El Presagio de las Flores (libro de la rosa negra)

Volumen 1: Tanatofobia Acto 1

Dentro de los 6 continentes las diferencias culturales son demasiadas y muy variadas, aunque con algunos puntos en común como la necesidad de establecer un sistema de gobierno, basado en castas, fe, o simplemente fuerza bruta.

Por muchas la cultura dentro del continente de Animus es la más desarrollada de todas; no obstante, el continente de Almah no se queda atrás.

A diferencia del imperio regido por un solo emperador, en este continente la mayor fuerza de gobierno son el triunvirato de sultanes, siendo ellos quienes rigen los 3 reinos que en conjunto forman al continente de Alma.

Por debajo de estos se encuentran los Jeques, Emires, Califas y finalmente los Visires.

Siendo estos últimos los que tienen menor poder en la jerarquía, no obstante, también son quienes poseen mayor poder sobre las masas, al punto que incluso los sultanes no pueden ignorar a uno de sus Visires en un momento de necesidad.

Año imperial 1098, hace 4 años...

Dentro del territorio del imperio existen muchas islas repartidas dentro y fuera de su espacio marítimo, algunas funcionando como fronteras con otros continentes, así como otras que simplemente son destinos turísticos codiciados.

No muy lejos de la costa occidental, se encontraba una serie de islas bastante habitadas y con un desarrollo industrial elaborado; a este lugar se le conoce como el Archipiélago de Waterline, y fue en este lugar donde Iván adquiriría muchos de los conocimientos que emplea hoy en día.

En las proximidades de un muelle un hombre se dejaba ver, de largos cabellos rubios y ropas elegantes, atrayendo las miradas de todos los presentes, quienes lo observaban con dicha.

Este hombre era Harald Kirchhoff, un hombre que había llegado al archipiélago hace poco más de 10 años, sin comida, sin dinero, ni tampoco ninguna familia a la cual sostenerse.

Desde entonces se había ganado buena fama siendo un reconocido maestro e instructor con múltiples titulaciones y disciplinas, deseado incluso por las familias nobles del imperio quienes lo llenaron de prestigio y riquezas, pero este nunca olvido a la gente que lo acogió cuando más lo necesitó.

—Señor Kirchhoff, ¿que lo trae aquí este día? —Aclama uno de los trabajadores del muelle.

—He venido por un envió que llego esta mañana, me gustaría recogerlo rápidamente —Espeta el hombre.

—Pues llego en el momento indicado, justo en estos momentos estamos desembarcando, si tiene suerte podrá encontrarlo —Señala el trabajador justo antes de notar algo peculiar en las ropas del maestro —Parece que su abrigo esta algo rasgado.

—Si...tuve algunas dificultades para salir, a mi aprendiz le pareció gracioso esconder todas las llaves de la casa, así que tuve que salir por una ventana —Expone el hombre.

—Los niños siempre serán niños, mi hijo menor sigue poniendo paja dentro de mis calcetas cuando no lo observo —Aclama el trabajador.

—La verdad es que Iván siempre ha sido demasiado maduro para su edad, me sorprendió mucho este descaro de su parte —Señala Harald —Pero es como usted dice, los niños siempre serán niños, ya no le quitare más tiempo...

Con esas palabras el maestro sigue su camino adentrándose en el muelle, todo apuntaba que sería un día tranquilo como muchos, hasta que a la distancia una persona empezaba acercarse con velocidad.

Un jovencito de cabellos oscuros y ojos azules, quien rápidamente pasa a través de los guardias del muelle con una mirada desesperada.

—¡Maestro! —Exclama el jovencito.

Con esas palabras Harald se da la vuelta dándose cuenta de que aquel quien se acercaba era su discípulo, quien lo había encerrado en su casa esa misma mañana.

—¡Maestro salga de ahí, rápido!!

Con esas palabras Harald no pudo evitar confundirse, irónicamente, de no haberle prestado atención al joven quien se acercaba, hubiese notado lo que pasaba justo sobre su cabeza.

Un grupo de cajas estaban siendo transportadas con una grúa de polea, no obstante, el nudo de aquellas cajas estaba mal elaborado, por lo que inmediatamente estas cayeron sobre el distraído hombre quien no las noto; matándolo instantáneamente frente al jovencito.

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[Durabilidad: 0 días 0 horas 00 minutos 00 segundos]

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—Maldita sea... porque, Porque me está pasando esto otra vez... —Exclama justo antes de colapsar en llanto justo en frente del cuerpo aplastado de su maestro.

Año imperial 1102, 26 de diciembre, ciudad de Greenless...

La mirada de Iván estaba totalmente desconcertada, pues no podía creer que la persona frente a él fuese quien una vez fue su mentór y uno de sus modelos a seguir.

Iván rápidamente pasa sus manos alrededor de sus parpados y nuevamente hace uso de los ojos de Ereshkigal.

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[Nombre: Kris Haor Lvl. +99]

[Profesión: Destripador de Waterline (Profesional)]

[Fuerza: +999]

[Agilidad: +999]

[Intelecto: +999]

[Prana: +999]

[Mana: +999]

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Rápidamente Iván se ve en la necesidad de cerrar los ojos, puesto a que la cantidad de tiempo en que podía usar este ítem al día empezaba a llegar a su fin.

Afortunadamente gracias a eso pudo darse cuenta que la persona ante él no era su mentor.

No obstante, eso no cambiaba el hecho de que estaba en frente del destripador de Waterline, uno de los asesinos más letales y escurridizos que el imperio hubiese visto, lo que no podía entender era por qué este estaba ahora justo frente a él.

—Puedo ver que estas sobre pensando la situación, ¿Qué no te he dicho innumerables veces que, si no podías organizar tus ideas rápidamente, los demás se aprovecharan de ti? —Espeta el hombre.

—No sé qué clase de táctica sea esta, pero no creas que me engañara nuevamente una máscara—Aclama el joven recargando el arma.



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En el texto hay: misterio, magia, suspenso

Editado: 03.05.2024

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