Luis Mejia
encuentro con su creador, era consiente que ya había perdido parte de su
humanidad, tenía la esperanza de reanudar la vida que había perdido en su
pueblo natal en su nuevo hogar, pero lo que no sabía era que se dirigía hacia su
perdición, su vida estaba marcada por la tragedia y sufrimiento lo cual apenas
estaba comenzando, lo que hasta el momento había vivido no era nada
comparado con lo que le esperaba en esta ciudad ya que su destino daría un
cambio radical basándose en lo que Malaquías le había dicho, al amanecer todos
fueron despertados por el megáfono del tren que les decía buenos días a todos les
habla el conductor les informo que en unos momentos pasaran por sus puestos
una camarera para darles algo de comer esperen tranquilos su turno en sus
puesto, sé que ha sido un viaje muy pesado y que algunos no han comido nada
desde ayer pero tengan paciencia que esto apenas está empezando todavía
queda un largo camino por recorrer muchas gracias por su atención.
Después fueron pasando puesto por puesto ofreciendo comida y agua a los
pasajeros el segundo día después de comer todo transcurrió con mucha
tranquilidad ringo perdido en sus pensamientos miraba el tren pasar por las
montañas, el bosque y un lago que sobre el pasaba las vías del tren en un puente
largo que le hacía ver que se encontraban muy lejos de casa y miraba a su madre
mientras hablaba con la abuela y a su hermana quien hablaba con Lina, por la
tarde el tren se detuvo y dijo esta noche descansaremos en esta estación llamada
Frigo, los que quiera buscar un lugar para dormir cómodamente pueden hacerlo
pero recuerden el tren partirá a las 6:00 am empunto no lleguen tarde o se
quedaran; los que se quedan en esta estación venga por sus maletas mañana
pasara el tren que los llevara hacia la ciudad de Taráis, estará arribando a las 8:30
am espérenlo en la estación del frente no lleguen tarde o se quedaran, el próximo
pasara el mes siguiente en ese momento las puertas se abrieron y los pasajeros
descendieron unos para comer otros para buscar un lugar donde dormir, Loris
pregunto a su hermano, ¿qué hacemos ahora?; él respondió ¡busquemos un lugar
para dormir!, su madre respondió ¡no! ¡Hijo mejor quedémonos aquí para estar
seguros y no nos vallamos aquedar del tren! en ese momento la abuela y su