Luciana 20 años
Estoy en una de esas situaciones en las que me pregunto, ¿Cómo seria mi vida si hubiera nacido en una familia rica? Con un padre y madre talvez no amorosos, pero tendría una vida muy digna durante mis primeros años.
El amor me resultaría lo mismo, de todos modos, ser huérfana me ha llevado a reconocer por cuenta propia que el amor es algo de lo que gente como yo carece.
Desde el minuto cero de mi existencia, mis padres eran unos totales irresponsable, dejándose llevar una simple calentura, mi padre estudiante, ¿Qué podría ofrecerle a mi madre? Exacto, nada, mi madre tiempo después lo contacto y el simplemente no quiso hacerse responsable.
Mi madre no tuvo el coraje suficiente como para abortarme, así que conforme fui creciendo, siempre recalcaba el gran error que fui para ella, todo lo que perdió por mí.
Al ser una niña creía en todo lo que decía, pero deje de mortificarme, cuando a los 4 años, me dejo fuera de una casa hogar llamada "sonrisas"; Y es irónico saben, ya que en ese lugar jama vi una sola sonrisa.
Cuando alcancé los 15, hui de ese lugar, la comida apestaba, los baños eran horribles y las camas... bueno si a el piso se le considera una cama. Pero más que nada, lo que me llevo a irme y no volver jamás, era aquel conserje que miraba de manera depravada a las niñas.
Tenia miedo que un día me llegara a hacer algo y no tendría a nadie para creerme, así que mas vale prevenir y desde entonces, he tenido que apañármelas sola, en una sociedad y lugar totalmente distinto.
Estar en esas cuatro paredes, hacia que el mundo se me hiciera pequeño y quisiera comérmelo de un solo mordisco, pero al estar entre la gran ciudad, me sentía una pequeña e indefensa hormiga.
- Estúpida, te estoy hablando
- Disculpe señora
- ¿señora? – dice la vieja ofendida e irónicamente responde – ja. Por favor es que aparte de tonta, ciega
La ira recorre por mi cuerpo, queriendo encontrar alguna forma de escapar, pero tengo que controlarme, no es la primera narcisista que me encuentro y no quiero perder mi empleo.
- Le recogeré el plato señorita y le traeré la especialidad de la casa como disculpa
Y justo cuando levanto el plato alguien pasa detrás de mi empujándome, haciendo que la copa de vino que ella estaba tomando se derrame en su vestido y para moler más, blanco.
- Ahh! Estúpida
- Señorita...
- Señorita nada, eres una completa y maldita inútil
Y en eso siento como mi cara se volteé y el ardor en mi mejilla se hace presente; volteo a mirarla y veo como en sus ojos hay satisfacción y arrogancia.
Cuando estoy a punto de devolverle la bofetada, siento como toman mi muñeca y cuando volteo, observo a un hombre que jamás en mi vida había visto.
- Una disculpa en nombre de mi y mi restaurante, como dueño de este, les diré que la cena que elijan se les será obsequiada como disculpa.
- Valla... al fin alguien razonable
- Para eso estamos, para servirle
Y el recién estrenado jefe, jala de mi muñeca presionándola firme pero no fuerte. Salimos por la parte de atrás del restaurante. Se refirma en la pared una vez me suelta, saca en cigarrillo y lo enciende para después darle una calada.
Yo solo observo atenta y tengo que admitir que un poco nerviosa, esperando a lo que el pueda decirme. Supongo que, si me trajo aquí, fue por que me va a regañar o en el peor de los casos despedirme.
- Nombre
- Luciana Esposito
- Edad
- 20
- Padres, hermanos
- Huérfana de ambos y no tengo
- ¿Por qué trabajas aquí?
- Solo por diversión – me observa con una mirada fría – trabajo por que tengo que comer y tengo gastos, necesito sobrevivir, ¿Sr?
- Ramírez, Enzo Ramírez
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Holaa babys, después de casi un año, estamos aquí con una historia mas para este libro, esto fue totalmente inesperado pero les prometo como siempre dar lo mejor de mi.
Espero que esta nueva historia les guste y para que los que no sepan, Lucy y Enzo son los padres de nuestra prota anterior, Brenda.
No tengo nada mas que decir... por ahora, solo que se cuiden mucho y que los amo babys.