El precio de tu amor

Capítulo 7: La cita

Erick

El sonido de mi móvil me despierta y respondo sin mirar quien llama

— Diga— murmuro aún con los ojos cerrados

—¿Te despierto Erick? — la voz de la niña hace que una sonrisa se forme en mis labios y me siento en la cama

— Buenos días Gaby, pensé que me habías olvidado

— Disculpa, pensaba llamarte ayer, pero como estoy enferma mamá no se alejó de mi lado— frunzo el ceño

— ¿Enferma? ¿ qué tienes? 

— Solo es gripe, llamaba para decirte que esta noche será la cita con mi madre, ya la convencí

— Eres buena convenciendo—expreso sonriendo mientras me levanto de la cama

— No soy buena, pero mi madre no se resiste a mis encantos

— Bien, ¿por qué esta noche? Me avisas muy tarde

— Bueno... es que hay otro pretendiente en la lista que quiere salir con mamá — mi sonrisa se borra — ya le pidió una cita para mañana y ella aceptó encantada

— ¿Y por qué entonces quieres que también salga conmigo? 

— Porque aunque Joel es guapo tú me caes mejor— vuelvo a sonreír, pero no entiendo por qué me molesta que una chica a la que no conozco haya aceptado una cita con otro

— ¿Y dónde será la cita con tu madre? Ni siquiera sé su nombre

— Ya ella te lo dirá si le gustas Erick, tampoco le he dicho el tuyo, te enviaré la dirección del restaurante más tarde, debo colgar ahora

— Espero que te mejores Gaby— digo y cuelgo la llamada, tengo una cita,¡Dios! ¿por qué aceptaría esta locura? Hace años que no tengo citas, cuando quería sexo iba a una fiesta y ya está, llevo años sin pedirle salir a una mujer y ahora tendré una cita con alguien a quien no conozco, si ni siquiera sé su nombre.

— Hermano— Enzo entra a mi habitación — Manuel ya me llamó, mañana iremos a la constructora a conocer al otro socio y hablaremos sobre el proyecto

— Papá me llamó— murmuro cambiando de tema

— ¿Qué quería? 

— Que me hiciera cargo de sus negocios, no entiendo por qué insiste tanto, ya ambos le dejamos claro que no y también quiere que me case con Amanda

— Bueno, nuestra familia siempre ha estado haciendo lo mismo, es normal que quiera que su hijo mayor tome el mando y en cuanto Amanda, sabes bien por qué lo hace Erick y diste tu palabra — lo miro incrédulo 

— ¿Hayas bien lo que hacen? son unos delincuentes Enzo y no di mi palabra, me obligaron a hacerlo 

— Si, pero recuerda que estudiaste en las mejores universidades gracias a ese dinero y que cuando eras joven te daban todos los lujos

— También ha hecho de mi vida un infierno Enzo, no lo olvides. 

— Papá solo se preocupa Erick, sabes que dio su palabra, necesita que ambas familias se unan o perderá todo, incluso puede perder hasta la vida, los Merci son personas peligrosas 

— Si tan preocupado estás por el dinero familiar y por los Merci por qué entonces no te casas con Amanda y heredas todo?— lo encaro, él ríe

— Porque papá te quiere a ti, eres el hijo favorito a pesar de todo—responde y sin darme tiempo para responderle sale de mi habitación, ¿qué fue todo eso?

Me preparo para mi cita a ciegas, una gran tontería, pero simplemente no pude negarme a los deseos de esa niña, quizás es porque sus ojos me recuerden a alguien importante para mí.

Llego al restaurante y fuera de este compro una rosa roja, no sé que flores le gustan, pero tener un gesto creo que no sería malo o quizás si, ya que yo no quiero ninguna relación formal con nadie y tampoco puedo tenerla, mi padre me lo ha dejado claro incontables de veces y hacer lo que no le gusta no es bueno, ya una vez aprendí la lección.

***
Maggi
Termino de arreglarme, ni siquiera sé por qué hago esto, Oh claro, no puedo negarle nada a esa niña, sonrío sintiéndome bien, dos citas, una hoy y otra mañana, waw, parece que este mes será productivo, aunque no se para que me arreglo tanto o por qué me alegro por tener citas si nunca acepto salir dos veces con la misma persona, ya que aún no lo olvido a él y aunque he conocido a muchos y estado en otros brazos mi mente, mi cuerpo y mi corazón se niegan a olvidar a Erick 

— Estás bella Maggi— comenta mi madre sonriendo

— Es una locura de tu nieta

— Bueno va siendo hora de que vuelvas a abrir tu corazón a alguien

— Mi corazón no quiere volver a sufrir madre

— Hija— ella me voltea — que te dañaran una vez no quiere decir que lo hagan de nuevo, disfruta la vida, eres joven

— ¿Crees en serio que puedo amar de nuevo? lo he intentado mamá, pero no lo olvido a él

—¿Lo has intentado? 

— Lo odio madre, claro que lo he intentado

— Joel parece un buen hombre — murmura cuando estoy caminando hacia la puerta

—¿Quién es Joel? — ella rueda los ojos

— El doctor hija

— Ah claro— lo había olvidado — mi cita con él es mañana, hoy solo cenaré con un desconocido con el que Gaby no deja de hablar y eso ya me molesta 

— Déjame adivinar, solo vas a la cita esa para decirle que deje de hablar con tu hija

— Exacto mamá, que bien me conoces— ambas reímos, yo entro a la habitación de Gaby

— Waw, hoy creo que no vendrás a dormir — expresa esta y la fulmino con la mirada

— Eres una mal pensada Gabriela y solo tienes 8 años

— ¿Quieres volver loco a mi amigo madre? estás preciosa con ese vestido rojo

— No es tu amigo y deja de hablar con él— beso su frente, ella niega

— Sé que te gustará mamá y a mí me agrada más que el doctor Joel— la miro con curiosidad

—¿Por qué no te agrada Joel? ¿No decías que es guapo? 

— Es guapo, pero no me inspira confianza, es demasiado perfecto — sus palabras me ponen a pensar 

— Volveré pronto — le informo sonriendo, mi hija bufa y salgo de la casa algo nerviosa. 

Conduzco hasta el restaurante y entro, según mi hija mi cita irá con una camisa azul, pantalón negro y la mesa es la 10, entro al lujoso restaurante y cuando digo mi nombre me indican la mesa, camino hacia esta con la vista fija en la espalda del sujeto misterioso con camisa azul

— Lamento el retraso — expreso sentándome en la mesa aún sin mirar su rostro— hay mucho tráfico

— No te preocupes — levanto la vista y miro sus ojos, mi boca se seca, mi garganta se cierra y mi corazón comienza a latir a mil, no puede ser, ¿es una broma? El mismo hombre que rompió mi corazón, el padre de mi hija está frente a mí, con una sonrisa encantadora en su boca mirando mis ojos. — ¿Está usted bien? — me pregunta, al parecer me he puesto pálida y claro que él no me conoce, no me parezco en nada a la chica que conoció hace casi 9 años, cambié demasiado, para mejor debo decir, yo si lo conozco aunque cambió un poco porque muchas veces busqué sus fotos en Internet aunque no leí nada sobre su vida. ¿Qué debo hacer en este momento? 



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En el texto hay: pasado, niños, romance

Editado: 14.04.2023

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