Era navidad, tres años antes de que todo terminara de aquella desastrosa manera, cuando todo comenzó.
La gélida brisa que traía consigo el invierno y una fecha tan importante para cualquier niño, se mezclaba con el aroma a chocolate caliente que provenía de la cocina. Chabelín preparaba chocolate para todos, nunca había visto a Sophía tan feliz, y deseó en serio, que por fin lo fuera.
Justine se levantó, y sus pequeños pasitos se escucharon por la sala, era el momento de abrir los regalos.
—Vamos amor, tienes que abrirlo —musitó Santiago que se terminaba de poner el uniforme de limpieza y contemplaba con amor a su pequeña.
—Santiago, ¿tienes que trabajar en navidad? —alegó Sophía.
Santiago pareció ignorarla, no perdía la concentración en su pequeña, en sus ojos llenos de emoción, en su cabello despeinado y ese júbilo con el que observaba el enorme paquete dorado. La niña rasgó la envoltura del regalo y sacó una caja que no sabía lo que era. No era un juguete, eso era claro.
—Feliz navidad, a todos —expresó Santiago con un dulce gesto en los labios—. ¡Monopoly! Un regalo para toda la familia.
Chabelín entraba haciendo malabares con tres tazas de chocolate hirviendo, Santiago se apresuró a ayudarla y colocaron las bebidas humeantes en la mesa del centro. Sophía le quito el juego de mesa a la pequeña y lo colocó a un lado del chocolate. Justine hizo un mohín con su boca.
—Dime, que no te irás sin jugar una ronda con nosotras —suplicó Sophía
—Sabía que dirías eso —dijo él al sentarse a un lado de ella—, tú también puedes jugar, Chabelín.
La mujer sonrió mostrando los dientes cada vez más afectados por las caries. Buscó una silla y la arrastró hasta la mesita. Justine se acercó a ellos con timidez.
—Es un juego de grandes, Justine —indicó su madre. La pequeña parecía que iba a romper en llanto, decepcionada.
—Claro que no, ven aquí amor —expresó su padre con dulzura. Besó a su pequeña, la sentó sobre sus piernas y revolvió un poco su cabello—. Ya verás que aprenderás muy rápido. Eres una niña muy inteligente.
Transcurrió casi una hora, y Justine era la que parecía ganar la partida, con ayuda de los consejos de su padre a su oído, claro. Todos parecían divertirse cada vez que a la pequeña se le caían los dados o movía una pieza incorrecta, pero la dejaban ganar con alevosía. La única que no se veía tan entusiasmada con el juego era Sophía, que en realidad quería jugar en serio.
—Me tengo que ir —declaró Santiago—. Poniéndose de pie, sin terminar con el juego.
Sophía se apresuró a recoger las piezas, cartas, el tablero de cartón y le quitó los dados de la mano a su hija, que era la que seguía en turno. La niña comenzó a llorar.
—No llores amor, prometo volver para comer la tarta navideña que tu mami preparará.
—No Santiago, no te vayas —rogó la mujer.
Sin embargo, él tenía que marcharse. Todos dependían de su pobre sueldo como recolector de basura. La niña corrió con Chabelín quien le regaló una paleta, sin que nadie se diera cuenta. Ellos decían que los dulces picaban los dientes, pero ella estaba convencida que los niños los necesitaban para ser felices. La niña sonrió.
—¿Has pensado en marcharnos de aquí como te dije? —preguntó Santiago a su mujer—. Podemos ocupar la bodega abandonada de mi padre y vivir ahí.
—Deberías exigir tu herencia y no las migajas de tu familia. Mira cómo vivimos.
—Todo mejorará, te lo prometo —susurró mientras le daba un cálido abrazo—. Por ahora, solo quiero que salgamos de este lugar, alejarnos de todo este mundo de prostitución y hombres lujuriosos. No es sano, para Justine.
—¿Dudas de mí? ¿Te avergüenzas de mi pasado?
—No, solo quiero lo mejor para nuestra hija —respondió al darle un beso en la mejilla. Abrió la puerta, el frío era espantoso ahí afuera. Sophía le facilitó una bufanda roja y se la enredó en el cuello—. Promete que lo pensarás.
Ella asintió y él se marchó hacia su trabajo.
—A veces ni yo misma confío en mí. ¿Cómo puedo esperar que él crea en una prostituta? —le confesó a Chabelín que parecía estar en un lugar muy lejano mientras apilaba cucharas en la mesa—. ¿Me escuchaste Chabelín?