Durante los primeros dos días, oficiales y magos militares cruzaron las puertas de la propiedad, al tercer día nadie más regreso a la escena del crimen, y en todo ese tiempo ninguno de los Milfiore hizo acto de presencia.
Así el cuarto día llegó...
Contrario a lo que cualquiera podría pensar el joven Milfiore había estado particularmente tranquilo desde el incidente, podía conciliar el sueño con facilidad, así como despertarse temprano.
Debido a la falta de mano de obra en la propiedad, el joven se vio en la necesidad de desempolvar y asear sus áreas de uso regular, inventariar los suministros y hacerse el mismo la comida.
Sinceramente Iván nunca necesitó la ayuda de un sirviente, puesto a que en su estadía en el internado no estaban permitidos, volviéndolo alguien totalmente independiente a ellos.
No obstante, había cosas que no entendía totalmente, como la ubicación de la caldera que controla la temperatura interna de la mansión, así como del agua.
El joven estaba consumiendo tanto tiempo y esfuerzo en resolver el problema de la iluminación y el frio que no había puesto un pie en la biblioteca en toda la semana, por el contrario, gracias a su alimentación y ejercicio este había recuperado su complexión natural.
Pese al esfuerzo los días dentro de la mansión eran controlables, al punto de ser casi entretenidos para el joven quien cada día descubría habitaciones nuevas; pero cuando llegaba la noche la situación cambiaba.
La poca iluminación y visibilidad volvían peligrosos a los pasillos móviles de la mansión, y la temperatura bajaba a tal punto que no se diferenciaba del exterior.
Esto a Iván no le molestaba pues climas helados como este eran muy comunes en el continente, no obstante, había una razón por la que este frio era tan peligroso.
Así el quinto día llegó...
Mientras Iván se levantaba con el nuevo día, nuevamente este se había quedado dormido profundamente, al principio este no sintió culpa por ello rememorando todas esas noches en las que no podía siquiera unir los párpados, pero eso cambiaria en unos minutos.
El sonido de una fuerte tos se hizo presente en la habitación conjunta, el joven sin pensarlo mucho abre la puerta de dicha habitación viendo una escena preocupante.
En el lecho de la habitación envuelta en una gran cantidad de sabanas se podía contemplar a la sirvienta, aun tras 5 días y 4 noches esta no había abierto los ojos todavía y a causa del frio esta empezó a presentar una intensa tos y fiebre.
Iván no pudo evitar preocuparse por ella, pues debido al hecho de que recién estaban ingresando en la temporada de invierno si la dejaba en este estado su condición podría empeorar, pero aún más importante.
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[La propiedad del anfitrión "Perséfone Rosengard" se encuentra en un estado anormal]
[Las condiciones del contrato de propiedad Obligan al anfitrión a interceder]
[Si el anfitrión no intercede inmediatamente se tendrá en cuenta la anulación del contrato]
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Iván no pudo evitar sentirse presionado por el sistema, al fin y al cabo, este no tenía idea alguna de que algo así ocurriría en el momento de utilizar la esencia velada sobre la joven.
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[Contrato de propiedad Grado mítico]
[Descripción: "eres el primer mortal con el poder de apropiarse de la propiedad de un objeto terrenal, en consecuencia, dicho objeto tendrá la obligación de seguirte a donde vayas y responder directamente a tu autoridad y el Anfitrión tiene la obligación de cumplir la función principal de dicho objeto."]
[Si el anfitrión muere o el objeto se ve completamente imposibilitado de completar su función principal, entrara en vigor la anulación del contrato]
[Anulación del contrato: si el contrato de propiedad es anulado el anfitrión y el objeto serán destruidos.]
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Iván no podría estar más contra la espada y la pared, si la sirvienta enferma y muere Iván morirá, y si la llama a un doctor en el ducado o en la ciudad, este los delatara y se llevaran a la dríada, siendo básicamente el mismo resultado.
Iván no tenía idea alguna de cuál sea la función primaria que menciona el sistema, pero algo que sabia es que si muere o la encarcelan no sería capaz de completarla.
Iván procedió a calmarse, estaba más que claro que el pánico no solucionaría nada, debía analizar la situación fríamente.
Lo primero que el joven hizo fue moverse a la cocina de la mansión y entibiar agua en una tetera, posicionando una toalla húmeda en su frente con el fin de regular su temperatura corporal.
El joven ya estaba acostumbrado a estos procedimientos, al fin y al cabo, al no poseer una cantidad monstruosa de poder mágico como sus parientes, con el fin de demostrar su relevancia el joven aprendió un sinfín de especialidades.
Entre ellas procesos médicos y quirúrgicos, así como algunos niveles de alquimia.
Gracias a esos conocimientos el joven supo cómo lidiar con el estado actual de la joven, siendo capaz de alimentarla, limpiarla e inclusive encargarse de sus necesidades sanitarias.
Iván hacia todo en su poder para tratar a la sirvienta como a una paciente, sin verla como lo haría con una mujer, pero al tratar de cambiar sus sabanas esa postura casi se desmorona.
Con el fin de liberar tención en su cuerpo el joven había desprendido a la sirvienta de su uniforme, dejándola solo en su ropa interior de encaje, la cual nunca le retiro incluso mientras la limpiaba, pero ahora con su cuerpo sudado, esta era totalmente transparente a sus ojos.
Iván no pudo evitar retroceder y darse la vuelta, desde aquella noche el joven no pudo evitar reconocer la belleza de la joven, una belleza que no había visto en ningún otro lado y que probablemente no volvería a ver.
Pero luego pensaba en esa noche y en la forma en como aquella flor recostada en la cama destazaba los cuerpos de antiguos caballeros imperiales.