En la plaza de la capital Cinthia caminaba desapercibida nadie podía reconocerla su ropa era la de una mujer normal, además con el paso del tiempo la gente creía que la princesa había muerto. El tiempo la había convertido una joven hermosa con la meta de salvar su Reino, caminaba por las calles cargando una canasta con frutas que vendía en la plaza.
Camino en dirección a la pileta a remojar la cabeza debido al intenso sol del día miro arriba, hacia la última tina de concreto un pequeño mango expulsaba el agua como un rociador y caía rociando las tres tinas de concreto de la pileta. Cinthia miro su reflejo sobre el agua y sobre el reflejo del sol extendió sus brazos metió sus manos en el agua sacando un poco y lo vertió sobre su cabeza acomodo su cabello sobre su hombro derecho y lo remojo hasta la punta.
Sentada sobre el concreto de la pileta miro a su alrededor la gente caminaba con miradas de angustia y tristeza pues el esfuerzo de sus antepasados se había perdido cada día ocurría una muerte, muchos grupos rebeldes que se habían formado habían sido aniquilados por los soldados del Rey Zen.
Estos grupos rebeldes dejaron de aparecer para desafiar al Rey pues la mayoría de los cinco clanes deseaban la muerte de Zen pues él hacia lo que quería, si había algo que deseara lo tomaba y quien lo desafiaba era asesinado más aun con la creación del Escuadrón Dragón de Asalto en todo el reino se decía que uno solo tenía el poder de dos Generales del ejército y si lo querían eran capaces de desafiar al mismo Rey, Zen.
Cinthia tomo su canasta siguió caminando cuando vio una gran multitud se acercó a ver qué ocurría moviéndose entre la gente llego al tope observo a dos soldados llevándose a la fuerza a una bella joven luchando por no irse con ellos, su madre la retenía fuertemente un soldado separo bruscamente a la señora arrojándola al suelo desvainando su espada emitiendo su elemento de fuego sobre ella amenazo a la señora y dijo –esta joven ha sido escogida por el Rey Zen para ser una de sus concubinas, y usted se niega a entregarla por lo tanto de pagar –alzando su brazo para asestar un golpe mortal, mientras la gente solo observaba.
El miedo les hizo olvidar que tenían el poder para enfrentarse a ellos bajo el brazo para asesinar a la señora, una fuerte corriente de viento se interpuso entre los dos mientras el chasquido del metal sonó y vapor emergía. Cinthia se había movido tan rápido bloqueando la espada del soldado, la gente a su alrededor se encontraba sorprendida una simple chica se iba a batir a duelo con un soldado.
–Este poder no se te dio para lastimar a los demás, sino para protegerlos –fueron las palabras de Cinthia.
–El poder es para los fuertes, no para los débiles. Te atreves a ir en contra de tu Rey, niña insolente –declaro el soldado, mientras el otro sujetaba a la bella joven. –Entonces serás víctima de tus propias palabras. –moviendo su brazo dio un pequeño círculo sobre la espada del soldado moviéndolo hacia arriba desarmándolo.
Cinthia con su mano libre moviéndola arriba del suelo de los pies del soldado emergió una gran cantidad de agua haciéndolo volar por el aire aterrizando fuertemente de espaldas contra el suelo, el otro soldado libero a la joven al instante desvaino su espada flameante.
Al verlo giro rápidamente y en un pestañeo se posiciono detrás de él mientras un circulo de agua brillante sobre ella se formaba, la espada del soldado estaba en el suelo su torso estaba desnudo, la camisa estaba en el suelo partida en dos de forma diagonal y él cayo de rodillas al suelo.
Ella se volvió a verlos y les hablo –son débiles, no tienen el derecho de usar su poder –los soldados la miraban con odio pues los había humillado a los ojos del pueblo. Cinthia se volteó hacia la joven y su madre que se encontraban abrazadas –se encuentran bien.
–Si –respondió la señora.
–Se lo agradezco señorita –hablo la joven sonriendo.
–Esto no se ha acabado –ambos soldados se movieron rápidamente y pronunciaron juntos –lanzas de fuego.
El fuego tomo la forma de lanzas en las palmas de los soldados y las arrojaron con la Princesa, la joven y su madre. Un destello gris apareció y pronuncio –barrera de viento –una fuerte pared de fuego y viento chocaban –división- volvió a pronunciar el misterio hombre el fuego se abrió dejando al descubierto a los soldados moviendo su espada dijo –castigo del viento –una fuerte ráfaga salió disparada golpeando a los soldados enviándolos cinco metros lejos.
El hombre envaino su espada y se dirigido a Cinthia –sigue siendo blanda… debe asegurarse que sus oponentes ya no pueden luchar.
–No quiero lastimar a nadie, además los herí en su orgullo –caminaba hacia John la gente a su alrededor los miraba sorprendidos, pero también asustados pues esta acción traería problemas en la capital. La madre y su hija se dirigieron a ellos agradeciéndoles por ayudarles no obstante debían alejarse de la capital.
No estaban seguras ahí –nos marcharemos al sur al clan del Agua, se escucha rumores de una pequeña aldea oculta de esta tiranía –hablo la señora. –Tomando la mano la mano de su hija entraron a su casa a recoger sus pertenencias y provisiones para el viaje. El clan del Agua se encontraba a más de setecientas millas desde la capital.
–Las escoltaremos hasta las montañas –hablo la Princesa, las montañas rodeaban la capital al cruzarlas estarían a salvo.