El Sauce De Adelaine

CAPÍTULO V

Parte IV

 

Nathalia observaba el perfil de facciones suaves de su sobrina quien permanecía muda con la mirada en otro lado, ella rendida y abatida decidió ponerse en pie y observarla fijamente, Adelaine sintió como su tía se levantaba y la observaba, ella siempre la observaba, y sí tal vez hubiese visto la mirada que su tía le dedicaba, aquella llena de dolor y tristeza, sí ella realmente comprendiese lo que para Nathalia significaba el marcharse el dejarla, ella más que nadie sabía lo triste que se encontraba Adelaine, lo duro que era, y como no serlo, estaba sola con extraños lejos de su hogar, lejos de él, de su adorado hermano que la tenía tan acostumbrada a su presencia y atenciones y ahora nadie estaba con ella, ni siquiera ella podría estar y eso solo la dejaba con más tristeza y preocupación, dejarla así, de nuevo.

-Adiós mi vida pórtate bien- se despidió Nathalia con la voz estrangulada y posos en sus ojos.

Se dirigió a la salida y Adelaine al observar cómo es que ella se alejaba lo comprendió, ella se iría, se iba, su mirada rápidamente capto la figura de su tía saliendo de aquella propiedad horrible, y la desesperación la encarcelo, el miedo de quedarse ahí sola con esa gente, de no regresar jamás a su hogar la hizo levantarse y salir corriendo tras su adorada tía que a pesar de todo jamás antes le había fallado, jamás antes la había abandonado. Adelaine salió por la puerta donde su tía había salido minutos antes y con desesperación tomo su vestido y bajo las gradas de la entrada, el día estaba despejado y frente a la propiedad el carruaje esperaba a su tía mientras un mancebo acomodaba el equipaje de su tía, Nathalia al escuchar pisadas aceleradas tras ella se giró para así chocar sus ojos castaños con los posos verdes de Adelaine quien corría desesperada en su dirección con los cabellos negros siendo alborotados por la corriente de aire, a llegar frente a ella, hizo lo que le nació del pecho, llorar, llorar con el alma y el corazón desecho, con miedo y tristeza, frente a los ojos de Nathalia su querida y dulce sobrina de solo dieciséis años se desmoronaba ante ella como jamás antes lo había hecho, sus bonitos ojos verdes se empañaban por las lágrimas y el rostro se le enrojecía y de sus labios escapaban temblorosos sollozos y sus pequeñas y finas manos tomaban sus brazos con desesperación en busca de apoyo.

-No me dejes tía, lleava-me a c-a-sa-hipeaba con desespero y tormento en la voz.

Nathalia sintió como el corazón se le rompía ante aquella escena, ante las palabras de su hermosa niña que se deshacía en sus manos, Adelaine desesperada se dejó caer de rodillas en el suelo de tierra dejando caer sus brazos para fijarlos en el vestido de fina tela que cargaba puesto su tía y con mescolanza y desespero como una chiquilla que se aferra a su vida, a un bote en medio del mar, le rogó a su tía.

-¡No me dejes! ¡Llévame cont-igo!- rogó entre sollozos.

Nathalia apretó los ojos al cerrarlos y el nudo en su garganta se volvió insoportable, verla así la destruía la hacía pedazos, ¡Cómo quería llevársela! y arroparla para jamás soltarla, ¡Nunca más!, pero no podía, no le correspondía, a ella no, ya no, la impotencia se la carcomía, dejarla era su peor castigo, el más cruel, pero no podía hacer más.

-Levántate -le rogó Nathalia con la voz quebrada, dolida.

Adelaine ignoró sus suplicas y negó mientras se aferraba más a ella, soltarla ¡Jamás!, ella se iría de ahí, sí o sí.

-Llévame contigo, por favor, te lo suplico no me dejes, no me dejes- susurró lo último.

-Señora- le advirtió el cochero.

Nathalia se alejó lentamente pero Adelaine se arrastró sin soltarla.

-Perdóname, pero...debo de irme...-le decía con cautela.

-Nooo, no-rogó la joven.

-Lo siento, de verdad lo siento- le dijo en un  susurro.

Poso sus manos en la oscura cabellera de la joven dándole así delicadas caricias en la cabellera.

-Anda, levántate- le pidió.

-No, llévame- le suplicó.

Nathalia negó con la mirada irritada.

Las lágrimas de Adelaine  surcaban desde los pómulos hasta la barbilla.

-Volveré, lo prometo- le juró.

Adelaine rendida soltó el vestido de su tía quedando arrodilla en el suelo con la mirada gacha y el semblante derrotado.

-Veté-dijo en un susurro que apenas alcanzo a oír Nathalia.

Pero aquella palabra le dio el peor golpe que nadie jamás le había dado, la destrozo, fue una bofetada, con tristeza e impotencia se dio la vuelta y apretando los puños se aproximó a la puerta del carruaje, el ayudante la auxilio al subir y ya dentro del carruaje las lágrimas la abordaron sin control alguno, cuando el carruaje emprendió marcha su mirada se dirigió a Adelaine quién permanecía aún tirada en el suelo con el rostro agachado y los brazos lánguidos a sus costados, apretando los labios vio como dejaba atrás a su adorada niña, a su pequeña, como renunciaba a ella.

El pensamiento llegó a ella como el sonido de un rayo, de nuevo, de nuevo la dejaba, la abandonaba.

 

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Esto me hizo sentir terrible.

Creo que muchos deben de pensar que Addy simplemente es una niña caprichosa que no sabe lo que quiere ni aprecia lo que tiene. Pero es decir, solo tiene diesciseis años, es alguien que siempre ha estado al lado de su familia, que solo conoce eso.

Hay que ponerse en sus zapatos.

¿Y ustedes que opinana?

 



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En el texto hay: primeramor, sufrimiento y lucha, epoca

Editado: 20.08.2023

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