Chris…
El constante llorar de mi madre aumenta mi nerviosismo a grandes zancadas. Las amigas de mi hermana contaron lo ocurrido y luego recibieron una reprimenda por estar fuera del colegio. Había salido con ellas de compras y unos minutos después se despertaron inconscientes.
¿Por qué Celine? ¿Por qué no a mí o a Cam? Mi hermano y Talia llegaron una hora después. Los ojos de ambos están enrojecidos de tanto llorar. Que nuestra hermana menor esté desaparecida, nos pone a todos muy sensibles.
—¿Aún no hay noticias? —pregunta mi madre entre lágrimas.
—La están buscando, pero aún no se sabe nada —responde mi padre con pesar.
—¡Maldita sea! —exclama Cameron desquiciado agarrándose por el cabello. El sonido de un teléfono atraviesa el aire cortando la frustración en la estancia.
—¿Diga? Isaac, tranquilo—habla Talia confundida—. Dile a Javier que se tranquilice que no… ¿Qué Allison hizo qué? —Frunzo el ceño ante la mención de ese nombre. Cameron se acerca a su chica e intenta escuchar la conversación—. Esta chica es tan valiente como tan tonta. ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Pudiste localizarla? ¿Nada más? Bueno, eso reduce la búsqueda, muchas gracias.
—¿Qué ocurre? —pregunta mi padre a penas Talia cuelga la llamada.
—¿Le pasó algo a Allison? —insiste mi hermano preocupado.
—Isaac logró reducir la búsqueda de Celine y Allison fue sola hasta allá.
—¿Pero está loca? —No sé si mi hermano preguntó o exclamó—. ¿Cómo es posible que haya ido sola? Si la dejamos con Javier por…
—Dejó a León inconsciente porque él presionaría para ir con ella. —Abro estupefacto los ojos al escuchar semejante locura—. Lo más cerca que Isaac localizó a Celine fue en Rumania.
—¿Cómo ella llegó allá? —pregunta mi padre.
—No me sorprende que esa muchacha tenga algo que ver con la desaparición de mi niña. —Ese comentario me dolió más de lo que pensé.
—Mamá, estoy harto de tus comentarios en cuanto a Allison. —La vena en el cuello de mi hermano comienza hincharse. Malas noticias. Eso significa que Cameron llegó a su límite—. No sé lo que pasa contigo. Ella no es una amenaza.
—¿No es una amenaza? Enamoró a tu hermano y quería usurpar el lugar que le corresponde a Emma. Y estoy segura que Allison está detrás del secuestro de Celine.
—Eso no es cierto. Chris estaba perfectamente bien con Allison. Era feliz. Verdaderamente feliz. Desde que pusimos un pie en Inglaterra, todo ha sido un problema tras otro contigo, mamá.
—Por Dios, que yo estoy aquí. No hablen como si estuviera muerto. Dejen mi vida privada para otro momento. Celine es prioridad —intervengo con la esperanza de zanjar el asunto.
—¿Dónde está tu novia, hermano? ¿Ya sabe que su cuñada desapareció? —pregunta Cameron con ironía.
—No te pases, Cam.
—Me paso si me da la gana. Estoy cansado de tu estupidez y que nuestra madre intente controlar hasta cada paso en nuestras vidas.
—¿Permites que me hable así, Héctor? Un poco de respeto no estaría mal.
—Lo siento, Alexa, pero nuestro hijo tiene razón esta vez —contesta mi padre alejándose del tacto de mi madre.
—¿Tú también?
—Alexa, Allison es nuestra amiga y no pienso permitir que hablen así frente a nosotros cuando ella no puede defenderse —interviene Talia encolerizada—. En verdad no te entiendo. La odiabas antes de conocerla solamente por llevar el apellido McKenzie.
—¡Basta ya! —brama mi padre furioso—. Tantos gritos me están dando dolor de cabeza.
Una hora después aún no tenemos noticias, y eso comienza a alarmarnos. La tensión en la mansión Gray puede cortarse con un cuchillo.
—No puedo quedarme quieto sin tener noticias de Celine o Allison.
—Hermano, debes mantener la calma.
—No puedo. Celine y Allison está ahí afuera corriendo peligro. Yo creo que lo mejor es…
La puerta de la casa se abre abruptamente cortando las palabras de Cam. Mi hermana menor entra dando tumbos y mi hermano corre hacia ella.
—¡Celine! —gritamos todos.
Seguido, entra McKenzie, y se recuesta a la puerta una vez que la cierra. Su camisa está rasgada casi completa en la parte de los brazos, mostrando unos leves arañazos. Al conectar nuestras miradas, ella sonríe sin separar los labios.
—Chris —murmura con debilidad, y si no la agarro a tiempo, se hubiera golpeado la cabeza.
—¡Llama al doctor, Talia! —grito y saco el cabello pegado de su rostro—. Allison, Allison, despierta.
Siento algo mojado en la mano que tengo detrás de su espalda, y al ver el color, me alarmo. Al levantar su camisa veo un corte en la zona baja de su abdomen. El líquido carmesí mancha mis vaqueros .
—¡Está perdiendo mucha sangre! —espeta Cameron alarmado—. Súbela a mi habitación.
—Va a manchar las sábanas, hijo.
—Mamá —tomo a Allison entre mis brazos—, se agradecida un poco. Salvó a tu hija. —Sin importar el peso y la sangre que mancha mi ropa, subo los escalones lo más rápido que puedo—. No se te ocurra morir, Allison. No ahora.
Unos minutos después, Javier aparece en mi casa. El miedo plasmado en sus ojos verdes es el mismo que tienen todos, incluyéndome. Cameron no deja de caminar de un lado a otro.
Según me dijo Javier, las ardillas volaron a la habitación para estar con Allison. Meeko, el mapache, no se ha apartado de la puerta de la habitación de Cam desde que llegó. Intenté acercarme, pero me enseña los dientes y saca sus garras demostrando que no es el mejor momento para estar en los alrededores.
La puerta se abre y Meeko no pierde el tiempo para entrar. El médico sale con gesto cansado y todos nos reunimos a su alrededor.
—Allison está bien —responde antecediendo la pregunta que todos reflejábamos en nuestras miradas. Javier suspira, y el alivio cruzó los ojos de Cameron y Talia—. La herida no fue profunda, pero tenía una astilla en el interior. Algunas garras de hombres lobo traen veneno en las puntas. Por suerte para Allison, la garra no tocó ningún órgano vital y las ardillas me ayudaron bastante. Aprenden rápido. Esa joven tiene suerte de tenerlas.
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Editado: 09.02.2023