El secreto de Lesya

Quinto capitulo

Era la noche del equinoccio cuando dos pueblos muy cercanos al lugar donde yo residía se enfrentaban en una encarnizada batalla, llegando a la extinción de la mitad de los pobladores, mientras que yo convertida en cuervo miraba desde la copa de un árbol, era una lucha feroz donde muchos hacían gala de su fuerza ruda y ferocidad en el campo, pero lastimosamente por muy fuerte que sean morían, esta batalla duró toda una noche en la cual hubo muertos de ambos lados, por lo que tuvieron que huir de regreso al lugar de donde surgieron, pero el pueblo que había sido atacado quedo en ruinas en un cuarenta por ciento.

Tomé mi forma de valquiria en el momento en que los heridos se los habían llevado al pueblo en ruina para darles curación, dejando a los muertos para poderles quemar después. Llamé a las almas que me seguirían hasta el Valhalla mientras que el resto seguiría a quien corresponda.

A medio camino de llegar al Valhalla fuimos interceptados y atacados por los Vanir oscuros quienes nos podían ver gracias a que son seres sobrenaturales.

Estos seres eran muy ágiles por lo que tuve que luchar con todo mi armamento para salir victoriosa y poder llevar las almas al Valhalla, ya cuando había matado a diez de los Vanir que me habían atacado recibí refuerzos eran tres valquirias que venían al rescate de las almas que venían conmigo, así obtuve tiempo para tomar mi tiara y disparar una de mis flechas de fuego matando de contado a cinco elfos oscuros que venían a atacarme, lancé mi segunda flecha y mate tres más, mientras que mis compañeras no permitían que los elfos se acercaran a las almas, blandiendo sus espadas y esquivando los ataques de los oscuros.

Con mi espada pude matar a los últimos elfos desapareciendo todos los atacantes, una vez que verifiqué que todos estaban a salvo seguimos hasta el Valhala, llegamos y enseñé mi mano para que se abriera la puerta y así lograran entrar las almas y las valquirias que me acompañaban.

Ya cuando estuve dentro, di mi reporte a la principal de las valquirias quien me asignaba mis misiones, ella escuchó callada y una vez que terminé me permitió que me retirara.

Cuando estaba a punto de salir del lugar fui llamada por Gna quien me pidió que la acompañara, cuando llegamos a nuestro destino me esperaba en gran salón Frigg esposa de Odín y diosa del cielo, quien se encontraba de espalda a la puerta por lo que no me vio entrar al salón, Gna se acercó a la diosa y le dijo en el oído que yo me encontraba detrás de ella mientras yo esperaba agachada mi cabeza haciendo una reverencia a la diosa. Cuando ella me vio me dijo que me levantara y me agradeció por haber traído al descendiente de su hermana y que podía pedir a cambio lo que quisiera, le dije que me sentía honrada por su agradecimiento y si le podía pedir algo a solas por lo que ella aceptó.

Cuando estábamos a solas le dije diosa del cielo y madre de todos los hombres tengo un inconveniente la diosa Marena me ha pedido por medio de una de sus seguidoras que entregue a mi padre Veles, Mara la hija de Marena se encuentra en mi búsqueda preguntando en cada casa dejando un rastro de destrucción, conoces mi secreto tengo una hija y un pueblo que proteger, a usted como madre le pido que me ayude ya que mi padre corre peligro a pesar de ser un dios. Ella escucho cayada hasta que termine de hablar, luego me pidió que esperara en ese lugar hasta su regreso.

Paso una hora y la puerta del salón se volvió a abrir era la Diosa y en sus manos se encontraba una pequeña bolsita de color rojo, con una cinta dorada, la misma que me fue entregada, con las siguientes palabras: cuando estés cerca de Mara a dos pasos de ti abre esta bolsa en dirección a ella, Mara será succionada, una vez que ella este dentro cierra la bolsa y lánzala al viento, el viento la llevará hasta donde su madre, con esta señal ella ya no te buscará, será una lucha muy fuerte por lo que tendrás que ejercitarte bastante Mara es una guerrera formidable además del poder que tiene de la muerte, me dijo.

Salí del lugar con las palabras dichas por la reina y el objeto entregado, el mismo que fue ingresado dentro de mi mano enganchado con mi espada de fuego.




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