El poder oculto

Capítulo 35: Detrás del muro

   El hotel se alzaba majestuoso e imponente en medio del bosque. Era la única construcción visible en toda la isla. Un sinuoso e iluminado sendero de rocas nos condujo desde el muelle hasta la escalinata de la entrada en donde se alzaban dos grandes columnas de mármol blanco.

   Los amplios portales que daban a la recepción se encontraban abiertos de par en par. Sentí que el lugar me daba la bienvenida. Sería mi hogar durante mucho tiempo, pero lo que no había considerado en ese momento era que también sería mi prisión. Rodeados de agua absolutamente, nada que escapase a la mirada de mi padre podía entrar ni salir de la isla.

   La diferencia de temperatura entre el lujoso hall y el exterior produjo que mi visión se tornara borrosa y que los amplios baldosones negros y blancos se difuminaran bajo mis pies.

   —¿Te encuentras bien? —preguntó mi padre frunciendo el entrecejo.

   Asentí con la cabeza.

   —Sí. El calor hizo que me bajase la presión —dije, restándole importancia a la situación.

   No quería parecer una persona débil ante sus ojos y me obligué a seguir sus pasos de manera firme. En retrospectiva, quizás mi cuerpo intentaba advertirme de alguna manera que tuviese cuidado. No supe interpretar las manifestaciones de mi ser.

   Nos detuvimos frente a un amplio mostrador de madera lustrada. Del otro lado se encontraba de pie una esbelta mujer con cabello oscuro y tez aceitunada.

   —Bienvenido, señor. ¿Cómo estuvo su viaje? —preguntó con cordialidad.

   —Muy bien, Ailén. Te presento a mi hijo, Esteban, quien se quedará a vivir aquí a partir de ahora. Dale la llave de la habitación 308.

   —Un  placer, Esteban —dijo la joven regalándome una encantadora sonrisa.

   La saludé con una inclinación de cabeza.

   —Gracias —agregué aceptando las llaves que Ailén acababa de depositar sobre el mostrador.

   Seguí a mi padre, quien me condujo por unas lujosas escaleras y pasillos alfombrados hasta la que sería mi habitación. Cuando abrí la puerta me quedé absolutamente maravillado. Esperaba que se tratase de un lugar lujoso, dado que todo el lugar estaba pensado para albergar a turistas con un gran poder adquisitivo, pero  mi cuarto era realmente impresionante. No era solo una habitación sino que parecía un amplio monoambiente moderno.

   —Mi habitación es la 217. Si necesitás cualquier cosa, no dudes en pedirmela a mí o a Ailén en recepción. ¿Tienes hambre? —preguntó mi padre.

   —La verdad, no —respondí.

   —Tampoco yo. Creo que iré a descansar un poco. Fue un viaje largo. Si querés ir a comer algo, podés bajar al restaurante del hotel o bien pedir servicio a la habitación. Si querés que te llenen la heladera o necesitás cualquier cosa del continente, pásale una lista a Ailén y ella enviará a alguien. No te preocupes por el dinero. Mañana te presentaré a tu tutor y a tus compañeros. Es importante que forjes una buena relación con ellos, puesto que ustedes serán los líderes del mañana.

   Alcé una ceja. ¿A qué se refería? Me interrumpió antes de que pudiera formular mi pregunta:

   —Pronto entenderás todo. Estoy demasiado cansado en este momento y es una larga explicación. Ya hablaremos más tarde.

   Dichas esas palabras se marchó de la habitación. Me pregunté a qué tipo de lecciones me enfrentaría. Tenía el presentimiento de que iba a adquirir muchísimo poder. Tan solo esperaba estar  preparado para lo que vendría.

   Me hubiese gustado poder conversar con Tamara y conocer su punto de vista ante toda esa situación tan extraña. Mi padre había dicho que ella y su familia llegarían al hotel tarde o temprano, pero podían pasar días o quizás semanas hasta que aquello sucediese. Me pregunté si podría comunicarme con ella de alguna forma y hacerle saber que estaba bien. Seguramente, mi repentina desaparición la tenía muy preocupada, porque yo le importaba o al menos eso esperaba en el fondo.

       Dejé mi mochila cerrada dentro de un guardarropa y me recosté vestido sobre la cama sin deshacer. Cerré los ojos y me focalicé en visualizar a Tamara. Me concentré en cada detalle de su precioso rostro. Vi sus salvajes bucles dorados, sus grandes y misteriosos ojos negros que me miraban como intentando descifrarme, con cautela y ternura como nunca nadie me había observado, y contemplé aquellos labios rosados con forma de corazón que me hechizaban. Me hacía mucha falta en ese momento. Sentía que estaba renunciado a todo mi pasado y ella era lo único que realmente anhelaba conservar.

   Intenté conectar mi alma con la suya, quería hablarle, quería sentirla de nuevo en mis brazos. No sabía si lograría comunicarme con ella de esa forma, pero valía la pena intentarlo. Imploré en silencio a los silfos, los elementales del aire, que unieran mi pensamiento con el de ella. Quería asegurarme de que estaba a salvo y quería que supiera que no la había abandonado y que me encontraba bien.

   Su recuerdo me producía cierta melancolía. Junto a Tamara me sentía fuerte y al mismo tiempo vulnerable. Nuestra relación estaba llena de contradicciones. Ella me atraía como un farol atrae a las luciérnagas y al mismo tiempo estaba seguro de que si me envolvía con su llama, acabaría por destruirme. Con ese pensamiento en mi mente me sumergí en un profundo sueño. 

   Me encontraba en una cueva de cristal y rodeado de agua. Una luz tenue y verdosa lo envolvía todo. En el agua a mi alrededor ciertas imágenes se dibujaban para después esfumarse. No podía ver con claridad.

   Reparé en que quizás, al estar en una isla, el agua que me rodeaba limitaba mi poder del mismo modo que me protegía de la magia oscura que quería dañarme. Me sentía atrapado en una lujosa prisión.   

    Algunas imágenes comenzaron a cobrar nitidez a mi izquierda y me concentré en ellas. La silueta de Tamara estaba de pie del otro lado. Los detalles de la imagen no eran claros. Por una fracción de segundo creí que ella había reparado en mi presencia allí, pero comenzó a caminar y tomó lo que parecía ser un libro. Supuse que sería su grimorio.



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En el texto hay: brujas, romance adolecente, paranormal suspenso

Editado: 17.07.2020

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