Cap 20: La promesa: Parte dos (Final).
Cuando veo el nombre de Keira en la pantalla contestó inmediatamente.
—Hola Keira ¿Sabes algo de Carolina?
—Emma… ella está…
Oh no.
Escucho sollozos al otro lado de la línea.
—¿Estás bien? ¿qué pasó?
—Carolina murió.
—¿En dónde estás ahora?
—En el hospital de 1054 Tad Cape.
—Ya voy.
Cuando llegamos al hospital pensé que la noticia de Caro muerta era mentira, pero aún así lloré de camino.
—¿Qué pasó?
Le pregunté a Keira que estaba llorando sentada en una silla del hospital. Aparece un doctor y me llama.
—Usted conoce a Carolina…
No lo deje terminar tenía que saber que paso.
—Si ella.
—Carolina sufría cáncer, de hecho el día que la trajeron me pidió que no les dijera, ella cuando la trajo Carolina ya no estaba con nosotros y no había nada qué pudiéramos hacer.
—Pero y las pastillas ¿eso… debió ayudarla no?
—Carolina tenía esto en un bolsillo de su pantalón.
Me paso una carta que decía: "Para Keira y Emma.”
Decidí no abrirla ya que estaba llorando mucho y si quería leerla sería con Keira y ella no estaba en condiciones.
—Me retiro. —Añadió el doctor para irse.
—William, dime que no.
Estaba destruida…Ella no… las lágrimas saladas bajan por mis mejillas húmedas, no puede ser, no otra vez…Apenas había superado lo de Liam y ella… Recuerdos con ella vienen a mi mente.
William solo me abrazo y cuando fuimos donde Keira me quede a su lado llorando en silencio un momento, hasta que la llevamos a casa.
El día del funeral Keira estuvo tranquila hasta que llegó el momento de enterrar a Caro. Lloro y se desmayó, yo también lloré y hasta me mareé, pero no me desmayé. Ahí recordé la carta así que la saqué.
—“Keira. Cuando te conocí supe que estaría junto a ti cuanto más pudiese, siempre fuiste fiel y no te apartaste, y así yo ya no esté quiero decirte: Te quiero y te querré como una hermana, y no importa cuanto tiempo pase jamas te olvidare. Emma: Eres una persona maravillosa, por favor no cambies y si lo haces que sea para mejor… Chicas, las pastillas que me compraron no las tomé porque sabía que esto… sería inminente, a cambio de eso pase el mayor tiempo posible con ustedes… con amor Carolina”
La pérdida de Carolina me dolió mucho, pero mi dolor no se compara con el de Keira, ella estaba destruida. Cuando volvía a casa encontré todo desordenado y algunos de mis libros destruidos, y solo vino a mi mente un nombre: Isabella. No se porque vino a mi mente, pero la llame.
—Isabella… alguien entró a mi casa y la destruyó.
—Fuimos nosotras.
—Tú… pero… ¿por qué? y ¿Con quién?
Me dolió eso porque lo hizo si antes estaba llorando ahora más.
—Emma nunca te considere mi amiga, solo me acerqué a tí por qué Abigail también me molestaba y me dijo: Si me ayudas con esa chica te dejo en paz.
—Isa…
—No, solo desaparece de mi vida.
—Liam tenía razón de ti.
Le colgué y me puse a organizar todo, no me había robado nada, pero algunos de mis libros estaban destruidos. Al día siguiente sentía el vacío de ella, pero mi fuerza para no llorar había sido aquella promesa. Me dí cuenta que Keira no estaba y tenía un muy mal presentimiento.
Cuando acabaron las clases fuí a su casa y cuando llegué toque y toque, pero nadie abrió, hasta que me asomé por la ventana y vi algo que me heló la sangre. Ví una cuerda de esas de colgarse.
—KEIRAAAAAAA.
No por favor ella no.
Llegó William y le conté lo sucedido y cuando me volví a asomar por la ventana Keira estaba a punto de colgarse y William sin pensarlo le pegó un puñetazo a la ventana y entramos salvando la.
—Dejadme, quiero ir con ella.
—Keira no olvides la promesa…
Recuerdo.
—La promesa es que si muero, seguirán con sus vidas y no se separaran.
Carolina sonrió.
Fin del recuerdo.
Keira de pronto dejó de patalear y empezó a llorar la abrace mientras yo también lloraba.
5 AÑOS DESPUÉS.
Ya terminé mi carrera de docencia y estaba trabajando como profesora, mi mejor amiga ahora Keira y mi novio William. Estaba afuera de casa, me estaba mudando y me estaba despidiendo, en eso se acerca una señora muy viejita y me agarra los cachetes.
—Ay mi niña, te pareces tanto a mi hija.
Le iba a decir loca a la señora, pero no.
—¿Y cómo era su hija?
—Era muy parecida a ti, pero lamentablemente la perdí, pero estoy segura de que ella no está muerta.
Luego veo una chica alta de cabello negro, ojos negros, con gajas y tez trigueña acercandose.
—Perdona mi madre sufre de alzheimer y a veces se escapa y dice cosas sin sentido.
Ella se llevó a su madre y yo me subí al carro de William llegando a mi nueva casa, pero no importa cuan lejos vaya nunca olvidaré a él que alguna vez vivió conmigo…
FIN
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Este es el capitulo final, y agradezco a todos los lectores y lectoras que llegaron hasta aquí y nos vemos el martes que viene para el epilogo.