Capítulo 25

—Si los de Anti-magia llegan hasta aquí será el fin de Uberdruss -dice Kelder en voz alta para que todos escuchen.
—Eso no puede suceder. Ellos no pueden llegar hasta aquí -responde Aranza con seguridad.
—Alguien los puede traer con un transportador mágico -comenta Wischun.
—Eso sería una traición a Uberdrusss y a todas las criaturas mágicas -se enoja ella.
—Hay quienes no les importan eso.
—Es cierto. Cualquiera en Uberdruss suficientemente ambicioso pudo aliarse con el Holocausto y con Anti-magia -indica Nabeth.
—Uberdruss es el único refugio que tenemos los seres mágicos -comenta Alice.
—No es posible que ni en Uberdruss podemos estar seguros -se queja Nabeth.
—Eres uno de los ministros, debes tener algún plan -exigió Mateo desesperado.
—Estamos haciendo lo que podemos. Hemos capturado a varios miembros del Holocausto, pero ninguno conoce la identidad del líder -responde Kelder.
—Entonces capturen al líder.
—Eso no es así de fácil.
—Algo se debe hacer -dice un orco.
—Con estas discusiones no llegaremos a nada -indicó Wischun agotado de tanta discusión que no lleva a ningún arreglo.
 Las discusiones se prolongaron durante un buen rato. Todos los presentes daban sus opiniones o quejas de lo referente a lo que se debía realizar.
—Todo esto me tiene estresada -le susurra Aranza a Alice.
—Cálmate Aranza, te vas hacer daño si te preocupas tanto. Sabes que el estrés es una de las principales causas de la mala salud.
—Y tú no deberías estar paseando tanto de un mundo a otro.
—Kelder me pidió que me quedara en el mundo corriente mientras pase todo esto, pero ahora después de lo ocurrido es mejor quedarme en Uberdrus -le responde Alice.
—Como está la situación ahora, supongo que es mejor.
—Sólo espero que Kelder esté bien.
—No te preocupes por él, está muy bien cuidado. Preocúpate por ti -dice Aranza.
—Aranza tiene razón, tienes que cuidarte -interviene Mateo.
—Eso hago. No tienen que preocuparse tanto -responde Alice algo desanimada.
—Tú siempre has sido algo confiada.
—Mateo tiene razón -comenta Aranza.
—Todavía no llegamos a ningún plan, esto me preocupa bastante. Tanto el holocausto como Anti-magia están causando muchos problemas -dice Alice.
—Los ministros se están esforzando en encontrar a los culpables.
—El reforzamiento militar que planteó el ministro Orosit ha funcionado mejor de lo que se esperaba -responde Mateo.
—Pero no han podido conseguir la identidad del líder -dice Alice.
—Los líderes de esos grupos problemáticos nunca muestran la cara para que no los delaten.
—Tengo esperanza de que todo esto termine pronto.
 Kelder se acerca a Alice.
—Me acaban de informar que tenemos un informante que me va a contar todo lo que sabe del Holocausto.
—¡Eso es perfecto! -se alegra Alice.
—Está en la habitación esperándome.
—Voy contigo.
—Mi amor, creo que no deberías… -dice Kelder.
—Yo también estoy implicada en todo esto.
—De acuerdo.
 Al entrar en la habitación pudieron ver a alguien que era muy conocido para ellos. Alguien que Alice no esperaba ver y menos en esas circunstancias. Se encontraba tranquilamente fumando una pipa como si nada malo estuviera ocurriendo.
—¿Alecto? ¿Tú eres la informante?
—¿Y por qué te sorprendes tanto? -pregunta la duende exhalando el humo de la pipa por la boca.
—Estabas desaparecida, nadie sabía nada de tu paradero.
—Si lo hubiesen sabido lo más probable es que yo ya no estuviera aún con vida.
—¿Puedes decirnos todo lo que sabes? -le pregunta Kelder.
—Por fortuna nadie lo recuerda, pero yo sí lo tengo presente y lo recuerdo mejor que nadie -dice Alecto.
—¿Y qué es?
—Esta confabulación se viene tramando desde hace años y no tiene nada que ver con la creación de Uberdruss 2. Quieren apoderarse de todo Uberdruss.
—¿Quién piensa apoderarse de Uberdruss? -pregunta Alice con mucha curiosidad.
—Quien no, quienes.
—¿Son varios? -pregunta Kelder.
—Más de los que piensas, pero podemos considerar a uno sólo como el líder principal y el que planeó todo esto. Trató de deshacerse de mí, pero pude escaparme antes de eso. Aunque ha tomado a mi querida tienda.