Marisela: ¿qué idioteces dices?
Felipe: antes de llegar aquí, pedí permiso a Grabiel (se acerca a ella) heriste a mi sobrino, ¿qué harás para remediarlo?
Marisela: él casi me mata, señor Grabiel, ¿piensa que aun seguiré siendo la prometida de ese monstruo? Ni siquiera ha de ser su hijo
Felipe: ¿quieres que paguemos tu silencio?
Marisela: solo quería pagar mi deuda con esos rufianes y construir mi pastelería (pensó y muerde sus labios) ¡todos ustedes son unas escorias, me matarán y lo sé muy bien!
Félix: no somos esa clase de personas, si prometes no decir nada a nadie sobre lo ocurrido, te dejaremos irte
Grabiel: no tienes que devolver el dinero que te di para que pagues tus deudas
Marisela: ¿cómo alguien tan bondadoso tiene un monstruo como hijo? (pregunta y Felipe coloca su pie en la cabeza de ella, hundiéndola contra el suelo)
Grabiel: ¡Felipe! (gritó y él mueve su pie)
Felipe: ¿por qué te preocupas por ella en vez de tu hijo?
Félix: tío, Diego está aterrorizado
Felipe: dejaré a esta chica en otro lugar, no te alteres, no le haré nada (agarra a Marisela y desaparecen)
Grabiel: (se agacha al frente de Diego e intenta abrazarlo, sin embargo, Diego se aleja) todo está bien
Diego: estuve a punto de asesinarla, alguien gritaba para que lo hiciera (agarra su cabello) es como dijo, soy un monstruo
Grabiel: (sujeta las manos de Diego) todo es mi culpa, nunca debí preséntatela… estaba asustado al pensar que estarías completamente solo cuando Félix y yo ya no estuviéramos
Diego: (lo mira) no soy inmortal… padre, estoy y estaré bien
Grabiel: no mientas, desde aquel día te ha dado miedo del sol, no soportas ni siquiera estar cerca de él, ¿cómo quieres que te crea que estarás bien?
Diego: si es así…la chica que llegue más de una semana, a lado mío, será mi futura esposa, te lo prometo, sé que cuando un impuro promete algo, tiene que cumplirlo o no será libre
Grabiel: (sorprendido) ¿aun así lo hiciste, por qué?
Diego: (lo mira) por qué eres el ser que más quiero en este mundo
Grabiel: quisiera que eso le dijeras a una chica (sonríe y se abrazan)
… (Fin del recuerdo) …
Diego: aunque no la haya matado, estaba a punto y tal como dijo, soy un monstruo al no poder controlar mis emociones
Anahí: (sin pensarlo, lo abraza y él se sorprende) por favor, no te sigas llamando así
Diego: no sientas compasión, es innecesario
Anahí: (lo mira y agarra sus mejillas) ha pasado cuatro años y no la asesinaste, ¡deja de culparte! (gritó enojadamente)
Diego: mis manos están manchadas, puede que no la haya asesinado, mas he asesinado a otros y haces bien alejarte de mí (se suelta de su agarre) con esto, no hay más que decir
Anahí: yo tengo muchas cosas por decir, ahora me escucharás, Diego, no te hagas la víctima y el responsable de todo, sé que hui por miedo a mi pasado, pero han pasado muchas cosas en estos tres meses, que puedo decirte que te perdono, porque al final, tú no fuiste quien destruyó mi familia, sería demasiado injusto estar molesta
Diego: no, te ocultamos que serías la esposa de un dhampir
Anahí: ya no importa, los perdoné y deberías hacer lo mismo con tu pasado, no obstante, hay algo que no puedo perdonar por más que lo intente y es al culpable de destruir a mi familia, lo asesinaré a pesar de que muchos me lo impidan
Diego: ¿a quién diriges ese odio?
Anahí: es el rey del mundo de los vampiros (contesta y él se sorprende)