El sacrificio de Rosalie

Ruptura

Cada paso que daba de vuelta a Forks, era un paso más lejos de Emmett. Siempre he pensado que mi belleza ha traído casi la mitad de todos mis problemas, pero sin duda éste estaba en primer lugar.

Dejar a mi familia a cambio de su protección era un sacrificio que estaba dispuesta a pagar, incluso si eso no me trajera ninguna satisfacción o felicidad.

Había decidido algo que no me haría quedar bien… , sobre todo con Emmett. Si él se enteraba que yo me iba, bajo una especie de amenaza, él seguramente iría a pelear. Y eso lo pondría en riesgo… . No podría perdonarme la vida si algo le llega a pasar por mi culpa.

Era mil veces mejor que pensara que se me acabó el amor y que al fin de muchos años, había decidido buscar una nueva vida sola. Planeé en mi cabeza una y mil veces las palabras exactas que le diría, a tal punto que las podría pronunciar sin que dolieran.

Tendría que hablar con Alice primero. Ella debe estar enterada por supuesto. Sólo espero que no haya comentado una palabra al resto. Si mi familia se involucraba, ésto podía ponerse color hormiga… . Y los planes en mi mente se complicarían demasiado, jugando con la vida de todos… . Si mis lágrimas no fueran simples fantasmas de mi vida humana, estaría empapada en ellas, producto del nudo en la garganta que no me dejaba tranquila.

Estaba a unos metros de la casa. Ya podía oler cada rincón impregnado del delicioso olor a vampiro que mi familia dejaba. Cada uno para mi tenía un olor especial y particular y sabía con precisión en que lugar de la casa se encontraba cada uno… . Pero sólo uno llamó mi atención: Alice me esperaba en el antejardín, sentada en una banca bajo un árbol.

Ella sabía la hora exacta de mi llegada, claramente. Su rostro estaba triste, como nunca lo vi antes en toda mi vida. Ella sabía que no cedería ante esta situación… . Ella conocía todo mi futuro… , mi maldito futuro.

Le devolví una mirada cargada de mil perdones por dejarla en ese estado. Ella abrió la boca para decir algo pero se arrepintió en el momento. Jasper se asomó por la puerta de la casa y se dirigió donde Alice. Le extendió la mano pero ella saltó a sus brazos, acurrucándose en su pecho. El vampiro que se hacía pasar por mi gemelo en muchas oportunidades, besó la frente de ella y luego tomaron rumbo al bosque sin decir palabra alguna.

Ahora venía lo complicado… .

En el hall se encontraba Esme quien al verme entrar sonrió como siempre. Eso era señal de que nadie sabía lo que pasaba realmente. Ella se acercó a mi y me dio un beso seguido de un abrazo. Se lo correspondí, sabiendo que quizás sería el último. Desearía no hacerle esto a ella. La mujer que ha sido mi madre y amiga por tantas décadas, pero era lo mejor.

Pude oír a Emmett bajar a toda prisa. Al segundo lo tenía frente a mi.

-¡Amor!. - Me iba a abrazar pero me moví más rápido, dejando mi bolsa en la mesa. Emmett quedó en su lugar como si hubiese recibido un balazo o algo que de verdad le hiriera… .

-Hija, ¿está todo bien?. - Esme tenía un tono de preocupación.

Asentí en respuesta.

-Emmett. - Pronuncié su nombre para que me siguiera. Me di la vuelta lentamente, comenzando a sentir de nuevo aquel vacío que me atacó en París. Ya no había vuelta atrás… .

Salí de la casa y caminé rumbo al bosque. El día nublado, como siempre en Forks, traía consigo una leve llovizna que caía sobre nosotros. Genial, no podía llorar, pero tenía lluvia… . ¡Gracias Naturaleza!… . Caminamos hasta llegar al borde del río que cruzábamos a diario para visitar la casa de mi hermano y su familia. Inmediatamente me invadieron los recuerdos de Emmett saltando al río, haciendo bromas con Nessie, e incluso aquella vez que nos bañamos desnudos bajo la luz de la luna… . ¿Cómo diablos iba a hacer ésto?.

-¿Rose?. - Emmett se sentó en una roca.

Me di la vuelta lentamente, sabedora de que se venía lo más difícil.

-Han… . - Suspiré y tomé aire con seguridad. - Han sido increíbles éstos años… , tu y yo lo sabemos.

Emmett se me acercó para darme un abrazo pero interpuse mi mano, quedando mi cabeza apoyada en su pecho de mármol.

Entonces levanté mi cabeza sabiendo que sería más difícil decirle ésto mirándolo a los ojos pero solo así me creería. Debía actuar bien.

-Me voy Emmett. - Le mentí firme y seguro, intentando no mostrar el sentimiento de dolor en mis ojos.

-Ay amor, ¿de nuevo te vas a tu semana de la moda en quien sabe donde?. Vas con Alice supongo porque si no es así-.

-¡No Emmett!. - Grité desesperada. - Estoy… . - Intenté mentir lo mejor posible. - Estoy terminando contigo… .Yo me voy sola, sin tí.

Había pensando en lo difícil que sería pronunciar esas palabras; en lo difícil que sería irme de casa, pero no me detuve a pensar en como diablos iba a enfrentarme al rostro de él.

-Quiero que sigas con tu vida. SE que puedes vivir sin mí.

-¡NO!. ¡NO!. ¡NO PUEDO!. ¡Y LO SABES!. - Me interrumpió enrrabiado.

Se dio la media vuelta mientras se tomaba el pelo con las manos. Pude oír que un gruñido amenazaba con salir de su pecho.

-Se qué podrás… . - Fue lo único que pude decir.

Emmett cerró su puño derecho con fuerza y lo enterró en la roca que se había apoyado anteriormente, convirtiéndola en pequeñas piedras. Era una reacción que esperaba de él.

-¿Hay otro?. - Dijo dandome aún la espalda. Esa pregunta también me la esperaba.

-No. - Dije fría.

-¿Me amas?. - Su respiración era innecesariamente entrecortada.

La pregunta me tomó por sorpresa. Emmett sabía eso… , nunca tuvo necesidad de preguntármelo.

Quería decirle que si, que ésto lo hacía por mi familia, por Renesmee e incluso por él. Pero no podía… .

-¡Respondeme Rose!. - Se dio la media vuelta quedando a centímetros de mi rostro.

-No. - Susurré mirando el suelo.

Emmett tomó mi rostro con su mano y me obligó a mirarlo. No me hacía ningún daño físico… . Todo lo que dolía era el maldito pecho.




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