Alex estaba en la sala jugando tranquilamente después de comer su pudín mientras yo estaba en la cocina terminando de hacer el almuerzo.
No podía creer lo mucho que había cambiado mi vida en los últimos 3 años.
Nunca pensé quedar embarazada tan joven, cuando me enteré de que estaba embarazada la idea de deshacerme del feto. Muchas veces estuve muy tentada a hacerlo, incluso en una ocasión me encaminé a ese lugar de mala muerte.
No estoy orgullosa de eso, pero cuando supe que esperaba un bebé de ese ser despreciable simplemente quise sacarlo de mí.
»Flashback «
Mis manos tiemblan al sostener la prueba de embarazo.
Dos líneas.
No podía creerlo.
Estoy embarazada de Erick.
Hace un par de meses descubrí su “secreto”.
Un vampiro. Es un maldito vampiro.
¡Ni siquiera debería existir algo como eso!
Ahora estaba encerrada en su casa, el muy imbécil me secuestró desde que supo que quería abortar.
Según él mi sangre es especial, por eso me violó al tercer día de estar viviendo en este horrible lugar.
Su hermana menor, Marie, es todo lo contrario a él, aunque no por eso termino de confiar en ella.
Es su hermana después de todo.
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Según me ha dicho Marie, Erick salió de viaje y no volverá dentro de un largo tiempo. El embarazo cada vez sigue avanzando, Marie me obliga a tomar un vaso de sangre cada semana.
Ella alega que es necesario ya que mi bebé es hijo de un vampiro de los más fuertes en su medio.
Es desagradable la sensación de esa sustancia medio viscosa bajando por mi garganta, pero no me desagrada su sabor. La primera vez que pasó me asustó realmente, pero Marie me dijo que era normal debido al bebé.
Ella ha sido un buen soporte en estos momentos.
Mi embarazo, según pude saber, durará dos meses menos que el de una humana común.
Las sirvientas de la casa, las cuales viven en mejores condiciones que yo, me trajeron unos cuantos libros sobre la historia de los vampiros.
Aprendí que ellos, entre miembros de su misma especie, no pueden concebir hijos ya que, por obvias razones, es imposible.
Éstos pueden embarazar o quedar embarazadas si su pareja es humana y/o de otra especie, pero ellos prefieren a los humanos ya que es más fácil someterlos o eso estaba escrito en el libro.
El embarazo conlleva muchos más riesgos que uno humano. El feto es muy, pero muy delicado los primeros dos meses de vida.
A petición mía, casi ruego, Marie no le dijo absolutamente nada a su hermano. No quiero que él se entere.
Según parece sus “negocios” se han alargado mucho más de lo previsto, lo cual es mejor para nosotros.
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Mi vientre ha crecido mucho ya, parezco de 7 meses cuando solo tengo cuatro y medio.
Mi bebé ya empieza a moverse dentro de mí, lo cual es doloroso, pero hermoso.
No puedo creer que aun sin conocer a mi bebé ya le amo.
Ya pasé esa etapa de querer arrancarlo de mis entrañas debido a quién es el padre, pero mi bebé no tiene la culpa.
-¿Ya pensaste en algún nombre? -la voz de Marie hace que salga de mis pensamientos y fije mi mirada en ella.
-Si es niña me gustaría que se llamara Amira, pero si es niño Alex. -le respondo con una pequeña sonrisa en mis labios.
Fijo mi vista hacia el gran ventanal que hay en la habitación.
A lo lejos se escucha el trinar de las aves que están regadas por los árboles.
Cierro por un momento los ojos.
Es un lindo, lindo pajareo.
Una sonrisa se extiende en mi rostro cuando un recuerdo cruza mi cabeza.
Lindo, lindo pajareo.
Estrellitas en el cielo y allá arriba están volando con alitas de murcielago.
»Fin flashback«
Dejo un rato la olla en donde se está guisando la carne junto a las papas y me dirijo a ver a mi hijo.
Han pasado dos años desde que mi bebé nació, y no he podido pedir mejor hijo.
Cuando nació era una cosita pequeña, rosada, un tanto llorona, pero muy, muy hermoso.
Pasaron los días y él empezó a mantener silencio. Solo lloraba cuando tenía hambre, calor o necesitaba un cambio de pañal-deja Supe desde ese entonces que debía sacarlo de ese lugar. No me iba a permitir que ese hombre matase a mi dulce bebé.
Alex se percata que lo observo y me sonríe.
-¿Pasa algo, mami? -deja de lado esa figurita de Spiderman a un lado y llega a donde estoy.
-Nada de qué preocuparse, mi niño. -le imparto una suave caricia a su cabello y regreso en la cocina.