Y cuando ya había pasado un día en la tierra...
-Gracias Dendé- se levantó Goku, una vez curado de sus heridas.
-Es lo menos que puedo hacer por ustedes...- respondió con su característica humildad.
-Ve a curar a los demás, creo que están peor que yo- le pidió girando la mirada hacia sus compañeros.
-Sí- se retiró dirigiéndose hacia Gohan, Vegeta, los niños y los cuatro etherion.
-¿Es cierto lo que estás diciendo Goku?- volvió a preguntarle el triclope, éste volteó la mirada- ¿Crees que Akuma ataca a la tierra por otra razón?
Asintió seriamente con seguridad.
-Si, ya no es por el simple hecho de llevarnos hasta él. Estoy seguro que también es por algo más...
-¿A qué te refieres?- entró Krilin a la conversación
-Pues, antes de que Zira hiciera su aparición, lo único que le importaba era asesinar a Kalula pero ahora...- frunció un poco el ceño- está atacando la Tierra, a todas las personas y no a nosotros directamente, ¿No les parece un poco sospechoso?
-Tienes razón- se cruzó de brazos un poco dubitativo- él sabía muy bien que Kalula entrenaría para volverse más fuerte ¿Por qué no la detuvo antes que eso pasara?
-En gran parte se debe a que ustedes frustraron sus planes...- les decía una voz mientras se les acercaba, los tres voltearon.
-Kentaro...
-Pero estoy de acuerdo con lo que dicen. En estos momentos es difícil descifrar cuál será su siguiente movimiento- cerró los ojos pensativo.
-De todos modos, dentro de poco nos tocara pelear con él ¿Qué vamos hacer?
-Antes que nada, debemos esperar a que Piccolo y Kalula salgan de la habitación del tiempo, lo cual no debe tardar mucho- dijo el saiyajin.
-Con Piccolo a su lado, estoy seguro que alcanzó nivel inimaginables que bastaran para detener a ese perverso- habló convencido el triclope
-Sí, de eso no hay duda pero me pregunto sí Kalula fue capaz de soportarlo- se rascó la cabeza el mejor amigo de Goku dudoso.
Todos lo miraron.
-¿Hm? ¿Por qué dices eso?- inquirió curioso el peli negro.
-¡Vamos Goku! Todos sabemos que con el único que es flexible es con Gohan- le señaló y luego añadió con mofa- no me extrañaría sí Kalula se haya arrepentido de haberle pedido que entraran juntos todo un año.
-¿Tú crees?
-No debería preocuparles eso.
Los tres lo miraron con algo de extrañeza.
-Eso nunca pasará...- respondió el etherion de la armadura, cerrando sus ojos
En eso, el ayudante de Kami Sama apareció.
-¡Oigan! ¡Dentro de unos minutos Piccolo y Kalula saldrán de la habitación del tiempo!- les informó el genio
-¿Qué?- repitieron todos
Todos en el templo estaban reunidos en las escaleras, entre serios y expectantes esperando pacientemente.
Comentaban entre ellos y se preguntaban, ¿Se habrán llevado bien todo este tiempo? ¿Habrán podido entrenar sin complicaciones? Y lo más importante, ¿Kalula habrá sido capaz de sobrevivir un año completo ahí dentro con la compañía de Piccolo? Aún no podían entender cómo fue que se le ocurrió entrenar con él y más con el mal carácter que tiene.
Ya todos sabían que cuando a Piccolo se le implicaba una responsabilidad, era cuando se ponía aún más estricto que de costumbre, hasta el punto de ser severo. Pero al parecer la joven era consciente de ello o tal vez, no le tomaba mucha importancia...
Finalmente la puerta se abrió tras una luz cegadora, que les hizo cerrar los ojos. Cuando aquella luz se hizo más tenue, los vieron: ambos caminaban a paso lento pero firme atravesando la puerta
El atuendo de la etherion estaba rasgado, sucio y destrozado en varias zonas, tenía rasguños en brazos, hombros y piernas e incluso un gran tajo surcaba en su rostro pero más allá de sus secuelas físicas, lucía un semblante más seria y confiada, aunque en sus ojos se podía percibir que su característica amabilidad y dulzura seguían intactas mientras que el guerrero no había podido sobrevivir con su capa, su armadura estaba destruida por todo el hombro derecho y la punta de su hombro izquierdo, su conjunto púrpura estaba estropeado, tenía varias heridas y rasguños en su rostro, brazos y parte de su abdomen y pecho.
No presentaba cambios drásticos físicamente, su semblante serio, estricto y severo permanecía inmutable pero ya no tenía su característica frialdad en sus ojos.
Indudablemente habían tenido un entrenamiento intenso y muy duro.
-¡Vaya, mírate Piccolo! Te has vuelto más fuerte- observó el saiyajin vestido de naranja
-¿Acaso lo dudabas?- increpó
-No, por supuesto que no pero- adoptó una sonrisa despreocupada- debes reconocer que tenía razón jaja
-Es cierto.
-Gusto en verlo Sr. Piccolo- se le acercó su alumno
-Hola Gohan.
Lo observó de pies a cabeza por unos breves instantes.
-Parece que el entrenamiento fue todo un éxito- observó con una sonrisa satisfactoria y murmurando le preguntó- dígame ¿Tuvieron muchas dificultades?
-Algunos, pero nada importante- respondió con su seriedad de siempre
-¡Kalula!- se le acercaron sus hermanos
-Hola chicos- les saludó ella.
-No puedo creerlo, lo lograste- inquirió incrédulo el esgrimista, aquello lo dijo intencionalmente para observar la expresión del príncipe, el cual sólo desvío la mirada.
-Por supuesto- sonrió ella.
-Bien hecho Kaila- le felicito el arquero cruzándose de brazos.
-Eso te convierte en la primera mujer en entrenar en la habitación del tiempo ¿No te da gusto?- le dijo con un cierto brillo de emoción en sus ojos el judoca, ella se rió un poco apenada.
-Je...- soltó una pequeña exclamación de gracia luego de una pequeña inspección, ella lo miró un poco extrañada- no importa cuanto crezcas, para mi seguirás siendo una enana- se mofó Kojiro acariciándole la cabeza
Ella sólo resopló resignada.
-Lo sé, nunca podré alcanzarlos...- reconoció por fin.
-¡Kalula! —Exclamó la científica un poco horrorizada tomando sus manos que estaban cubiertas por vendas ensangrentadas.