El rostro de la Nada

El rostro de la Nada

 

Caminaba un joven por una de las aceras de esta gran ciudad sin el más mínimo interés en prestar atención, todo era gris, todo era nada y la nada es todo siendo nada, pero lo curioso es que ese joven con pensamientos tan complicados era yo. Las personas me miraban y se alejaban porque yo era nada, era el tipo que se encontraba caminando por las calles de una gran ciudad en espera de algo. En espera de un rostro que se me otorgara y se apropiara de mi vida, cuerpo, alma, pero sobre todo de mí.

Caminaba el rostro de la nada con una capucha puesta en la espera y búsqueda de encontrar el todo que lo volviera nada y la nada que lo volviera todo como en el inicio de los tiempos.

Caminé sin mirar a nadie, caminé porque si me detenía mi rostro que un día comenzó a ser nulo se mostraba. Ese era yo, la nada vagando por el mundo, ciudades, calles y puede que un poco de inexistencia otorgada por ese mundo hasta que le encontré. Hasta que me encontró y con ese momento lo que un día llamarón “El rostro de la Nada” comenzó a tener uno, un rostro que pudiera ser más que eso y menos que el todo y nada a la vez.

Fui Milo Firtz, así como fui nada, pero un día luego del transcurrir de mis días y de mi búsqueda avanzar termine siendo yo, lo que me negaba a aceptar. Termine por ser El rostro de la Nada.




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