El Reino de Fleur "Cuatro corazones y una princesa"

Capítulo XIX "siento algo por ellos?"

Los guardias del castillo estaban esperanolos en la entrada del castillo, haciendo una línea en la parte izquierda y otra en la parte derecha de la puerta.

Pierre y Kena salieron del carruaje y se pusieron a esperar a que los demás también salieran de sus diferentes carruajes. 

"Bienvenido su majestad" los soldados dijeron al mismo tiempo mientras el rey entraba hacia el castillo, los demás lo siguieron. Pasaron a un pasillo lleno de pinturas, el piso de mármol muy limpio y brillante, y con algunas decoraciones pequeñas como jarrones con flores.

"Quédense está noche, les prepararán sus cuartos" el rey les dijo a los Winkler. "Te lo agradezco Frank realmente estamos muy cansados y es peligroso salir a esta hora, eres un buen amigo" le respondió el señor Winkler. "No tienes de que preocuparte, para eso son los amigos" el rey le dijo con una carcajada, luego mando a un sirviente para que los llevara.

"Espera, seguiré luchando por ti no importa que" Erick le dijo a Kena mientras la tomaba de la mano, "tu amor es lo que más quiero y no me rendire" la soltó suavemente y se fue con sus padres. 

Pierre los miro desde lejos sin meterse está ves, solo espero a que Kena pudiera estar sola -luego me encargaré de el- penso.

Era obvio que ese día habia sido muy especial, Erick y Pierre la habían hecho dudar. Erick era el mejor amigo de ella, amigo de infancia, era bastante atractivo, mirada tierna, ojos claros, blanco y bastante educado. Pierre el nuevo guardaespaldas, sonrisa traviesa, piel perfecta, ojos verdes, demasiado sexy, misterioso y bastante atrevido. No sabia si en realidad lo que sentía por ellos era realmente fuerte y duradero o solo una faz. -que es lo que hare- pensó y el rubor en sus mejillas volvió a ella.

-Pero que es lo que pasa?, porque me mirara asi? tengo un mal presentimiento.-pensó estresada mientras Pierre la miraba con su sonrisa traviesa. Aunque no hace mucho que lo conocía percibía que el tramaba algo. 

"Princesa, es hora de que vayas a tu cuarto, yo voy contigo" le dijo Pierre moviendo la mano hacia el pasillo que hiba al cuarto, "olvidalo no ire contigo, yo puedo ir sola" Kena le dijo pasando alado de el, obviamente sabia que no hiba a poder pasar sin problemas, evidentemente estaba en lo correcto.

Pierre puso una mano sobre su cintura y otra atrás de sus piernas, rápidamente sin mucho esfuerzo la cargo. Aunque Kena se movía y trataba de zafarse no pudo, llegaron al cuarto y la recostó en la cama luego cerro la puerta con seguro.

"ahora que quieres?"Le dijo Kena sin mirarlo y se comenzó a arreglar el vestido que se le había arrugado, Pierre se le quedo mirando sin decir ni una palabra, levantó su mano posandola en la mejilla de Kena. Ella pensó que hiba a comportarse extraño como otras veces pero de la nada Pierre puso su otra mano sobre la otra mejilla y comenzó a apachurrar la cara cara de ella jugando. Su risa malévola regreso y dijo "realmente no entiendo como esta cara puede hacer tanto estrago".  

*knock, knock* se escucharon unos toquidos en la puerta y luego la voz de Karen "soy yo vengo ayudarla a cambiarse". Aprovechando la oportunidad de que Pierre se distrajo Kena lo empujó y se agarro los cachetes. "eres un tonto" le dijo con estres. El se hecho a reír y fue a abrir la puerta. 

Karen se sorprendió al verlo "joven Pierre que hace aqui?" le dijo, el siguió riendose y le respondió "he venido a regañar a la princesa, ha sido una chica mala el dia de hoy" miro a Kena y se fue aun con risas. 

Kena quería ir hacia el y pegarle, la estresada mucho pero decidió calmarse y olvidarlo -tranquila el no lo vale- se dijo en su mente. "pasa Karen, el solo vino a molestar" le dijo a Karen.

La joven sirvienta se le empezó a salir una sonrisa de sospecha "así que ustedes dos se han vuelto muy cercanos" le dijo mientras le ayudaba a cambiarse a su bata de dormir. Al escuchar muy a la defensiva le dijo "Claro que no ,el solo es un guardaespaldas muy molesto que no me deja en paz". Pero la verdad es que ellos dos comenzaban a ser cada día más cercanos y ya no se sentia tan incomoda como cuando apenas lo conocio. -Tal vez tenga razon- se quedo pensando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.