Ya llevamos una semana en el Siege y hemos estado entrenando duramente con Alex con la nueva rutina que nos creó Mateo.
El fin de semana la pasamos entrenando y estudiando el inicio del Safeguard junto a todo lo que deberíamos saber para ser agentes. Todo ha marchado perfecto y si seguimos así, en unos días nos darán nuestra primera misión. El nombramiento de agentes es mañana y solo Alex sabe cómo he estado.
—Alison quédate quieta o vas a terminar amarrada en esa silla y con una camisa de fuerza. Debemos repasar la ley aún junto con el himno.
—No puedo, estoy demasiado nerviosa. Estarán todos los agentes y así no puedo aprenderme nada, es mucha presión. Además, debemos darle el ejemplo a los más pequeños que también estarán ahí mirándonos. – camino de derecha a izquierda, de izquierda a derecha. Parezco un trompo y no es mi intención.
Dejo que pase la persona que golpeó la puerta de mi habitación.
—Chicos, mañana viene el grupo que conforma la selección del Safeguard. – entra Mateo con su computador.
—¿La qué? – estoy demasiado nerviosa.
—La selección: lo mejor de lo mejor. Son los que tienen el rango azul.
—¿Y vienen... a vernos?
— Si.
— Ay no. Es mucha presión, no puedo hacerlo. No lo haré. Me iré hoy de esta base. – digo yendo a buscar mi mochila, pero Alex se me cruza en mi camino.
—Lo harás, porque te llamas Alison Muñoz, próxima agente Muñoz y eres una advenediza, no una cobarde ¿Me escuchaste? Ellos deberían tener miedo al tener que vernos, no nosotros. – logro tranquilizarme y me siento en la cama.
—¿Cuál es el orden de la ceremonia?
Comienza a explicarnos paso a paso lo que haremos mañana y nos muestra videos de nombramientos anteriores. Las horas pasan y el momento de almorzar aparece. Seguimos los tres juntos, pasamos a buscar a Soph y nos sentamos los cuatro esperando a mi papá y a Rachel. Dejamos el tema de mañana para después y nos concentramos en comer y reírnos. Amanda aparece preguntándonos como estamos y los nervios me consumen terminado con un vomito verbal. Después termino comiendo demás y vamos al patio para tomar aire fresco. Mi día finaliza con una llamada de Kate deseándome suerte para mañana y recordándome que escriba en el diario.
(...)
—Necesito que te coloques el uniforme de agente, ese elástico. Y debes devolverme tu credencial para que te la entreguen en la ceremonia. Intenta no parecer nerviosa, siempre segura y vista al frente. Sin sonreír mucho, pero siempre amable ¿Esta claro? – asiento con la cabeza y del closet saco la ropa para ir al baño y vestirme.
Pensé que costaría entrar ahí, pero es de lo más fácil y cómodo que se puede usar. Fácil de movilizase y se ve genial. Salgo del baño y me siento en la cama cuando me lo indica una de las tantas agentes que aparecieron en mi habitación con muchas brochas y maquillaje.
—Tranquila, debe verse natural. – comenta al percatarse del miedo con el que vi todo. Nunca me he maquillado.
Comienzan a aplicarme bloqueador, cremas y me colocan una mascarilla. No sé en qué orden va todo, solo veo como se meten con mi cara y pelo.
Después de alrededor de treinta minutos dejan que me vea en el espejo.
Mi largo pelo está en una cola alta. Mi rostro esta igual, pero al mismo tiempo veo cambios. Las imperfecciones están tapadas y me delinearon los ojos. No sé qué decir.
—Wow. - ¿Qué más debía decir?
—Recuerda que debes dirigirte a cada persona por su apellido, por ejemplo, si quieres decirme algo di: Agente Silva. A Alex también debes dirigirte como agente Rizzo después de terminar la ceremonia.
—Bien. – asiento con la cabeza y meto las manos en los bolsillos del traje.
—No hagas eso. – me saca las manos y me entrega dos guantes negros. – los bolsillos son para las armas y ustedes dos no necesitan. Los guantes los hicieron hace poco a base de unos estudios para que tus manos estén como tú quieras, ya sean frías o calientes. Ah y están hechas especialmente para que no se te congelen las manos... la directora nos lo recomendó.
Asiento y procedo a colocarme los guantes. Es como si no los tuviera puestos por lo delgado que son. Me encantan.
Golean la puerta y Maite abre, dejando pasar a un joven que esta con una tablet hablando por un audífono pequeño en su oreja.
—Es hora.
Vuelvo a ponerme nerviosa y salgo de la habitación para seguir al hombre. Comienzo a recordar cada paso que Mateo me dijo e intento tranquilizar mis nervios. Pasamos por varios pasillos y puertas hasta que llegamos a un salón gigante, donde se encuentran muchas sillas. Fácilmente podría decir que hay más de mil personas aquí. Me dicen que me siente en la primera fila al lado de Alex.
Observo a mi amigo con detenimiento: tiene un corte de pelo distinto y está muy bien peinado. La ropa que lleva es parecida a la mía, pero no tan ajustada. No lleva guantes, supongo que es porque puede tocar a las personas.
—¿Estás bien?
—Si, solo que te ves muy adulto al estar peinado y todo eso. – reímos hasta que todo el mundo se quedó en silencio. – hay mucha gente. – digo en un susurro.
Aparece una música de entrada y varios agentes aparecen en el pasillo con bandera. Se ponen en dos filas y unen las banderas con la persona que tienen en frente. Hace su entrada la directora con un grupo de agentes a los cuales no alcanzo a verles la cara por lo enana que soy. La Selección debe ser.
La directora sube al escenario y la Selección se queda sentada en las sillas del otro lado del pasillo. Aún no les veo la cara a nadie.
—Les doy la bienvenida a cada uno de los agentes que se encuentran aquí y a los que se están formando. Hoy nos reunimos para nombrar a dos de nosotros como agentes y tenemos la visita de nuestra selección. Un aplauso por favor. – la selección se pone de pie y saludan a todos. Solo logro ver a una chica que es la que más cerca se encuentra. – les invito a colocarse de pie y cantar el himno nacional.