El precio de tu amor

Capítulo 3: Eres una egoísta

 Maggi

AÑOS ANTES:

Me siento en el banco luego de mirar a todos lados, ¿cómo fui tan tonta?, me ha dejado plantada y quizás lo único que quería era burlarse de mí, pero claro, un chico como él jamás se fijaría en una chica como yo, de repente siento unas manos cubrir mis ojos y esa voz que mueve todo en mi interior

 

— Adivina quien soy — susurra en mi odio y sonrío

 

— Mmm no lo sé, soy mala recordando 

 

— Eso dolió chica bonita— aleja sus manos de mis ojos y se planta frente a mí— has roto mi corazón — finge que tiene dolor en el pecho, yo no puedo parar de reír 

 

— Pensé que me habías plantado Erick — confieso, él me mira un poco más serio

 

— Jamás dejaría sola a una chica como tú, ahora vamos preciosa— tomo la mano que me extiende y de un tirón me pega a su cuerpo

 

—¿a dónde vamos? — logro preguntar mirando sus hermosos ojos grises 

 

— A la playa, nadaremos, comeremos y luego te dejaré en tu casa — él comienza a caminar yo solo me quedo ahí de pie — ¿sucede algo Maggi? — voltea a mirarme

 

— No quiero ir a nadar

 

— Por qué? no sabes nadar? — alza una ceja divertido

 

— Si vas a burlarte mejor me voy a mi casa— doy media vuelta para irme, pero unos brazos alrededor de mi cuerpo me detienen

 

— No te enfades chica bonita— murmura en mi oído — discúlpame, solo quiero pasar tiempo contigo, nos conocimos hace una semana y con esta solo nos hemos visto tres veces, Maggi— me voltea y mira mis ojos— por qué no quieres ir a la playa? 

 

— Tu quieres que todos te vean conmigo? 

 

— ¿Qué tiene de malo?, acaso me escondes de tu familia o tienes otro novio? — se hace el enfadado, yo lo miro confundida

 

—¿Novio? 

 

— Que? ¿No quieres ser mi novia? 

 

— Tú quieres? 

 

— Oh Maggi — Erick se aleja unos pasos de mí— cómo no querría? Si fuera por mí ya fueras mi esposa, ahora vamos, quiero gritarles a todos que tengo la chica más bonita de este lugar — sonriendo y ruborizada acepto su mano.

 

Al llegar a la playa ambos nos cambiamos, yo muerta de vergüenza, pero al ver la mirada llena de deseo de Erick el miedo se me fue y las horas se me pasaron mientras nadábamos y reíamos, conversando de todo y de nada, parecíamos dos locos corriendo por la playa mientras él me perseguía para besarme. 

 

— ¿Cansada? — abro mis ojos para ver los suyos, estoy acostada en la arena y él acaba de acostarse sobre mí pero sin llegar a tocar mi cuerpo

 

— Aún no sé que ves en mi

 

— Aún no sé cómo no puedes verte— acaricia mi cabello sin dejar de mirar mis ojos— creo que vas a tener que ir a por unas gafas de aumento

 

— Tengo miedo Erick

 

— ¿Miedo? 

 

— Miedo a que te vayas, solo estás aquí de vacaciones — Erick se pega a mi cuerpo y acaricia mis labios con su mano

 

— Nunca te voy a dejar bonita— promete y sella su promesa besando mi boca 

****

PRESENTE

Freno de golpe cuando casi choco contra otro auto por estar pensando en el maldito pasado

 

— Pero qué diablos? ¡Muévete— le grito al auto frente a mí— maldición! Gabriela me va a matar

 

— cómprate un helicóptero perra— brama el sujeto del auto frente a mi

 

— Perra? Perra es tu madre, hijo de... — me corto cuando veo a Gabriela caminando por la acera con la cabeza gacha— Gaby— grito y salgo del auto, ella me mira

 

— Llegas tarde mamá — expresa y camina hacia mi auto, hago lo mismo y ambas subimos— te estuve llamando

 

— Lo sé hija, lo siento, perdí el móvil en un restaurante cuando fui a una cita

 

— Tuviste una cita? — se emociona ella, la miro

 

— De trabajo hija

 

— Ah vaya— vuelve a estar molesta — me enviaste un mensaje hace una hora mamá diciendo que ibas a buscarme

 

— Si, pero mira el tráfico que hay, perdóname 

 

— Ya, pero deberías haberme ido a recoger hace más de dos horas mamá— vuelve a reclamar, suspiro

 

— Tenía trabajo Gaby

 

— Siempre tienes trabajo mamá y que hay de mi obra de teatro? no fuiste a verme

 

— No era mañana? — me mira desconcertada 

 

— Ayer te dije que la cambiaron para hoy — claro! de eso me hablaba cuando yo pensaba en el canalla de su padre

 

— Hija lo siento de verdad, prometo que

 

— No prometas mamá, siempre es lo mismo, siempre tienes trabajo y nunca hay tiempo para nada más, hace mucho que no vas conmigo de compra o a una playa o a comer fuera porque siempre trabajas 

 

— Lo siento Gaby, siento no ser una buena madre— comento mientras conduzco por fin con libertad, ya quiero llegar a casa

 

— No quería decir eso

 

— Estuviste sola por horas, discúlpame, juro que cuando no pueda llegar temprano enviaré a alguien

 

— No estuve sola, conocí a un hombre muy lindo— freno de golpe el auto y miro a mi hija

 

— Conociste a un hombre lindo? 

 

— Mamá no seas mal pensada, tenía tu edad

 

— No estaba pensando nada — me defiendo y comienzo a conducir de nuevo

 

— Hablamos bastante, es majo y guapo, muy educado

 

— Gabriela qué te he dicho de hablar con desconocidos? 

 

— Él también dijo lo mismo

 

— Qué dijo? 

 

— Que si mamá no me enseñaba a no hablar con desconocidos, pero mamá, era bueno y amable

 

— Yap... los asesinos en serie también son amables y los violadores y

 

— Por qué siempre piensas mal de los hombres? 

 



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En el texto hay: pasado, niños, romance

Editado: 14.04.2023

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