La casa de Agustín era grande, o eso les parecía a los hermanos D’contte pues el departamento en el que vivían con su padre tenía el espacio justo para habitar los tres.
—Lo sé. —Dijo Agustín al ver los gestos de Lenna y Eduardo—. Muchos lujos para un solo chico; mis padres intentan compensar su ausencia con lujos y pues estoy de acuerdo.
—No había visto una casa tan grande, es parecida al palacio aural. —Comentó Eduardo—.
—¿El palacio aural?. —Pregunto el rubio. Esa palabra la había escuchado antes, “aural” oh eso le parecía—.
Lenna le dio una mirada de advertencia a su hermano y después se giró emocionada.
—¿Dijiste que tenías alberca verdad? ¿Me llevas?. —Dijo Lenna con tono coqueto—.
—Por supuesto. —Respondió a Agustín sonriéndole a la chica—.
—La seducción resulta ser un método de disuasión infalible. —Dijo Eduardo en su mente—.
—¿Esperabas que lo disuadiera con mi aura, hermanito?. —Respondió Lenna también en su mente—.
—Cometí una imprudencia, lo sé, pero no puedes coquetearle así como así a los chicos, te meterás en problemas, Lenna. —Dijo Eduardo viéndola alejarse—.
—¿Y tú sí? Por qué te recuerdo que mantienes una relación amorosa secreta con…
—Traje refrescos. —Interrumpió Ethan los pensamientos de los chicos, los miró entornando los ojos y después dirigió la mirada a Agustín—.
—Pueden ponerse cómodos. —Invitó el rubio—. Pedí comida a domicilio y seguramente no tarda en llegar.
—Gracias. —Dijo Eduardo—.
—¿Relación con quién?. —Preguntó Ethan en su mente—. No sabía que tenías novia, Edu.
—Es complicado. —Respondió el pelirrojo—.
—LOS HOMBRES son complicados. —Intervino su hermana—.
Eduardo abrió los ojos con asombro y miró a Lenna en advertencia; la pelirroja sonrió satisfecha. Dio un giro y se tiró a la alberca.
—¡Hombre al agua!. —Grito Agustín tirándose a la alberca también—.
—¿Tienes novia y no me habías dicho?. —Reclamo Ethan—.
—Bueno, no es que ande contando mi vida privada. —Contestó Eduardo—.
—Pero bueno, ¿quién es?. —Preguntó con curiosidad Ethan—.
—No te voy a decir, Alarii. —Dijo el pelirrojo cuando Agustín se aproximaba—.
—¿Quién es Alarii?. —Preguntó Agustín secándose con una toalla—.
Ethan escupió la soda que se encontraba tomando de golpe y en sus pensamientos le dijo a Eduardo.
—Te lo advierto.
—Un personaje de una serie, creo. —Dijo Eduardo entre risas—.
Agustín los miró con curiosidad a Ethan y le sonrió de una forma muy particular a Eduardo.
—¿Nadaran o se quedaran aquí a coquetear entre ustedes?. —Dijo Agustín bromeando—.
—¿Coquetear? Eso lo haces tú, cabrón. —Contestó Ethan entre risas—.
—¿Recuerdas aquella vez? —Preguntó Agustín cambiando de tema—. Cuando alegabas que a un chico le cambiaron de color lo ojos.
Ethan volteo a ver a Eduardo.
—Lo recuerdo. —Contestó—.
—Ese mismo día por la tarde fui a tu casa, tu hermano Ramsés estaba llamándote la atención y a él también le cambiaron de color los ojos, igual escuche ese nombre que pronunció Eduardo “Alarii” y la palabra aural, he estado recordando varias cosas repentinamente y no sé por qué las olvide.
Eduardo trago saliva.
—¿Estás seguro?. —Preguntó Ethan—.
—El chico de los ojos se parecía a Eduardo. —Dijo Agustín con asombro—. Ya lo recuerdo todo.
Lenna volteo la mirada un poco preocupada acercándose a la orilla de la alberca.
—¿De qué hablan?. —Pregunto la pelirroja—.
—¡Tienen poderes!. —Exclamó Agustín con sorpresa—. Si, lo descubrí, yo lo descubrí. —Se tocó la cien como si estuviera tratando de darle más claridad a sus recuerdos—. Son aurales o algo así, fue ese día, cuando la escuela se incendió, no era fuego, era el aura de Iktan.
—¿Qué?. —Preguntó Ethan—.
—Iktan. —Repitió Agustín—. Ese es tu nombre real.
Lenna miró a Eduardo con consternación.
—Es imposible que recuerde lo que ya se le ha borrado de la memoria. —Hablo Lenna en su mente—.
—Y tú. —Señaló a la pelirroja, Lenna se sobresaltó—. Tú has estado manipulando mi cabeza para que olvidara todo, no lo vuelvas a hacer nunca más.
La frustración de los chicos era apabullante, se miraban unos a otros tratando de entender lo que le pasaba a Agustín, nadie había podido recordar nada después de haber sido manipulado con aura.
—No sé de qué hablas. —Alegó Ethan—.
—Sanas muy rápido. —Exclamó—. Cuando Alexis te golpeo en el campo de futbol, te abriste la cabeza y sanaste en cuestión de segundos.
#21562 en Fantasía
#8555 en Personajes sobrenaturales
amistad y diversion, adolescentes y aventura, nahuales y seres magicos de mexico
Editado: 11.08.2020