El Pequeño De La Luna

¿Quién se cree?

Algo que me dejó atónita fue salir de mi casa para arreglar un poco el jardín trasero y ver al lobo de Peter muy tranquilo de la vida mientras otro está sobre él, lamiendo su mejilla.

Con un solo movimiento de manos hice volar hasta un tronco al lobo desconocido.

-Esto no se quedará así, Peter. -dicho eso entro a la casa.

Tánatos estaba mirando fijamente la puerta tras de mí.

-¿Quién llegó? -está cruzado de brazos.

-Nadie importante, Tato. -me encojo de hombros restándole importancia.

-¿Tato? -él me mira divertido con una ceja alzada.

-Es que tu nombre me resulta algo largo, además, Tato suena lindo, ¿no lo crees? -iba a salir de la cocina, pero me detuve antes de irme- ¿o te molesta? -mi tono de voz se volvió más bajo y con un matiz de tristeza.

Él de manera rápida me envolvió entre sus brazos.

-Claro que no me molesta, linda. -él besó mi mejilla y en eso entró Peter en forma de lobo.

Un gruñido fiero es liberado por la boca del lobo.

-¡Peter! -la voz aguda de una chica se hace presente.

Ella es mediana, 1.67 tal vez. Piel blanca, ojos verdes, cabello cenizo y un cuerpo envidiable.

Está desnuda en mi cocina.

-Sal de mi casa. -ella me mira molesta.

-Vámonos, Peter. -el susodicho me mira.

Alzo mi ceja y me cruzo de brazos.

Ella se acerca unos pasos a él, lo que hace que él suelte un gruñido en advertencia.

-¡Papá! -la voz emocionada de Alex hace que desviemos la mirada y la fijemos en él.

Peter se acerca más a Alex y empieza a jugar con él.

-Ve a cambiarte. -le ordeno a Peter.

Salgo de la cocina y subo a mi habitación.

Creo que esa tipa se va a quedar junto a Peter. Solo pensarlo me provoca un horrendo dolor de cabeza.

De mi armario saco un conjunto simple de ropa interior nueva, un pantalón medio holgado y una camiseta grande.

Desde que estuve embarazada de Alex me enamoré de ese tipo de camisetas.

Una vez con toda la ropa en mi mano bajo a la cocina, lugar en donde me encuentro a esa chica coqueteando con Tato.

-Y, dime, guapo, ¿tienes novia? -el tono que usó pretende ser "sensual", aunque más bien parece que en cualquier momento va a salir corriendo al baño.

-Si, es la joven que viste aquí. Así que te pido que tengas más respeto. -el tono duro de Tánatos hizo que una sonrisa se extendiera en mi rostro.

-Pero podemos divertirnos sin que ella se dé cuenta. -ya me cansé de esto.

Entré bruscamente a la cocina y dejé la ropa sobre la pequeña isla.

-Si vas a estar de perra ofrecida te voy a tener que sacar de mi casa. Ni mi hijo ni yo estamos para ver a una mujer desnuda abriendo las piernas a hombres que son importantes para nosotros.

»-Ahí tienes ropa. Cámbiate o vete. -tomé la mano de Tato y lo saqué de la cocina.

¿Quién se cree esa tipa?

 




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