Seguro de que todo esto era solo una maldición, limpio las dolorosas lágrimas estancadas en el bordillo del ojo. Luego los cierro fuertemente e intento relajar mi respiración, solo que en ese momento los golpes y fracturas deciden mostrarse.
—Sigue mi voz.— se escucha fuertemente de una voz que parece más cercana que antes.
Aunque mi deseo es no mover ni un músculo decido intentar levantarme. No abro los ojos solo palpo el lugar con que choque y de ahí intento sujetar fuertemente las cadenas, cosas que no es para nada fácil por el frío del lugar y por como pierdo la sensibilidad de mis dedos.
Al final consigo el objetivo, no obstante desearía tomar grandes bocanadas de aire sin sentir como el frío cala todo mi cuerpo.
—¿Dónde estás?— si fuese posible una ayuda seria a un mejor.
Soy halado por una brisa fuerte.
—Un dragón el mundo deseo poseer, su avaricia fue tal que ahora encerrado esta. Solo que su cárcel el mismo la busco y a nadie culpar si por esta acción su cuerpo deje de respirar— se escuchó a coro el estribillo que parece continuara mientras por mi parte era arrastrado a quien sabe que peligro.
—Aragog muy joven se enfrentó a diferentes poderes y casi venció solo que Acclor lo enloqueció, antes de la decadencia total su mente lo hizo lograr que creara esta tumba donde el mismo se apresó, deberíamos ser libres, pero somos esclavos— sonó antes de que chocara con algo.Otra vez el dolor espeso me provoca rendirme, quizas esto seria un cambio a la historia o simplemente este mundo no tiene espacio para la no salvación de una no villana, si pudiese describirlo es vivir del dolor o esperar la muerte.
—Te he llamado, no me veras— escucho un tono un poco bajo.
Al abrir los ojos recuerdo todo el daño sufrido, no tardo ni un segundo en abanicar nuevamente mis pestañas hacia abajo.
—No puedo— confieso sin saber si lo que golpeaba era la voz que me llamaba, una roca o un
hielo que por entumeciendo me parecía menos frio o hasta cálido.
Algo tan ligero con el aleteo de una mariposa se posa a milímetros de mi rostro, escucho un rezo y percibo como la magia viaja por mi cuerpo, es suave, cálida dejando un olor a sol. Tan agradable aunque desconocido me deleito por la sensación.
—Solo abre los ojos— ordena, un tanto invadido por la voz abro los ojos, lo que noto es como a un estamos en un cuarto de hielo, pese a ello esta parte es diferente a lo que vi antes, en este momento podía ver un ser humano con unas orejas tipo elfo, una piel color oliva, unos ojos de color arcoíris, el absolutamente debe ser una figura fuerte. Su ropa de dividida en capas, pero todas de color dorado, platino y rojo.
—Puedo verte— antes temía no ver estos momentos, no sentir nada y solo ... no digo el final ni en mente soy capaz de terminar la oración.
—Te llame con el único fin de pedirte un favor.— me mira fijamente, como si impidiera que pudiese pedir o decir algo continua—. Este favor fue aceptado por Efil, ella aseguro que tu y esta misión estaban destinados.
Sin terminar de comprender deseo gritar, irme y esconderme de esa diosa. A caso salvar a mi hermana me vuelve la figura para misiones suicidas o tengo un cartel pegado con la instrucción uso en caso de emergencia, aprieto hasta sentir dolor mis puños.
—Yo intente vencer, ahora solo puedo destruirme o dejar todo en tus manos ¿Cuál es tu decisión humana?
—Si digo que no ¿Qué pasara?
El desvía la mirada y se dirige a los muros de hielo —. Ello es facil, mi poder es el que crea esta caverna, al irte destruiré este mundo, he vivido centenitos, la muerte es lo único que espero.Al finalizar vuelve a mirarme sus ojos se tornaron azules por unos segundos, probablemente solo lo imagine me digo.De por si por esta estúpida y única decisión mis pensamientos ya son un caos, hace poco muero, si no cumplo con la mision muero, por que todo en mi vida es aceptar las decisiones de Efil o morir.
No quiero morir por segunda vez, no deseo volver y no saber que pasara conmigo. Despues de años aprecio a mi hermano no como el personaje que posiblemente me ignore al conocer a la protagonista si no como aquel que ha vivido conmigo y acepta castigos a mi lado, he llegado a querer al príncipe que siempre viene a divertirse y molestarme, aprecio a mis padres y a mi mucama, deseo que todos vivan.
—¿Qué debo hacer?— pregunto con pavor, si es imposible como podre intentarlo.
—Nadie lo sabe con certeza.
—¡QUE!— grito sin interesarme en mostrar compostura.
—Las nueve espadas estan dividas en poder y alma. Acclor es un alma que enloqueció, su poder solo sucumbe a quien pueda soportar su locura, de esa forma o sucumbe el guerrero o la espada. Sin embargo desde que he estado en este encierro Acclor separa mi cuerpo de dragón de mi cuerpo humano.
—¿Cuerpo humano, cuerpo dragón?— intervengo sin entender.
—Los dragones en cierta etapa podemos crear copias de nosotros mismo, esas copias tiene nuestra fuerza dividida. Acclor tomo mi cuerpo dragón, sin poder pelear pase parte de mi alma a esta copia— suspira con ira —. Hasta que no pase sus retos no encontrare mi cuerpo, solo que con una copia no logro pasar la muralla.—señala al lugar donde la nieve desaparece y se muestra un agujero negro.
—¿Qué hay ahí?— cuestiono con un poco de entendimiento.
—Es el inicio del "juego" como lo llama Acclor, tu mision es empezar y acabar lo ese loco te imponga.
—¿Cómo se que no moriré?
—Acclor no asesina, solo te hará desear esta muerto o te hará dormir hasta la muerte.
Sin nada que pueda ayudarme o disuadirme a que decir no es lo correcto empiezo a caminar al lugar señalado, recordándome que soy un personaje de la historia. Según creo nadie debe poder matarme o no al menos hasta que el Rey ordene mi exilio o muerte.—Aceptas— aclara complacido, ahh no lo soporto ¿Qué otra opcion tengo?Solo callo todas las frustraciones y continuo, ya tan cerca como para sentir la crispante energía mágica que me erizaba o me hacia recordar el miedo aun con toda mi piel en un punto de congelación.