El Rey Sádico [saga Griegos #3]

Capítulo 18

Mika

—Lo escuchó —Altaír se sentó y cruzó sus brazos.

—Busca otra institutriz— él asintió y me quedé observándolo— No te has sorprendido.

—Su majestad sabía que eso iba a pasar, la señorita Yalena es muy obvia con el deseo de entrar a su cama y es lógico que la reina no la quiera aquí.

—Pythia no me lo ha pedido, es mi decisión, quiero sentirme tranquilo en mi palacio sin andar viendo a todos lados porque ella sale de cualquier lugar, además es cansado que me ofrezca lo que no quiero.

—¿Sólo funciona con la reina?

Asentí.

—Así es, pero tampoco estoy deseoso de probar si funciona con otra mujer que no sea Yalena claro está.

—Vaya su majestad, para alguien que odia a una persona es muy considerado.

Sonreí.

— No la odio, no estaría durmiendo con ella diario si así fuera.

—Me alegro por usted lo veo más relajado.

—En ese plano lo estoy, pero sigo pensando en mi tío Kosmos, algo trama estoy seguro, mucho silencio me tiene preocupado.

—Quizás se dio cuenta que no ganará nada, usted tiene a su heredero.

— Eso me preocupa más Altaír, sabes bien que puedo tener otro hijo, si algo le pasará a Apollo tendría otro heredero... Así que deseo mayor protección para Pythia.

Altaír me miró.

— ¿La reina será madre?

—Aún no lo sabemos, pero, si, deseo otro hijo, pero para disfrutar lo que perdí con Apollo.

Altaír se inclinó sobre la mesa.

—Su majestad, debemos protegerla.

—Es lo que te estoy diciendo Altaír —desvié la mirada hacia la foto de Inés con Dimitri, Altaír siguió mi mirada.

—La reina siente celos de esa fotografía, cree que porque usted la tiene en su escritorio hay un sentimiento de por medio — fruncí el ceño y miré a Altaír.

—¿Por qué no me lo has dicho.

—Lo lamentó paso lo de la señorita Effie y después lo olvide— fruncí los labios.

—La entiendo, es mi esposa y aquí no hay una foto de ella y mi hijo— tomé la foto y la guarde en la gaveta de mi escritorio — Haz lo que te pido, habla con mi contador y que cancelé a Yalena, llama a la agencia y pide otra institutriz, pero que sea una mujer mayor.

Altaír enarcó una ceja.

— ¿Cómo de 90 años su majestad?— me quedé pensando, no estaría mal, pero a esa edad ya estaban retiradas.

—Con que no tenga fuego en las piernas suficiente—Altaír sonrió y se puso de pie.

Me quedé en mi escritorio, pensando en como había cambiado mi vida desde que Pythia regresó a ella; deseaba ser padre, desde la última vez que Pythia me pidió preservativos no volvimos a tocar el tema y ella me aceptaba en su cama sin Willy vestido, así que creo en el fondo ambos deseábamos ser nuevamente padres.

Cerré los ojos un momento, Pythia era una mujer que había madurado al tener a nuestro hijo, no era comparada a la mujer vacía que conocí una vez y que lo único que le interesaba era el dinero de Dymas, fruncí el ceño al recordar que Yalena había dicho que Dymas estaba en la isla, eso había sido hace una semana, pero me tranquilizaba que Pythia no había salido del palacio todo este tiempo... aunque en parte era porque yo la mantenía ocupada.



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En el texto hay: romances, perdon, amor

Editado: 09.02.2019

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