_Flashback_
La emoción se apoderó de todos los presentes y la alegría reinó durante varios minutos en el templo.
-No había podido ser de otra manera...
Una voz cálida habló de repente, esa era la voz de...
Poco a poco una figura alta y esbelta apareció en la mitad del cielo, la cual los miraba con una afable sonrisa. Todos alzaron la vista.
-Su alteza...- murmuró la joven
-No te preocupes, ya que todo se ha terminado...- le tranquilizó
-¿Se terminó?- repitió con un poco de extrañeza el nameku
-Asi es.- asintió con la cabeza- se cumplió la leyenda, por lo que el legado de Akuma ha llegado a su fin y no volverá a reencarnar en este mundo.
-¿Pero cómo...?
La diosa sonrió más, comprendiendo el cuestionamiento.
-Por algo mucho más importante que le pude haber enseñado a la guerrera dragón: El verdadero sacrificio, por el mundo, la familia- dirigió su mirada hacia los jóvenes peli verdes y cerrando los ojos dijo- y buenos amigos...
Aquello último dibujo una pequeña sonrisa en los rostros de todos. Ella descendió un poco más, sin tocar el piso.
-Sé que en estos momentos muchas dudas surgen en sus cabezas pero- echó un breve vistazo hacia el nameku y la etherion- dadas las circunstancias, prometo responder a sus preguntas el día de mañana.
-¿Mañana? Pero alteza...
-Es lo mejor ahora Kalula- le interrumpió con suavidad- les servirá para abastecerse, descansar y reponer energías.
-Entendido...
La científica se acercó por detrás con aire un tanto nerviosa.
-Di-disculpe su alteza...- la deidad la miró curiosa- ya que usted dijo que mañana se encargará de responder a nuestras preguntas... ¿Le parece bien si nos reunimos en la corporación cápsula?- le propuso, con una sonrisa nerviosa
-Por supuesto, no hay ningún problema- sonrió para calmarla.
-¡Gracias!
Los demás murmuraban entre ellos, esa idea les convenció ya que la corporación era un lugar muy amplio, agradable y cabía una gran cantidad de personas.
-Nos vemos mañana, hasta entonces cuídense...
Su cuerpo comenzó a desvanecerse hasta que finalmente desapareció.
_Fin flashback_
Mientras tanto en las montañas...
-¿En serio tengo que ir vestido así? Parezco un payaso- se quejaba el boxeador levemente molesto, se sentía muy incómodo sin sus ropas usuales
-Koji, no vamos de campamento ni de excursión- le explicaba el judoca por décima vez, un tanto cansado de escucharlo mientras se acomodaba el cinturón de sus pantalones.
-Es cierto, vamos a ir a la capital y tenemos que estar presentables ante una deidad. No es cualquier persona- le recordó Kim mirándose en el espejo, mientras se prendía los botones de su chaleco.
-Claro, ¿Qué se podría esperar del experto en pasarelas?- se mofó Kojiro sonriendo de lado
Éste se volteó rápidamente.
-¿Qué tiene de malo que me guste vestir bien?- protestó un tanto molesto.
-Pues que no cabe duda que cuando se trata de moda, te sale tu lado femenino- soltó una carcajada.
El esgrimista estuvo a punto de replicarle pero solo frunció el ceño volviendo a girar hacia el espejo y agregó...
-Al menos yo si tengo buen gusto para vestirme, no como tú- espetó, cerrando sus ojos. Kunihiro miró de reojo a su hermano un poco alarmado.
-¿Qué dijiste? Repite eso- se le acercó por detrás, molesto.
-¡Oigan! ¡Ya basta!- se interpuso el judoca entre los dos- Koji, si no tienes nada mejor que hacer ¿Por qué no te fijas si Kenta ya terminó de vestirse?- le sugirió comenzando a arreglarse su corbata.
-No hace falta.
Él se sentó en la cama y se cruzo de brazos.
-El pajarraco madrugador fue el primero en terminar y nos esta esperando sentado en el living.
-Je...- Kim no pudo evitar soltar una exclamación de gracia- no me sorprende- dirigió su mirada hacia Kojiro- Entonces ¿Podrías ver si Kaila ya esta lista? Las mujeres siempre son las que más tardan en arreglarse
-La belleza cuesta ¿No te lo han dicho?- bromeó Kunihiro
-Claro que si, pero francamente Kalula no necesita arreglarse. Esta bien así como esta- dijo con una sonrisa sincera
-Hmp. ¿Habrá suficiente tiempo?- bromeó el etherion de la melena
-Koji, no seas grosero- le replicó Kunihiro.
-Como digas...
Él agitó la mano despreocupadamente, se levantó y caminó en dirección hacia la puerta.
-Voy a ver si la bruja ya esta lista...- se retiró de la habitación.
-Ay... Ay... Ay...- ladeó la cabeza con resignación una vez terminado de arreglarse su chaleco- Hasta cuándo dejará de decir esas mentiras...- se preguntó.
-Ya sabes como es él Kim, no quiere que nadie sepa que la quiere mucho- sonrió con cierto brillo de diversión en sus ojos.
-Si lo sé...- resopló y al ver que tenía problemas con su corbata, se le acercó- a ver, dejame ayudarte con eso.
-¡Gracias!- suspiro aliviado, se había hecho un nudo tras otro
Luego de unos minutos, todos los etherion estaban sentados en el living y para matar el aburrimiento, hablaban y murmuraban entre ellos entreteniéndose con cualquier actividad. Solo faltaba su pequeña hermana, la cual aún no salía de su habitación.
A lo que esperaban, se preguntaban ¿Por qué las mujeres tenían que tardar tanto en arreglarse?
-¡Kalula! ¡Rápido o llegaremos tarde!- le gritó Kojiro impaciente desde el sofá, no soportaba llegar tarde a ningún lado.
-Es lo malo de ser mujer, siempre tardan más...- bufó el esgrimista tomándose la cabeza con una mano
-¿Creen que habrá tenido problemas con su ropa?- se preguntó Kunihiro, tratando de cambiar un poco la tensión en el ambiente.
-No, no lo creo.
-O tal vez engordó tanto que tiene problemas con el cierre- bromeó el boxeador
-¿Tu no tuviste problemas con eso Koji?- le preguntó esta vez Kentaro, con las cejas arqueadas.
Los otros dos no pudieron evitar soltar una carcajada.
-¿Qué quisiste decir?- le increpó molesto