Dentro de una nave espacial…
Cierto demonio se encontraba en una habitación oscura y espaciosa, sentado con los ojos y manos cerradas en forma de puño a la altura de su pecho mientras meditaba, estaba tratando de invocar al Fénix Oscuro.
Al poco tiempo, una especie de sombra se desprendió de él y apareció tomando la forma del ave inmortal de un gran tamaño, de plumaje negro, violeta y azul incandescente, ojos dorados, de fuerte pico, garras filosas y una cola larga tachonada de ocelos con franjas azules.
-Sabía que pronto necesitarías mi ayuda… – comenzó el ave - Me has invocado para preguntarme sobre tu prisionera ¿O me equivoco?
-Supongo que sabes la maldición que le incrusté a Kalula en su cuerpo – le dijo el Darkathan
-¿Kalula? – Repitió con un poco de extrañeza – ¿Así se llama?
-Su sangre ha cambiado y la más reciente fue cuando Tenma, una de mis creaciones, la lastimó gravemente en plena batalla – le explicó con una voz neutra – lo que es más, obtuvo el mismo olor que la mía
-¿Tenía el mismo olor? – preguntó fingiendo interés – Habría que analizar porqué
-¿Hm? ¿Qué quieres decir con eso?
-Kalula es una mujer etheriana elegida por Eluney para portar la llama del dragón – le empezó a explicar – y aunque tenga esa maldición, jamás se convertirá en un monstruo completamente – hizo una breve pausa y prosiguió– Por si no lo sabias Akuma, como ser sobrenatural que eres, puedes hacer muchas cosas que Kalula no puede debido a su naturaleza.
-¿Qué ella no puede? – Se mofó él
-Así es, no puede controlarse por sí misma
-Su propio juicio – musitó Akuma
-Sí. Por ejemplo Akuma, cuando te encuentras en una pelea, no importa cuánta presión exista, tu mente se encuentra controlada y puedes volver a tus instintos primitivos de Darkathan por voluntad propia, es decir, nunca pierdes tu esencia como criatura
-¡Ha! No existe alguien que sea capaz de intimidarme en una batalla – le recriminó
-Sin embargo, Kalula es diferente. Cuando es presionada o su vida corre peligro, la sangre de Darkathan la domina y se transforma para protegerse – le dijo seriamente – la sangre que le diste tiene poderes que monstruos como tu pueden controlar pero es muy difícil
-¿Y cuáles son las consecuencias?
-Podría decirte que esa sangre es capaz comer su propio corazón y mente, pierde la noción de quien es en realidad, ni siquiera sabe quiénes son sus aliados o enemigos. Ella solo está ahí para matar y alimentarse. Y a medida que esas transformaciones se repitan, será muy difícil mantenerla controlada – el ave abrió sus alas en señal de satisfacción – y Kalula perderá poco a poco su mente y corazón, se convertirá en una bestia que solo vivirá para cazar a sus presas y continuara peleando hasta que su cuerpo perezca
-"Que desdicha saber que terminará en una forma tan miserable, pobre Kala…"- pensó Akuma.
Ya había amanecido en la montaña Paos, la estrella brillante de todas las mañanas era tapado por unas cuantas nubes, señal que se aproximaba una tormenta.
En una humilde casa, se encontraba la etherion parada frente a su ventana con una mirada inexpresiva recordando lo sucedido aquel día…
-"Piccolo seguía abrazándome en ese momento… No creí que estuviera arrepentido de lo que dijo. Por lo poco que sé, es algo orgulloso y serio pero… De alguna manera, siempre logro ver otra parte de él que nadie más ve, creo ni siquiera Gohan quien es el que más lo conoce… – se repetía para sus adentros mientras recordaba – Además, esa fue la primera vez que un hombre me abrazó de esa forma… – ella se sonrojó sin querer – Bueno, ya había abrazado a Herion antes pero no, no es lo mismo… Hay algo que lo hace diferente... No sé porque pero, quisiera volver a repetir ese instante…"
Durante su estadía en la Tierra, éste planeta le había hecho encontrar emociones y sentimientos nuevos que creía perdidos; por un largo periodo Akuma le había prohibido mostrar cualquier tipo de gesto, emoción o sentimiento positivo, fue como si se los hubiera borrados y ahora le costaba trabajo ponerse en contacto con ellos… Pero si se ponía a pensar con detenimiento, de no haber sido por los guerreros Z que la ayudaron en muchas ocasiones, la salvaron de ser raptada, no la abandonaron cuando les habló de su maldición y la apoyaron en progresar con su entrenamiento, jamás habría podido llegar a estas alturas.
Tal vez haber caído "accidentalmente" en este planeta, no fue una simple coincidencia
Por otro lado, Piccolo se encontraba meditando en su típica postura de meditación cerca de la cascada. Se sentía un tanto extraño, ahora que había puesto sus sentimientos en orden no tenía idea que tenía que hacer de ahora en adelante.
Empezó a recordar súbitamente todo lo que había pasado junto a la peli verde; la primera vez que se estrelló en aquel bosque hasta el abrazo que le había dado en forma de disculpa, ésto último le hizo sonrojar y sentirse avergonzado. Jamás se había acercado de esa forma a una persona y menos a una mujer, era extraño pero pese a que esa no era su manera de actuar, le había gustado.
No podía concentrarse, su mente estaba perturbada que no le permitía encontrar tranquilidad por lo que relajó su postura y se dirigió hacia las montañas Paos, tenía que salir de dudas y hablar de esto con una persona que lo conocía mejor que nadie
-¡Gohan! ¡Trata de volver temprano para entrenar! – Le dijo su padre
-¡Si, papá! Bueno, enseguida regreso – le aviso Gohan saliendo por la puerta
-¡Ten mucho cuidado! – Le dijo su madre desde la cocina
-¡Hermano, regresa pronto! – prosiguió su hermano menor
-¡Sí! – él se retiró volando.
El adolescente llevaba una distancia recorrida, este día Videl lo estaba esperando para que pudieran desayunar juntos pero una ondulante capa blanca que visión en su recorrido lo detuvo: Se trataba de su maestro.
Muy bien, aquello le pareció extraño ya que por lo general siempre estaba entrenando en la cascada a esta hora de la mañana pero fuera de eso, sinceramente le daba mucho gusto verlo