Cruzó sus manos en dirección a mi escudo para con su poder intentar traspasarlo. Los chicos estaban tras de mí todos abrazados como si le temieran tanto. Yo tenía mis dos manos elevadas hacia el escudo para poder aguantar la fuerza del poder de Darkar una que era tan fuerte que mis manos comenzaron a temblar. El escudo era de fuego simplemente porque el fuego talvez podría hacer más efecto que uno de agua. Entonces comenzé a jadear y gemir de presión, ya que estaba usando demasiada fuerza para mantener el escudo sin que no se destruyera y Abril se acercó a mí.
-¿Megan, estás bién?-Soltó al verme sudar también.
-N-no puedo hacerlo sola, es demasiado, su poder adquirió una fuerza mayor a otro elemento Abril...-Le dije entre dientes ya que ni hablar podía.
-Llamaré a los de fuego, ellos podrían ayudar.-Dijo justo cuando llamó a los cuatro, de hecho Ignis era uno y se acercó al escudo para alzar sus manos y plasmar más energía de su parte algo que degradó la fuerza que estaba sosteniendo mi cuerpo. Entonces Darkar soltó una risa macabra en la que aumentó la potencia de su poder para que ambos, Ignis y yo no pudieramos resistir.
-No, no, no puede ser, se está volviendo más fuerte otra vez.-Le dije a Ignis y él suspiró para luego llamar a los tres que quedaban de fuego.
-¡Alice, Camille, Seba, vengan pongan de su energía al escudo!-Les gritó y corrieron para unirse al escudo. Pero Darkar no se venció, sino que de nuevo aumentó su poder para que ya ni siquiera los cinco que habíamos pudieramos soportarlo.
Ignis y los otros tres chicos comenzaron a temblar y a sudar, pero como mi capacidad era mayor temblaba pero menos.
-Megan, nosotros no podemos aguantar más, es demasiado.-Dijo Ignis mientras me mostraba los chicos que se veían de hecho cansados ya.
-Pero qué...-Me quedé sin habla al ver que el poder oscuro de Darkar había comezado a contagear el escudo, comenzando a crearle ranuras.
-¡Se está rompiendo!-Esa fue la voz de Abril a mi espalda. Entonces solo le dije que se apartara.
-Ignis, solo ten cuidado con lo que haré, eres de fuego pero podría lastimarte.-Le solté cuando encendí mis ojos y a los segundo mis venas color fuego y las empuñé al escudo con una fuerza en la que las ranuras se comenzaron a cerrar y del propio escudo salió un destello que rompió la conexión de Darkar haciéndolo caer al suelo. Pero si me quedaba sin hacer algo más de seguro volvería atacar a los chicos.
-Ignis saldré fuera del escudo, tu y tus chicos mánteganlo y no lo quiten.-Le dije saliendo del escudo sin dejar que me dijera algo.
Me acerqué a donde estaba Darkar y me quedé quieta. El estaba riéndose y encendiendo su manos para atacarme pero no me moví.
-Hola gatito, se que no me esperabas, pero no me cansaré hasta destruirlos a todos.-Se burló y me lanzó de su poder, lo esquivé y le lanzé bolas de fuego que lo hicieron caer. Y luego se levantó levitando.
-¡Tu fin está cerca, cuando menos te lo creas nadie existirá más que yo!-Gritó cuando me escupió y se esfumó.
-Maldito asqueroso, ojalá te murieras ya.-Bufé cuando le ordené a Ignis que apagara el escudo.
-O Dios, estás bien.-Llegó Abril para inspeccionarme toda.
-Si, siempre se rinde cuando lo ataco.-Le dije
Luego todos regresaron al cuarto pero yo salí, era de noche pero aún así me dirigí al patio sola. Me senté en el suelo a respirar profundo. Necesitaba un tiempo para meditarlo todo. Más que todo pensar en mí, mi insignia, el que yo dominara dos elementos a su máxima capacidad, mi regeneración, y la habilidad de extración de líquidos. No entendía nada, un pentágono para dos elementos era raro. ¿Si es un pentágono serían cinco, no? Yo simplemente tengo en la primera punta otro pentágono pero pequeño, en la que le sigue a su derecha una insignia de fuego, y la que está abajo de esa, otra pequeña insignia pero de agua, eso significa que quedan las dos puntas del lado izquierdo sin insignia.
Entonces faltan aún dos insignias para que aparescan. Esa es mi conclusión, si la del fuego y el agua las tengo, me faltarían las de aire y tierra ¿no? Me acerqué a la pequeña charca para mirar un poco mi reflejo, entonces pasé mis dedos por la insignia y esta se encendió junto con las pequeñas. La estudié por completo hasta que escuché un cantazo y del susto pegué los puños al suelo agrietándolo.
-¿Megan?-Ni le respondí a su voz cuando me quedé mirándo mis puños en el piso. Comenzó a salir una grieta de ellos hasta llegar a quien me llamaba haciéndolo caer de cantazo al suelo. Entonces retiré mis manos con miedo para correr.
-¡Abril, Dios mio!-Grité cuando me lanzé a ayudarlo pararse.-Lo siento yo ni siquiera...-Me interrumpió para de momentó quedárseme mirando raramente.
-Megan...-Soltó cuando tomó mi mano y me la mostró. Mis venas se estaban marcando verdes, un verde tan fuerte que era el causante de la única luz que alumbraba el patio oscuro.
-Mis v-venas están brillando verdes Abril.-Le dije mientras comenzé a reirme.