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Luis Mejía
lugar más seguro que ellos tenían, no importa quién o cuantos los atacaran nunca
podrían atravesar la barrera mientras Milda estuviera con vida
---también dijo que se reunirían al día siguiente en la plaza frente al trono para discutir los
pormenores del siguiente ataque algunos de los soldados se sorprendieron
al oír esas palabras y mostraron en su rostro una expresión de terror, miedo,
angustia y desesperación, de saber que tendrían que salir a luchar y ver de frente
a su enemigo una vez más.
--- Después dar la orden, las mujeres divinas, heroínas y demoniacas que habían
muerto, salieron ayudar a los heridos y recoger las armaduras para lavar la sangre
que traía impregnada, también querían buscar a sus hijos esposos padres
hermanos y demás seres queridos para reencontrase con ellos nuevamente.
gracias a la llegada del mensaje enviado por los tres líderes con el primero que
murió después de recibir la llegada de Malaquías todo se preparó para recibirlos
habían talleres herreros, hornos, fraguas para reparar las armaduras de cada uno
de ellos, refugio para que pudiera descansar y sanar las heridas que estos
recibieran en combate también prepararon sitios para darles de “comer”,
Aunque en medio de la lucha era muy poca el agua y comida que se requería para
mantenerse con vida, ellos podían vivir sin la necesidad de consumir ninguna
clase de alimentos o liquido por días, incluso meses, por poseer la inmortalidad y
la juventud eterna, se podría decir que se mantenían con vida siempre y cuando
en su interior se encontrara una pisca de poder sagrado, divino o demoniaco
Mientras ellos no dejaran de ser lo que son seguirían viviendo con poca comida y
agua, pero si podían con sumirla aun y cuando no era esencial para su súper
vivencia.
---- los siguientes días trascurrieron en un caos total mientras se
acomodaban en los refugios y lugares designados para descansar.
El lugar protegido por la barrera era la mitad del mundo celestial, eso fue lo único
que Milda pudo proteger para salvar las vidas de sus habitantes todos podían salir