Cap 18: Adiós… Liam.
Emma.
Ya había llegado a casa cuando miré la hora ya era lunes vaya que me demore, no puedo esperar para contarle todo a Liam.
—Liam si te contará como me fue.
Lo busqué por toda la casa. No estaba.
—¿Liam?
Cuando entré en el cuarto vi que encima de mi cama estaba la flor que Liam me había regalado para el día de su cumpleaños junto con una carta que decía mi nombre.
—Liam…
Abrí la carta:
Emma.
“¿Te acuerdas cuando nos conocimos y pensaste estar loca? por que yo nunca lo olvidare yo te quiero Emma sabes que no quisiera decirte adiós así, cuando te conocí pensé que serías otra igual, pero no tu Emma no eres igual a ninguna, y aunque hoy tenga que decirte adiós nunca te olvidare. Por qué yo te amo
espero puedas estar mejor sin mi, y tal vez cuando acabes esta carta pienses que soy un egoísta por dejarte, pero no, esto es la muestra de amor más fuerte que he hecho… Te dejaré para que puedas seguir, por más que me duela esto te diré adiós Emma siempre te estaré cuidando y te estaré agradecido por todo, ten encuenta esto Emma yo te estaré esperando y no sabes como me duele la forma en la que la vida me enseña que tu eres primero, no estarás sola, siempre estare contigo…”
Adiós.
Att: Liam.
No, esto no está pasando, él no se irá.
—Liam no es gracioso.
Inconscientemente ya estaba llorando, cuando me giré para ver el espejo en el que nos dimos nuestro primer beso él estaba ahí parado mirándome con una lágrima.
—¿Esto es lo que ocultabas?
Mire el espejo él me dijo con los labios.
—Adiós.
—Por favor no te vayas.
Me intenté acercar al espejo, pero cuando lo hice un viento sopló y cerré mis ojos por reflejo.
Cuando los volví a abrir ya no estaba ni él, ni la rosa, ni la carta.
—LIAM. No me dejes.
Ya estaba llorando buscando por toda la casa, pero con cada paso que daba me acordaba de él.
La sala donde nos sentamos a hablar por horas.
La cocina donde él una vez cocinó para mí.
El baño donde prendió la luz para asustarme.
Y mi cuarto donde tantas cosas pasaron.
—LIAAAAAM
4 DÍAS DESPUÉS.
Habían pasado unos pocos días desde que me dejó, cada día me levantaba a buscarlo por toda la casa, pero solo lo recordaba con cada paso y dolia mucho…Solo lo quiero de vuelta, tambien falte a la universidad, mi celular se apago y no me acordaba cuando comí por última vez, cada que me metía a bañar lloraba por los recuerdos y salía rápido.
Un par de veces trataron de venir mis amigas, pero no abría.
RING.
El timbre una vez más no me paré, no quería hacerlo, pero la puerta se abrió y cuando vi a William estaba parado frente a mi cama.
—Debes levantarte… Me contaron sobre…
No lo deje terminar.
—No, no digas su nombre… Por favor.
William me cargo de la cama y me obliga a comer y bañarme.
—Daría cualquier cosa para que vuelva.
—Emma no…
—No lo entiendes… Él lo era todo.
2 SEMANAS DESPUÉS.
Había estado acostada en mi cama todo el día, no quería levantarme y saber que él no estaría, solo… Quería olvidarme de él, pero no podía ni dormir, no tenía fuerzas y William venía a mi casa luego de la escuela para acompañarme y escucharme entre llantos. Trato de llevarme al psicólogo unas 2 veces, pero reaccione mal y lo ofendí, pero a pesar de todo no dejo de verme.
—Hola Emma, traje sushi.
—No tengo hambre. —Era mentira, en realidad moría de hambre, pero no tenía apetito.
—Tu estómago no tiene la culpa de tu tristeza.
—¿Por qué se fue?
—Emma… —No lo deje terminar.
—Solo lo quiero de vuelta.
Estaba llorando de nuevo.
—Ven vamos a comer.
William me obligó a comer, también a bañarme y desatrasarme, aunque él me escribía casi todo.
—Perdón…
—¿Por qué?
—Por tener que cuidarme y perder tu tiempo conmigo.
Me sonrió.
—Estar contigo nunca es un desperdicio de tiempo.
1 MES DESPUÉS.
Ya había vuelto a la universidad, Carolina y Keira me ayudaban en muchas cosas, aunque ya no sonreía ellas lo hacían para mi, a veces en los descansos iba a llorar. Por alguna razón, Isa ya no me llamaba ni me visitaba, pero siempre me preguntaba como estaba por chat.
—Tranquila Emma.
—Todo pasará, hasta este dolor. —Me comentó Carolina y no pude contestarle algo.
Lo único que sentía era ese vacío que Liam había dejado… Era como si estuviera muerta en vida, no sentía nada ni tenía ganas de nada… Solo… Existía. Ya había sentido esto antes con Abigail y mamá.
Mi madrastra y hermano solían venir de vez en cuando a casa a pasar tiempo conmigo, Emily no venía por qué no quería que me viera tan… Vacía.
1 MES Y CINCO DÍAS.
Pude sonreír de nuevo, poco a poco volví a hablar y a ser feliz, aunque aún dolía. La segunda primera sonrisa fue por mi cumpleaños habíamos ido a un restaurante de pizza y me reí por un comentario de William con Keira, cuando caí en cuenta de que me reí empeze a llorar mientras sonreía y mis familiares y amigos me dieron un abrazo, pero por obvias razones en ese “familiares” faltaba papá.