido. Después de varios minutos, Manuel se fue a acostar y yo estaba por dormirme pero me dieron ganas de ir al baño, asique, con cuidado, fui agarrándome de los asientos para no caerme. Entré al pequeño cubículo y pude notar que estaba muy limpio, lo cual me sorprendí porque, generalmente no son muy higiénicos. Cuando terminé de hacer mis necesidades, salí del baño, y con mucho cuidado, fui hacia mi asiento, me acosté y me dormí.
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Holaa!!Cómo va?? Acá les dejo, después de mucho tiempo, el décimo capítulo. Cuéntenme que les pareció...
Espero que estén pasando o hayan pasado un día lindo, depende de cuando estén leyendo esto, sin mas me despido.
-Lucía
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Editado: 01.04.2024