El problema de Emma y la solución de Bruno

necesito tiempo

- ¿y bien Emma preparada para el segundo round? - dijo mientras se dirigía a Emma la cual se encontraba observando con sigilo por la ventana del apartamento.

 

La chica al notar su presencia salió corriendo en su dirección y lo abrazo con fuerza, su rostro choco contra el pecho del chico, mientras este a su vez devolvía el abrazo

 

-creo que he matado a alguien Bruno, tengo miedo- dijo con los ojos llorosos

 

- ¿porque dices eso, que fue lo que sucedió?

 

-veras estaba un poco frustrada con ese maldito videojuego y de un impulso lance tu PlayStation por la ventana del apartamento-, dijo mientras se secaba las lágrimas con las mangas del suéter gris que llevaba puesto

 

-dios-, pensó al saber que vivía en un veinteavo piso

 

-mi consola debió quedar destruida, tendré que comprar una nueva, ¿pero cuando? Tendré que decirle a Steve que necesito el lunes como día libre, sí, hay rebajas ese día puede que me salga barata- pensó por unos minutos, mientras Emma lo sacudía con fuerza

 

-y ahora que voy a hacer, no quiero ir a la cárcel- decía de forma asustada y frotándose sus manos temblorosas

 

-ven, vamos a mirar si sucedió algo, tranquilízate Emma-

 

Salieron del apartamento y caminaron por el pasillo en búsqueda del ascensor, mientras caminaban bruno sujeto su mano para darle tranquilidad, a lo que la chica cedió sin oponer resistencia, el rostro de la joven miraba fijamente el piso, preguntándose a qué tipo de persona había matado, tal vez tendría familia, podría ser un padre de familia que regresaba para la cena de navidad o tal vez un niño jugueteando en las calles con sus amigos, o un pobre perrito callejero sin hogar, miles de casos parecidos se hacían presencia en su mente.

 

Las puertas del ascensor se abrieron y Bruno sintió un poco de desagrado al ver a aquella pareja de ancianos que vivan en el piso veinticinco del edificio y lo cuales podía reconocerlos en cualquier lugar, unos ancianos hipócritas y chismosos que él no soportaba desde que se mudó, al parecer también se dirigían a la salida del edificio

 

- ¿hola como estas bruno? - pregunto la anciana esbozando una sonrisa

 

-no lo sé señora, ¿dígamelo usted? -

 

- ¿todavía estas furioso por lo de aquella vez?

 

-cómo no iba a estarlo, si por su culpa tuve que pagar 100 dólares al edificio-

- pero tienes que reconocer que también fue tu culpa Bruno- aclaro el anciano

 

-¡¡¿Qué?!!, no me lo puedo creer, la única persona culpable es ella y usted lo sabe- dijo señalando el rostro del sujeto enfatizando su disgusto

 

-somos humanos todos nos equivocamos alguna vez, lo dice la biblia, hay que perdonar- dijo la anciana con voz suave y pasiva, un tono que a Bruno le sonó a una horrible falsedad

 

-pero es que ust…-

 

él se detuvo extrañado al ver que Emma le jalaba la mano en señal de que no siguiera, ella realmente estaba preocupada y necesitaba que él le prestara atención, a lo que él no pudo evitar tranquilizarse y dejar pasar aquel altercado con la anciana

 

-qué bonita chica, ¿es tu novia? - dijo el anciano observándola por completo, Bruno le soltó una mirada de repulsión al ver los ojos del sujeto posarse en Emma

 

Justo en ese momento el ascensor se abrió y el tomo con fuerza a la chica de cabello corto y salieron rápidamente de allí, pronto se acercaron a la puerta y pudieron observar a muchas personas reunidas entorno a algo, se abrieron paso entre la multitud y los ojos de Bruno se ampliaron al ver el espectáculo.



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En el texto hay: romamce, humor y comedia, alcohol y otras adicciones

Editado: 26.05.2020

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