8

Me había despertado con una gran sonrisa, era mi cumpleaños, mi padre me había dado un juego de doctor, tenía de todo, me encantaba, brinqué de un pie al ver el regalo que tanto quería. Fui corriendo hasta dónde está mi padre para jugar con él con mi nuevo juguete.

─ ¿Te gustó el regalo?

─ ¡Sí! Es lo que quería, gracias papi.─ salté en sus piernas y le di varios besitos en las mejillas. Me cogió y comenzó a hacerme cosquillas, reí con él.─ papi no puedo más.

─Mi hermosa hija.─ me dio un beso en la frente.─ y dime, ¿Quieres ser doctora cuando seas grande?

─ ¡Sí! ¡Quiero salvar vidas! Seré como una heroína.

─Bien, así me sentiré orgulloso de mi pequeña hija.─ dijo papá con una gran sonrisa en su rostro.─ espero que salves muchas vidas.

─Si, salvaré un montón.─ dije riéndome de nuevo por sus cosquillas.

Nunca olvidaría los días que había pasado con mi padre, ya que eran los únicos recuerdos que tenía de él, mis amados recuerdos antes de mi vida se volviera una porquería.

…..

Algo mojado hizo que abriera los ojos poco a poco, me encontré con un par de ojos violetas azulados que estaban desesperados y aliviados a la vez. Tosí e intenté levantarme pero me dolía la cabeza y el cuerpo.

─No te levantes, estás herida.

─ ¿Herida? ¿Qué ocurrió?─ me sentía desorientada. Solté un suspiro e intenté recordar. El lago, el carruaje, el niño hada.─ ¡El niño hada!

─Él está bien.─ contestó Damen. Me puso un pañuelo en la frente.─ te caíste al lago, por suerte vine a tiempo en el carruaje, el niño me dijo que todavía estabas en el lago congelado, no esperé más y me lancé. Casi te ahogas en el lago congelado. Si no llegaba a tiempo tú quizás….

─Estuviera muerta.─ contesté con un suspiro de cansancio.─ mi cabeza…

─Tuvieron que cocerla. Se curará en unas semanas.

─ ¿Dónde estamos?

─En un hospital.─ contestó Damen, cogiendo mi mano.─ el calor de tu cuerpo está regresando.

Me senté y arrimé la espalda al cabecero de la cama.─ estás pálido, ¿Pasa algo?

─Tú.

Lo miré con el ceño fruncido.─ ¿Yo? ¿Qué te hice yo para que te pusieras pálido como una hoja de papel?

─Me asustaste a muerte cuando te saqué del lago. Te llamé y no contestabas, ni reaccionabas, ni nada. Me estaba sintiendo desesperado. Nunca pensé sentirme como si……

─Olvídalo. Estoy bien y estoy aquí.─ cogí su mano, tenía unas manos grandes y gruesas.─ vaya, te asusté.─ solté una risita suave.─ eres un hada que brinda amor, eso quiere decir que eres muy sensible.

─No es de sensibilidad. Sino que….

─No hables.─ dije. Lo miré como en su rostro el color estaba volviendo. Sonreí.─ está bien así. Me siento caliente y débil.

─Es por la fiebre, será mejor que te duermas.

Me acosté y cerré los ojos. Me había salvado de nuevo de morir, estaba pensando que tenía un ángel de la guardia que me salvaba de todo, o tenía una suerte que daba miedo. Cualquiera de las dos era buena para mi amarga vida.

No sé cuánto tiempo me había quedado dormida, tenía que ser mucho, ya que por la ventana se podía apreciar la oscuridad de la noche, intenté levantarme pero un brazo en mi cintura me lo impidió. Abrí los ojos sorprendida, ladee el cuerpo rápidamente para ver cuál imbécil me tenía sujeta, ya estaba lista para darle un buen golpe, ya casi….

─Soy yo.─ susurró Damen.

Solté un suspiro de alivio pero a la vez me sorprendí al encontrarlo conmigo.

─ ¿Qué haces aquí?

─Me quedé contigo porque comenzaste a llamar a tu padre.─ me acosté de nuevo y lo miré con la ceja arqueada. Su perfil lo alumbraba la luna. Se lo veía majestuoso.

─Mi padre…… Ya veo. A veces lo llamo cuando estoy enferma. No es novedad.

─ ¿Dónde está él cuando estás enferma?─ preguntó.

Hice una línea con mi boca y me puse boca arriba.─ no me gusta hablar sobre él. Te lo agradecería que no me preguntaras nada sobre él.