El Pasaje Maldito

Capítulo 14: El Juego de las Almas

 Lucía, paralizada por el terror y la desesperación, observó cómo Carmen y la muñeca avanzaban hacia ella en perfecta sincronía. Sus pasos resonaban en la habitación, creando un eco siniestro que llenaba el aire. Carmen estaba al frente, con una sonrisa malvada que parecía haber reemplazado su expresión de amistad. La muñeca, en cambio, estaba detrás de Lucía, susurrándole palabras insidiosas que reverberaban en su mente atormentada.

 

–"Lucía, querida amiga, ¿por qué resistes?" Carmen habló con una voz melodiosa pero llena de malicia. –"Podemos liberarnos juntas de esta existencia monótona y aburrida. Solo debes jugar con nosotras".

 

 Lucía luchó por articular palabras, su garganta seca y con un nudo de miedo. –"¿Carmen? ¿Eres tú?"

 

 La risa de Carmen llenó la habitación como un eco burlón. –"Oh, Lucía, has sido tan ingenua. Todo este tiempo he estado aquí, observándote, esperando el momento adecuado para revelar mi verdadera naturaleza".

 

 Las palabras de Carmen la atravesaron como dagas afiladas. Habían sido amigas desde la infancia, compartiendo risas, secretos y aventuras. Y ahora, descubrir que Carmen había sido un títere del mal desde el principio, la dejó con una sensación abrumadora de traición y pérdida.

 

 La muñeca, cuya boca no se movía, continuó susurrando en su mente. –"Lucía, querida, puedes liberarnos de esta prisión eterna si juegas nuestro juego. Imagina la emoción, la libertad, la satisfacción que obtendrás".

 

 Lucía sintió una lucha interna mientras las palabras de la muñeca se entrelazaban con la voz de Carmen. Había una promesa en esas palabras, una promesa de escapar de la monotonía y el sufrimiento que había experimentado en el Pasaje Maldito.

 

–"¿Qué juego?" preguntó Lucía con voz temblorosa, sintiendo que su resistencia se desmoronaba lentamente.

 

 Carmen se acercó aún más, y su mirada se llenó de un éxtasis perverso. –"Es simple, querida amiga. Debes hacer lo que te pedimos. Debes cumplir nuestras demandas y, al hacerlo, seremos libres y como recompensa, te liberaremos a ti también".

 

 Lucía titubeó, atrapada en una red de engaños y manipulaciones. Por un lado, su instinto le decía que no podía confiar en Carmen ni en la muñeca. Por otro lado, la promesa de libertad era tentadora, especialmente en un lugar donde la desesperanza se cernía como una sombra constante.

 

 La muñeca continuó susurrando. -"Piensa en lo que podrías hacer, Lucía. Podrías explorar el mundo, vivir aventuras emocionantes, sentirte viva de nuevo. Solo debes decir que sí".

 

 El miedo y la ansiedad se mezclaron en el interior de Lucía mientras contemplaba su elección. La habitación parecía girar a su alrededor, y la presión de la decisión se cernía sobre ella como una losa.

 

 ¿Aceptaría el trato tentador de Carmen y la muñeca, o lucharía contra el oscuro juego que habían tramado para su alma? Lucía estaba en una encrucijada, y su elección definiría su destino.

 



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En el texto hay: misterio, terror, muñecas

Editado: 10.12.2023

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