—Vamos a comenzar con las indirectas.
Al día siguiente, todos arreglamos los horarios para tomar once todos juntos y nuestro plan comenzaría. Nos sentamos en este orden: Alex y Nick en las cabeceras de la mesa, Soph y yo en un lado y al otro se sentarían mi papá y Rachel.
Estábamos comiendo de lo más normal, hasta que le di la señal a Soph para que comenzara.
—¿Se imaginan que Ali sea nuestra hermana?
—Uh... sería genial. Al fin Alex y yo tendríamos el título de familia que siempre quisimos. - le sigo el juego.
—¿Quieres que Rachel te adopte? – pregunta mi papá confundido.
—¿Qué? No, soy feliz contigo... ¿Qué pasaría si nos volviéramos una familia de verdad? –si mi papá no entiende esta indirecta, no comeré lo que me queda de pan.
—Alison, eso solo pasaría si tú y uno de los de la cabecera se casaran... ni muerto pienso dejar que eso pase. – me advierte. Suelto una carcajada y me pongo roja.
—¿Qué? No me refería a eso. –mastico el pan. No pienso quedarme sin comer.
—¿Entonces?
—Es que todos queremos que mi mamá y usted sean novios. –dice Soph inocentemente y todos comenzamos a toser al atragantarnos con lo que teníamos en la boca.
—¿Qué? –se sorprende la futura pareja mirándose entre sí.
Me acerco al oído de Soph y le susurro:
—Soph, esa era la última parte del plan.
—Ay lo siento, es que son muy lentos. –reclama.
Frente a nosotros, mi papá se levanta de la silla y nos mira a todos.
—Debo aprender otras cosas sobre informática. Nos vemos. - se despide.
—Yo voy a ver si en la cocina necesitan mi ayuda. - dice Rachel también parándose.
Dejo caer mi cabeza en la mesa.
Estado del plan: fallido.
—Alison. – me susurran Nick y Alex. Levanto la cabeza y apuntan detrás de mí.
Ahí están hablando los dos sin borrar la sonrisa. Saco mi celular, enfoco a la pareja y saco la foto. Cuando iba a sacar la segunda con filtro de corazones, alguien se cruzó.
Agh.
De un momento a otro se acercan mucho mirándose a los ojos, pareciendo dos enamorados. Cuando algo iba a pasar entre los dos... muchos agentes se cruzaron y de repente ellos desaparecieron de nuestras vistas.
Todos nos sentamos derechos con el mismo sentimiento. Queríamos ver si al fin sucedería algo.
—Hola chiquillos. –nos saluda Maite sentándose frente a mí.
Aún estaba con la duda de ¿Confío o no confío? ¿Balazo o abrazo?
—Alison, las chicas de la selección harán una pijamada mañana y me preguntaron si querías unirte...
No confío. Pero en las chicas de la selección si, ya que por algo se ganaron ese puesto. Entonces podría ir y sacarles información sobre lo que sea mientras duerman.
Tal vez es una mala idea o tal vez no. ¿Quién sabe? En una de esas podría descubrir secretos de la Safeguard.
—Claro. – le contesto con una sonrisa.
Conversamos todos juntos sobre el entrenamiento. Aunque no opine mucho, ya que estas personas tenían habilidades para detectar las mentiras y no quiero que se me salga sin darme cuenta sobre mi fuerza inhumana.
Mateo también se unió a la conversación y finalmente quedamos en un silencio que quise romper.
—¿Qué pasaría si algún día aparece alguien como Thanos? ¿Tienen algún plan para derrotar a alguien que tuene las seis gemas del infinito?
—Bueno... no tenemos a un Doctor Strange que vea el futuro y sepa en que realidad ganaremos, tampoco una gran cantidad de super héroes que nos ayuden a formar un ejército. – me contesta Mateo.
—¿Qué team eres? ¿Iron Man o Capitán América? –al fin encontré a alguien que le gustaba el universo Marvel y mi sonrisa no se borraba.
—Iron man. –claro, no todo podía ser perfecto. Mi sonrisa se borró y lo miré con los ojos chinos.
—Bueno, igual me caíste bien. – me encojo de hombros.
Comenzamos a hablar sobre los Vengadores y los personajes favoritos, mientras rescatábamos características especiales que cada personaje tenía.
Después de mucho rato, me di cuenta que solo hablábamos nosotros dos y que los demás solo nos miraban con una sonrisa y entendí lo que pensaban. Rodé los ojos.
—Bueno, fue un gusto sentarme con ustedes, pero tengo que irme a estudiar. Alison, cuando quieras seguimos con la conversación. –se levanta de la silla y hacemos un chócale junto al puño.
Cuando ya no estaba a la vista, comenzaron a molestarme.
—Ahora tengo que inventar otro shippeo. –alegó Soph.
—Así que al fin encontraste a tu media naranja.
—Cállate, Alex.
—Ay, yo estaba esperando este momento. – dice muy emocionada Maite. – desde que él nos dijo sobre las teorías sobre ustedes, supe que algo pasaría entre tú y Mateo.
—Que no pasa nada. –suspire fuerte para que vean lo cansada que me tenía el tema.
—Mateo es un buen chico, Grillo.
—¿Y eso que? Solo tengo dieciocho años. Me queda aún muchos años para enamorarme de cualquier persona, pero por ahora solo me enamoraré de personajes ficticios. No pienso estar con alguien para que después me destroce. – di mi humilde opinión y al parecer todos quedaron satisfechos, ya que no volvieron a sacar el tema.
En mi celular aparece la canción "Count on me". Contesto con una sonrisa a la persona que me llamaba.
—Acabas de salvarme. –hablo mientras me paro de la silla y camino hacia mi habitación junto a Soph.
—¿A si? –por su voz supe que estaba llorando y nos encerramos en mi habitación.
—¿Qué pasó? ¿A quién hay que pegarle? –ella ríe, pero no contesta. – ¿Kate?
— Tranquila, aquí estoy. Estoy sensible, nada más.
—¿Por qué? ¿Qué sucede? - ella suelta un suspiro.
—Nada, tranquila. Solamente maté a uno de mis personajes favoritos en el libro que escribí.
—¿Y qué frase emotiva pusiste? - me acosté boca abajo en la cama.
—Aún no la tengo tan arreglada, pero escucha: "Él decía que yo era su Sol, pero él jamás supo que sería mi luna. Tenía tantas facciones y me enamore de cada una. Tal vez con otro eclipse nos volveríamos a encontrar". Estoy muy segura que algo le falta, pero no sé qué es.