La semana continuó con la misma intensidad y presión que Alejandra había llegado a conocer tan bien. La espera por la decisión de Adrián sobre la inversión seguía siendo una fuente constante de ansiedad. Alejandra se enfocaba en manejar los problemas con los proveedores y asegurarse de que la empresa siguiera avanzando a pesar de los desafíos.
El jueves por la mañana, Alejandra recibió una llamada de Ricardo, su abogado. “Hola, Alejandra. Quería ponerme en contacto contigo para discutir algunos aspectos legales relacionados con los nuevos contratos. Es importante que revisemos los documentos antes de finalizar cualquier acuerdo.”
Alejandra asintió, reconociendo la importancia de la revisión legal. “Claro, Ricardo. ¿Cuándo podemos reunirnos para revisar los contratos?”
“Podemos hacerlo esta tarde a las 4 p.m. en mi oficina,” respondió Ricardo. “Voy a asegurarme de que tengamos todo el material necesario para una revisión completa.”
Alejandra confirmó la cita y pasó el resto de la mañana revisando los documentos y preparando preguntas para Ricardo. Sabía que la revisión legal era crucial para evitar futuros problemas y quería asegurarse de que todo estuviera en orden.
A las 4 p.m., se dirigió a la oficina de Ricardo, que estaba ubicada en un edificio cercano. Ricardo la recibió con una sonrisa profesional y la invitó a pasar a la sala de conferencias. “Gracias por venir, Alejandra. Vamos a revisar los contratos y asegurarnos de que todo esté en orden antes de que los firmes.”
Durante la revisión, Ricardo señaló varias cláusulas que necesitaban ajustes para proteger los intereses de la empresa. “Hay algunos términos en estos contratos que podrían ponerte en una situación complicada si no se modifican. Voy a preparar una serie de recomendaciones para que las discutamos con los proveedores.”
Alejandra tomó nota de las recomendaciones y agradeció a Ricardo por su atención al detalle. “Aprecio mucho tu ayuda con esto. Es crucial para nosotros tener la certeza de que todo está bien antes de firmar los contratos.”
Después de la reunión con Ricardo, Alejandra regresó a la oficina y se puso a trabajar con su equipo para ajustar los contratos de acuerdo con las recomendaciones legales. La presión seguía siendo alta, pero la perspectiva de tener contratos sólidos y bien revisados le daba un poco de tranquilidad.
Esa noche, mientras revisaba algunos informes finales, recibió un correo de Adrián. “Hola, Alejandra. He revisado el informe actualizado y me gustaría que nos reuniéramos para discutir algunos detalles finales. ¿Puedes venir mañana a las 2 p.m.?”
Alejandra sintió un nuevo torbellino de nerviosismo y esperanza. Confirmó la cita con Adrián y pasó el resto de la noche preparando la presentación final, asegurándose de que todos los detalles estuvieran listos para la reunión.
Al día siguiente, Alejandra llegó a la oficina de Adrián con una mezcla de ansiedad y determinación. La reunión comenzó con una revisión exhaustiva de los informes y documentos finales. Adrián hizo varias preguntas sobre los últimos ajustes y la solución provisional para los problemas con los proveedores.
“Veo que has hecho un gran esfuerzo para abordar todos los problemas y preparar una estrategia sólida,” comentó Adrián. “Tu enfoque ha sido detallado y exhaustivo, lo cual es muy positivo.”
Alejandra asintió, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo. “Gracias, Adrián. Hemos trabajado arduamente para garantizar que la empresa esté en una posición sólida para enfrentar los desafíos.”
Adrián revisó los documentos y evaluó cada aspecto con atención. Finalmente, se recostó en su silla y dijo, “Estoy satisfecho con los esfuerzos que has realizado y con los detalles que hemos discutido. Estoy dispuesto a seguir adelante con la inversión, pero necesitaremos cerrar algunos detalles adicionales en los próximos días.”
Alejandra respiró hondo, sintiendo una oleada de alivio. “Agradezco mucho tu confianza, Adrián. Estoy lista para trabajar en los detalles finales y asegurarme de que todo esté en orden.”
La reunión terminó con un sentimiento de esperanza renovada. Aunque aún había detalles que resolver, el progreso logrado era significativo. Alejandra volvió a la oficina con un renovado sentido de propósito, lista para enfrentar los últimos pasos antes de cerrar el acuerdo.