El tiempo pasó, y ese viejo no se callaba. No podía odiar a un abuelito.
¿El se podía considerar un abuelito? Parecia mas un viejo sacado de un bar.
—El tiempo se acaba —Me tenía harta. No sabía cómo calmarlo o como sacarle otras palabras de la boca. repitió el anciano como unas nueve veces dando vueltas en círculos. ¿Cuando se iba a callar? Camine por el lugar antiguo, mientras aquel anciano estaba consumido por sus pensamientos preocupantes. Mire a mi alrededor.
Algo brilloso llamó mi atención, estaba dentro de tantas cosas. No era tan visible el brillo, pero si notable. Me acerque y cautelosamente acerque mi mano lentamente. Mi mente se sintió mareada como si sintiera que no estaba aquí, hasta que escuche que las preocupaciones del viejo se callaron. Solo senti como una mano agarraba mi muñeca con fuerza. —¡Que estas haciendo! —Dijo aquel viejo con su ceño fruncido.
Para ser un señor mayor tiene demasiada fuerza
Sonreí inocentemente. —Creí haber visto algo. —Aquel anciano me miró con desconfianza de mis palabras y acciones.
¿Quién podría confiar de alguien que apenas conoció?
Solo le mire su cara sin ninguna emoción presente era como si estuviera viendo una hoja en blanco, nada escrito. —¿Oiga, a qué se refería cuando dijo que ya no había tiempo? —Pregunté mientras sentía como el anciano soltaba mi muñeca.
¿Me iba a ignorar otra vez?
Solo escuché como sus murmullos empezaron de nuevo. Era demasiado difícil saber que decía si murmuraba. —Disculpe, puede repetirlo —pregunte acercándome un poco al señor.
—¡Bashiri está cerca! —Grito. Me sobresalte ante su grito inesperado, haciendo que me hiciera para atrás, causando que unas cosas se cayeran al piso. Rápidamente me agache pasa juntar aquella caja que se había caigo. —¿Bashiri? —murmuré para ami.
¿Quién era ese tan bashiri?
Me levanté lentamente dejando la pequeña caja en su respectivo lugar. —¿Quien es ese tal bashiri? —Solo pregunté dándome la vuelta.
¿Dónde estaba?
Aquel anciano de piel arrugada y pelo Blanco había desaparecido, miré hacia atrás. Ya no estaba en ese pequeño lugar antiguo, estaba en medio del Pueblo.
¿Que había pasado?
¿Dónde estaba? Todo era confuso y raro. De repente estaba en un lugar antiguo, demasiado antiguo. Y ahora estoy en el centro del pueblo Mire a mi alrededor ansiosamente, tratando de entender qué pasaba y si esto no era una sola ilusión mía.
—¡Will! —mi estado de animo mejoro rápidamente, al verlo ahí parado enfrente mío. Me miró con su cara tan suave y delicada, su piel era tan blanca, su pelo tan suave y esos rizos güeros perfectos, que hacían juego con su cara, hicieron que mis mejillas se tornaran de color rosa.
Me ayudó a levantarme extendiendo su mano. —¿Estás bien, no te hiciste daño? —dijo esperando una respuesta de mi. Tome su mano a un hipnotizada por su belleza natural. —Estoy bien —Tartamudee. Solo me sonreí y solo me le devolví la sonrisa.
—Me alegra escucharlo —dijo iniciando su tema de conversación como siempre—. ¿Y por qué corrías? Parecía que corrias de alguien. —Me preguntó inclinándose y acercándose de más hacia mi rostro. No respondí, no me tomé la libertad de responder a su pregunta.
Parecía un detective, todo quería saber de mi. No podía verme hacer algo porque preguntaba que hacia.
¿Acaso no tenía mejores cosas que hacer, como estar organizando su boda?
Aunque no me molestaba mucho que preguntara por todo lo que hacia, era incómodo pero, era lindo. —Y bien. ¿No piensas responder? Te comieron la lengua los ratones —Dijo con su risa burlona, haciendo que me sintiera avergonzada por la situación.
—No. no es nada , solo estaba buscando a alguien —miró un poco raro, como si estuviera analizando todo lo que decía y hacia.
—Y quién es tan importante como para que estuvieras corriendo de esa manera —dijo entre dientes. Mirándome fijamente a los ojos.
¡Este chico me iba a matar con tanta pregunta!
Me quedé en silencio.
Si, will, te voy a decir: "Estoy buscando a un señor de cómo 78 años que tiene un lugar secreto y que desapareció y de repente apareci en el centro el centro de la ciudad."
El solo miro mi cara, que daba a entender que su pregunta era estúpida.
—¿Sentiste la tormenta de anoche? —pregunte cambiando de tema. El solo me miró desconcertado de lo que decía.
—Neoma, la tormenta fue hace dos días —Respondió lentamente mirándome confundido.
Le miré sin entender. ¿Había pasado dos días y dos noches enteros en un lugar desconocido? No me di cuenta que Will me seguía hablando, me distraje en mis pensamientos como si ya no existiera mi alrededor.
—¡Me tengo que ir! —dije saliendo corriendo, escuchando a will gritando mi nombre. No podía quedarme y decirle todo lo que estaba haciendo, me tomaría como loca. Esto era demasiado estresante esto.
Corrí hacia la montaña donde se encontraba mi casa, la casa donde crecí y nací, y donde lo vi morir.