Andrew.
Recuerdo aquella tarde como nació Karen, aquella tarde donde todos nuestros familiares estaban felices y contentos. Desde aquella me prometí cuidarla, me prometí que la cuidaría como si mi vida dependiera estuviera en peligro si algo le pasaba, apenas tenía diez años y sabía cuál era mi misión -- Aquí estoy frente a este cristal transparente confesando a un policía de mierda.
-- ¿Por qué hiciste todo esto? -- pregunta el alguacil Nova.
-- Para proteger lo que es mío, nadie le hará daño a mi pequeña Karen en mis manos está a sana y salva. -- contesto con orgullo.
Desde que supe que tendría una hermana me di cuenta de que mi misión era protegerla.
Andrew Beckler apenas tenía diez años y ya sabía cuál era mi misión, a que me dedicaría el resto de mi vida solo hice todo esto por sanarla, solo quiero cuidar lo que me pertenece.
La primera noche en aquel hospital psiquiátrico no pude dormir solo pensaba en que alguien podría hacerle daño, en que algún estúpido haría creer a mí pequeña princesa cosas que no son. Las enfermeras me amarraron a los barrotes de la camilla y me pusieron una intravenosa. Comencé a caer en un sueño y al mismo tiempo mi pequeña aparecía en el.
Comencé a ver qué ella me extiende sus manos para que la ayude, para que la salve, lágrimas caen por sus pómulos blancos sonrojados poco a poco me acerque a ella para consolarla pase mis dedos entre las hebras de su cabello mientras mi voz susurraba su nombre.
-- ¿No me dejarás? -- pregunta entre gemidos.
-- No siempre estaré ahí para tí.-- contesto a su lado. -- Karen, karen o mi pequeña Karen -- me levanté totalmente feliz porque aún en mis sueños está presente y no me abandonara nunca.
Las enfermeras entran apresuradas ambas una a cada lado, una me agarra los brazos mientras me sacudo y la otra me pone una intravenosa como hace varias horas atrás.
-- ¡Mantenme, torturenme pero nunca dejará de ser mía -- digo en alta voz para que todos sepan mi amor y cariño hacia ella.
Karen
Luego de haberme revisado hasta más allá de donde da el sol, mis pensamientos solo viajan una y otra vez a aquel escenario, a aquel lugar tan horrible.
Nunca pensé que Andrew tuviera semejante obsesión por cuidarme Amber siempre me lo dijo Scott ni se diga y yo pues ajena a todo pensé que era mentira, pensé que era solo una locura suya de parte de ambos.
Aquella noche solo me colocaron somniferos durante toda la noche una que otra vez me levantaba espantada por culpa de las pesadillas solo aparecía Andrew gritaba, tiraba una que otra cosa en los sueños y al final de las pesadillas me levanto gritando yo.
No he dicho palabra alguna, no he abierto la boca desde aquella noche, papá y papá me han dejado quedarme en su habitación hasta que me sienta mejor.
Al pasar frente a su puerta escalofríos me recorren en todo el cuerpo solo quería gritar, solo quería llorar de la frustración. Varias noches fui encontrada en medio de el pasillo, mi mirada perdidas y vacía hacia su puerta.
Entonces aquí estoy, este es mi presente me encuentro frente al supuesto terapeuta que me hace preguntas y frases regulares, solo quiero salir de aquí me siento incómoda en este consultorio mi mirada va de el reloj hacía algún lugar de el consultorio.
-- ¿Has vuelto a tener pesadillas? -- dice con el típico porte de terapeuta que me se todas tus respuestas. El Dr Croswell que sus canas relucientes y arrugas blancas debajo de sus ojos.
Llevo media hora aquí, no he dicho nada, no he contestado ninguna de sus preguntas ni pienso hacerlo. Porque de todas formas terminaré interna en un psiquiátrico, de todas formas si digo alguna palabra tan solo con la expresión física será dicha a mis padres aunque el Dr Croswell me asegure que será todo ente nosotros.
Dos semanas de pura tortura llevo con todo esto no quiero ni imaginar todo lo que pasaron mis padres por culpa de Andrew por culpa de su narcisismo y su psicopatia hacía mi. ¿ Por qué a mí?
Lorelight~
Se que les he tenido botados pero aquí estoy, de aquí en adelante será más interesante la novela, les agradezco su amor y apoyo hacia esta novela que tanto me ha costado.