Mirando en perspectiva mi nuevo fracaso del año, estudiar Bellas Artes, que prácticamente había dejado, como ya adelantaba mi psicólogo, por falta de materiales y también talento, aspiro a que la tienda de libro prospere, en el fondo sabía que no lo lograría, y como dice el estratega Sun Tzu, solo se ataca cuando la victoria está asegurada y se pierde cuando hay dudas de la victoria, o eso había entendido yo, un librito que leí de chico, que compré por curiosidad. Aún así pienso... no pierdo nada en ir a esa feria del libro, le voy a decir a mi viejo si me quiere acompañar, a lo cual accede. Subimos al auto vemos la dirección, y mi viejo también español, me dice,
-Esta no es la dirección del centro riojano, ésta dirección justo es de a una villa cerca del centro de Rosario.-
- Y debe ser una especie de cede o algo, para eventos, o el viejo que me dio la dirección, me la dio mal, era muy viejo, por ahí se confundió-
En el trayecto del auto, me decía mi viejo, palabras de aliento sobre el emprendimiento, ideas, proyectos, y demás. Así terminamos llegando al lugar. Era un terreno enorme pero precario, donde una vez paso el ferrocarril, tenía el aspecto de estar abandonado, el lugar estaba lleno de gente, parecía algo así como las colectividades, pero más chico.
Entramos, preguntamos si era una feria del libro, y nos dijeron que si, y de recuerdos, algo así como un mercado retro.
En un espacio, había un cyber, en el que las maquinas eran súper modernas y avanzadas, eso me pereció muy raro. Jugaban casi todos a un juego colorido y extraño, que no conocía. Bueno... tiene buena pinta el lugar, después de todo. Vamos con mi viejo a un stand retro, y allí veo sorprendido, a los muñequitos de Molock y del Reino de Dolian, ¡no lo podía creer!, eran viejísimos, de cuando yo era chico. Los miro entusiasmado, estaban todos, los buenos, los villanos, todos. Junto a estos, estaban otros también de esa época. El stand, lleno, y se hacían recorridos, donde había un presentador y hablaba de los muñecos. Salimos del stand y vamos a uno de libros. Ahí recorremos y vemos libros viejísimos, algunos casi se desarmaban. La gente los miraba, entre el bullicio y amontonamiento. Era de noche.
Caminando por el stand, me quedo mirando unos libros a autoayuda, viejos, ya no sabía de que agarrarme jajá, y veo como una anciana pedía limosna sentada en una esquina, a todo esto, veo entrar a..., veo bien... a Molock, o la persona disfrazada de él, no lo podía creer, mi héroe de la infancia, ahí a metros mío, obvio debía ser un disfraz, pero estaba igual. Era una persona de más de dos metros, todo musculoso, en cuero, peludo, y de pelo largo pelirrojo. Me pregunto, de donde sacaron a alguien así...
Al minuto veo como Molock, empieza a maltratar a la anciana que pedía, le dice-¡ Levántese, no puede estar ahí!,
A lo que mi viejo, que estaba cerca, le dice,- Déjela, no ve que es una pobre señora-
- ¡Córrase, no estorbe!
Y lo empuja a mi viejo, y este cae al suelo, le dice a otros -llévenselo, estaba haciendo disturbios-. Y veo como lo sacan afuera. Me acerco a uno del staff, y le comento lo que le paso a mi viejo, con ese tipo disfrazado de Molock, y me dice, que lo acompañe, que sabía dónde estaba mi viejo.
Me lleva entre la multitud hasta un tipo muy parecido a Molock, pero esta vez canoso y mas grande.
Me dice - Hola soy Francis, (así se llamaba el padre de Molock, en las aventuras en el reino de Dolian, antiguo libro de chico)
-Hola, mire... hubo un mal entendido, mi viejo quiso ayudar a una persona que pedía, y un hombre disfrazado de Molock, lo empujo y lo hizo caer, luego lo sacaron del stand, y no lo vi mas.-
-Debe estar en la sala de penitencias, o fuera del establecimiento, esa es la sala de penitencias- señalando a un lugar, que veo había, si mis ojos no mienten dos chicos guerreros, un mago y un Abalonense, disfrazados, pero muy bien disfrazados, parecían reales. Es mas... eran reales. Todos estos personajes, son los reales de las historias, ¡¡¡habían cobrado vida!!!!, no podía ser otra cosa, eran completamente idénticos a los cuentos. Y al ver bien la sala de penitencias, era una puerta doble, gigante que conducía a un pasillo, los cuatro chicos, entraban con sus armas en la mano, directo al....
DUNGEON.
A lo que me dice Francis,- Tu papa debe estar ahí dentro- con una sonrisa, y se me helo la piel, si era realmente un dungeon, era un lugar súper mortal, al cual no estaba preparado, debido a que no era fuerte y mi agilidad ya la había perdido con los años, y lo mas importante yo no era un ser de ficción, era una persona normal, completamente mortal.
A lo que le digo. - Debe de haber un error, mi viejo, es una persona grande, no puede de haber entrado ahí, ya está viejo, no es un joven como esos que entran ahí-
Francis reflexionando, me dice- Puede que tengas razón y lo hayan sacado directamente del establecimiento, nosotros estaremos por este día mas, luego nos iremos. Si lo sacaron, y vos salís, puede que lo encuentres, pero... si entro a la sala de penitencias (el dungeon) puede que sea demasiado tarde para cuando vuelvas.- y sonríe.
- Y... ¿hay otro lugar donde lo puedan haber enviado?-
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Editado: 15.07.2020